Agricultura en Zimbabwe
La Alianza para la Revolución Verde en África (Alliance for Green Revolution in Africa) (AGRA), establecida en 2006 a través de las fundaciones norteamericanas Rockefeller y Bill & Melinda Gates, postula la necesidad del “desarrollo” de la agricultura en dicho continente bajo parámetros occidentales como forma de superación del hambre, la pobreza y la escasez de bienes naturales básicos para los países africanos.
Una nueva “revolución verde”, la mejora en el acceso a mercados agrícolas, la investigación en semillas y la introducción de nuevas variedades figuran en un recetario de los macro-millonarios destinados a los micro-pobres…
El encuentro de la alianza AGRA en Nigeria (país esquilmado principalmente en sus recursos hidrocarburíferos pero también “esclavizado” en su agricultura debido a acuerdos de comercio con la Unión Europea) sirvió sin embargo para que tres decenas de organizaciones civiles desnudaran las falaces recetas y plantearan caminos políticos hacia una dignificación de la agricultura campesina.
El encuentro alternativo al de “AGRA, toma de tierras y agriocultura no-ecológica”, tuvo lugar del 20 al 23 de octubre en la capital nigeriana de Abuja. La organización que desde el territorio organizó las actividades fue Acción de Derechos Ambientales (Amigos de la Tierra Nigeria).
Amigos de la Tierra Internacional a través de su campaña de Soberanía Alimentaria, junto a decenas de organizaciones civiles, comunicadores, expertos en desarrollo y representantes de organismos de derechos de consumidores plantearon a los gobernantes africanos alternativas a las falsas soluciones emanadas de AGRA.
En sus palabras de bienvenida, el director ejecutivo de ATI, Nnimmo Bassey señaló que las propuestas de AGRA, así como las iniciativas sobre transgénicos y agrocombustibles a través de los agronegocios sólo alientan a erosionar los sistemas agrícolas campesinos tradicionales africanos y la contaminación de las semillas autóctonas con aquellas obtenidas mediante ingeniería genética.
La conferencia de Abuja también centró su análisis en lo que denominó “una nueva forma de colonialismo a través del agronegocio” el cual ha sido “desatado” por las agencias multilaterales en consonancia con las industrias del mundo capitalista central y que amenaza hábitats, el balance ecológico y al mismo tiempo promueve nuevos conflictos por bienes naturales y territorios.
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