En las fronteras políticas interiores de la Argentina, la dura realidad de las familias campesinas se replica por toda la geografía. Esto es lo que halló un equipo del Frente Nacional Campesino (FNC) que salió al encuentro de comunidades criollas e indígenas, que desde sus tierras en Chaco, Salta y Formosa, comienzan a organizarse para resistir los embates de oscuros intereses agrocomerciales.
Varios patrones comunes unen las voces y reclamos de los pequeños productores, que lejos de sentirse aislados por los límites jurisdiccionales, buscan unirse y coordinar esfuerzos para regularizar sus posesiones históricas, y hacerle frente a la escasez de agua y la angustia generada por el despojo implacable que esparce el actual modelo agropecuario.
Al oeste de la provincia de Formosa, en la localidad de Teniente Gral. Fraga, empresarios inescrupulosos intentan, una vez más ―a fuerza de topadoras, jueces y uniformados―, expulsar a las familias criollas. Allí donde se encuentra actuando el Movimiento Campesino de Formosa (MoCaFor) ―una de las organizaciones agrarias fundadoras del FNC―, la persecusión no cesa, como tampoco lo hacen las cartas amenazantes que reciben los familiares de Benigno López, uno de los dirigentes más reconocidos del movimiento. El FNC denuncia que López es perseguido «por defender lo que les pertenece ancestralmente a criollos e indígenas, la tierra». «Algunos no pensamos ponernos de rodillas ―enfatizó López―, sino seguir de pie. Por lo menos, intimidarme no lo van a lograr».
Una realidad de similares características es la que se alberga en la provincia de Chaco: tierra seca, limitado acceso al agua e insoportables temperaturas elevadas que solo comunidades con un gran conocimiento ancestral pueden habitar y hacer producir.
Paralelamente, en el centro del país, Pablo Orellana, destacado referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero «Los Juríes», es víctima de una «persecusión política sistemática». Una orden de desalojo a cumplimentarse este viernes, amenaza la permanencia de Orellana en su tierra: víctima del modelo agroexportador que va deshaciéndose, con total impunidad, de los que aún se aferran a sus raíces. El referente del MoCaFor denunció la mediocridad con que actúa la Justicia en las provincias, y destacó que los funcionarios judiciales «generalmente son colaboradores de las corporaciones» y facilitadores «para que sean desalojados los que resisten».
Estos persistentes atropellos, obligaron al FNC a postergar la «Primera Fiesta de la Tierra y del Monte Chaqueño», que pensaban realizar por estos días, y donde intercambiarían experiencias, conocimientos, cantos y bailes, analizando los pasos a seguir. Sin embargo, como explica López, prometieron juntarse «todos los dirigentes del Frente Nacional Campesino en algún punto del país» e insistir con la implementación estatal de medidas a favor del campesinado. «Si hay que recurrir a movilizaciones, a protestas, a medidas de fuerza, tampoco las descartamos», puntualizó el dirigente.
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