Hace cuatro décadas que la familia Godoy pelea por la defensa de su tierra en la zona de Represa Morales, en la provincia argentina de Córdoba. Han pasado varias generaciones de esta familia de productores en litigio por lo que legítimamente les pertenece; y este 22 de octubre comienza una nueva etapa de esta lucha ante los estrados judiciales que ha hecho suya el Movimiento Campesino de Córdoba.
La historia es una en miles: los Godoy pelean por sobrevivir en un clima hostil, con algunos animales y trabajando en el monte. Hasta que en el otoño de 1969 Víctor Manuel “Maruco” Gómez llega al lugar reclamando la propiedad de los campos. Corta el acceso al agua, amenaza a hombres y mujeres… Gómez no está interesado en producir, sino en quitar: las tierras de los Godoy y otras de la zona valen más por lo que ocultan que por lo que producen. En su subsuelo hay cantidades de Granito Rojo Príncipe, un mineral de alto valor… y él lo sabe. Pero los campesinos no viven su tierra como un objeto al cual extraer, sino con el cual convivir.
Cuando las amenazas violentas dejan de surtir efecto, siempre hay un “letrado” que cumple más eficientemente la tarea. En 1975 los Godoy recurren a los servicios de Aristóbulo Gutiérrez quien rápidamente es cooptado por Gómez y cobra sus servicios haciendo firmar a Amadeo Godoy, analfabeto, un “acuerdo” expropiatorio por 17 hectáreas y ese predio va a remate.
Hoy los Godoy reclaman la anulación de ese contrato fraudulento pero se enfrentan a un juicio que los puede desterrar de sus tierras ancestrales. El 22 de octubre tendrá lugar la primera audiencia en los tribunales de la ciudad de Cruz del Eje, en el marco de movilizaciones del movimiento campesino cordobés.
Al respecto, Juan Stahli, integrante del Movimiento Campesino de Córdoba, remarca que “no es un caso puntual el de los Godoy sino representativo de lo que viene pasando en la provincia de Córdoba y en otras”.
Pero, ¿quiénes son los Godoy? Alcira, por ejemplo, es cocinera en la escuelita local. Desde hace seis meses no percibe sueldo por su labor y sigue diariamente cumpliendo con ella porque la ata a la misma algo más que un salario.
Para el Movimiento Campesino de Córdoba, hacer visibles estas historias significa una ayuda fundamental para forjar una decisión judicial que contemple los derechos de estas familias y siente un precedente en otros casos.
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