Estudios realizados en Estados Unidos y Canadá comprobaron que el agrotóxico Granutox 150 G, que comercializa en varios países la empresa alemana BASF, contiene sustancias que provocan altos niveles de mortalidad en aves y peces, y también daños en la salud humana. Fue por esa razón que la semana pasada inspectores del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) multaron a dos filiales de una de las trasnacionales con más peso en el mercado del agronegocio de Brasil, que vendían esos productos “en disconformidad con la licencia obtenida”.
La corporación química, que admitió el error, tendrá que pagar 260 mil dólares por esta irregularidad, y fueron decomisados unos cien sacos de Granutox que estaban en el mercado, de 15 kilos cada uno.
Por estos días, el Ibama realiza fiscalizaciones sobre el uso de agrotóxicos en los Estados de Paraná, São Paulo y Minas Gerais, según informó el sitio de Internet del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Las medidas preventivas ante la amenaza de los agrotóxicos reflejan un “nuevo frente de batalla” para la protección ambiental, según reflexionó uno de los funcionarios del Ibama que está participando en estas visitas, Bruno Barbosa.
En febrero de este año, la polémica corporación europea ya había sido cuestionada por organismos gubernamentales brasileños. Un juzgado laboral de São Paulo obligó a la empresa a contratar un plan de salud vitalicio para ex empleados de sus plantas que estuvieron expuestos a la manipulación de agrotóxicos. Los trabajadores de ese enclave industrial, ubicado en el municipio de Paulínia, han registrado casos de cáncer de próstata y enfermedades en el aparato digestivo y circulatorio, se ha denunciado la contaminación del suelo y de las cuencas de la región, según informó en aquella oportunidad la Radioagencia Noticias do Planalto.
Brasil es uno de los mayores consumidores mundiales de agrotóxicos, sobre todo en cultivos transgénicos de soja, caña de azúcar, maíz y algodón, y, además de la BASF, las firmas con mayor presencia en el mercado son Syngenta, Bayer, Monsanto y DuPont, entre otras.
La química alemana BASF no sólo es cuestionada en Brasil. El año pasado, por ejemplo, fue denunciada ante el Tribunal Permanente de los Pueblos que sesionó en Perú, por su responsabilidad en la intoxicación y muerte de 24 niños en la localidad de Taucamarca, en una tragedia ocurrida en 1999 que aún sigue impune.
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