Los agronegocios generan el desplazamiento de las familias productoras y campesinas del medio rural, junto con sus producciones y formas de vida, sea destruyendo o intoxicando sus tierras, obligándolos a comprar sus semillas y paquetes tecnológicos, cercando sus espacios hasta hacerlos irrespirables o elevando a precios astronómicos el costo de la hectárea. Al despojamiento se suman la criminalización de la protesta y la represión llevada a cabo hacia quienes se enfrentan a estas corporaciones.
Ellas privatizan los bienes naturales despojando así a los pueblos de sus recursos y obligando a los hombres y mujeres a la asalarización en pésimas condiciones cuando antes vivían de su producción. Se calcula que 100 millones de personas por año abandonan el campo para incorporarse a la fuerza laboral urbana.
Con este desplazamiento de la forma de producción familiar aumenta el hambre y la pobreza en el mundo y se camina hacia sociedades cada vez menos igualitarias y más injustas y dependientes. También se incrementan otras consecuencias negativas como el cambio climático: se estima que los monocultivos son responsables del 25% de las emisiones del dióxido de carbono del mundo, del 60% de las emisiones de gas metano y del 80% de óxido nitroso, gases que acentúan “el efecto invernadero”. Se calcula que en los últimos 50 años se ha perdido un tercio de la tierra arable, por erosión, salinización y acidificación a raíz del monocutivo, que además utiliza un elevadísimo porcentaje del agua dulce consumida en el mundo.
Monsanto mata.
La corporación estadounidense Monsanto se dedica a la producción de semillas, productos biotecnológicos y agrotóxicos. Es responsable del desarrollo del herbicida glifosato -que ha envenenado tierras y seres humanos, el caso más conocido fue el del niño paraguayo Silvino Talavera, pero existen muchos otros-, y de la soja transgénica RR. Decenas de estudios en animales muestran la asociación entre la infertilidad, desregulación inmune, envejecimiento acelerado, desregulación de genes asociados con síntesis de colesterol y regulación de insulina, alteraciones en el hígado, riñones, bazo y sistema gastrointestinal en ratones alimentados con maíz transgénico Bt de la misma corporación.
Monsanto compró recientemente la tecnología Terminator, que vuelve inviables las semillas producidas por las plantas. Esto lleva a que los agricultores no puedan obtener la simiente para replantar de manera natural y por tanto se vean obligados a comprársela a la empresa año tras año.
El sistema agrícola promovido por las transnacionales del agronegocio no hace más que disociar la producción de bienes materiales de las necesidades humanas. Se coloca el lucro económico por encima de cualquier consideración social o ambiental, convirtiendo a la producción en un fin en sí mismo y no en un medio para satisfacer necesidades. Además se pone en peligro la biodiversidad.
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