"Montevideo, 23 de octubre de 2009
Sres.
Candidatos a la Presidencia de
Considerando:
Si bien las semillas han estado ligadas a la humanidad desde los inicios de las civilizaciones, en las últimas décadas asistimos a cambios sustanciales en la tecnología y en los sistemas de propiedad asociados, materializando la lógica capitalista impuesta a la agricultura.
En este contexto las variedades criollas y nativas vienen sufriendo un marcado proceso de expulsión de los sistemas productivos, fundamentalmente debido a dos motivos: la sustitución por variedades mejoradas que se adaptan mejor a paquetes tecnológicos dependientes de altas cargas de insumos externos químicos y, la apropiación de los valores fitogenéticos realizadas por los grandes conglomerados económicos, amparados por el sistema de propiedad intelectual e impulsados por la OMC.
Es así que la reciente invasión de los cultivos transgénicos, resulta en un elemento clave en la estrategia de estas empresas por aumentar la dependencia de los agricultores y plantea consecuencias directas sobre la conservación de los recursos genéticos locales a través de la contaminación genética, entre otros factores.
En torno a la necesidad de asegurarnos la semilla desde 2003 nos hemos nucleado los productores orgánicos en la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay (APODU), el Centro Regional Sur (CRS) de la Facultad de Agronomía y la organización ecologista REDES-Amigos de
El programa de “Rescate y Revalorización de Variedades Nativas y Criollas y Soberanía Alimentaría” pretende contribuir al rescate de las semillas locales de hortalizas y otros cultivos en Uruguay, a su revalorización por sus características agronómicas y por el carácter colectivo de su propiedad. De este modo, se pone en ejercicio real la conformación de alternativas al sistema dominante en el manejo de las semillas, como elemento esencial para la construcción de soberanía alimentaria.
Para esto se han realizado cultivos semilleros como forma de aumentar la disponibilidad de semillas rápidamente e intercambio de semillas y plantines de un lado a otro. Ligado a esto, se desarrollan en conjunto con el INIA actividades de evaluación de cultivares y capacitación con reuniones y visitas a chacras entre productores.
En concreto se han cosechado semillas de cebollas, zanahoria, morrón, tomate, porotos, trigo, avena, maíz, papa, ajo, lechuga, frutilla en el CRS y en predios de productores orgánicos. Se han documentado otras semillas multiplicadas en los predios (zapallos, calabazas, acelga, perejil, etc.) y se facilitó un mayor intercambio de semillas entre productores mediante la difusión de la información y la organización de encuentros de productores.
En el proyecto en marcha se ha confirmado el rol de la agricultura familiar en el mantenimiento de la diversidad genética, destacándose cultivos como tomate (15 antiguas variedades), maíz (para uso en el predio o para la industria) y diversas leguminosas de grano.
El enfoque de trabajo comprende el mantenimiento en forma colectiva, formando una red de productores de semillas (sin una colección centralizada), para la cual participan más de 100 emprendimientos y el CRS en la multiplicación de diferentes cultivos. Esto permite el mantenimiento documentado de mayor cantidad de variedades locales y de diversidad, la coexistencia de diferentes criterios de selección, libres intercambios y la continuidad de la propiedad colectiva de las semillas.
Se realizan encuentros bi-anuales para análisis colectivos del programa y para el intercambio de semillas. Han participado de los mismos unos 80 productores de los departamentos de Artigas, Tacuarembó, Colonia, Maldonado, Montevideo, Canelones, Lavalleja, Rocha, Cerro Largo, Paysandú y San José.
Se optó desde el 2008 una organización autogestionada por los grupos de productores de cada localidad. Se pretende aportar al intercambio en
En el año 2006 el programa “Rescate y Revalorización de Semillas Criollas y Soberanía Alimentaría” es declarado de interés ministerial por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay, que ofreció coordinar los trabajos con el gubernamental Instituto Nacional de Semillas. El proyecto contribuye a la consolidación de alternativas productivas sustentables y al asentamiento de la familia en el medio rural.
Uruguay cuenta con semillas locales en numerosos cultivos hortícolas, que se han mantenido en base a la multiplicación artesanal por los horticultores. En especial la mujer ha tenido un destacado papel en el mantenimiento de las semillas, que se originan en antiguas variedades traídas por los inmigrantes. Este germoplasma puede presentar diversos grados de adaptación a las condiciones agroecológicas y a las técnicas de cultivos locales. En efecto, existen variedades locales de importancia económica destinadas al mercado, al autoconsumo o a la industria, para las cuales es difícil hallar en el exterior formas similares.
La producción orgánica del Uruguay comprende a más de un centenar de productores, desde Montevideo rural a Bella Unión, desde Colonia a Maldonado. La selección del material de siembra hasta ahora ha sido siempre muy aleatoria. Durante los 90s los esfuerzos estuvieron dirigidos a mejorar el manejo del suelo y el control de enfermedades y plagas. Actualmente existe marcado interés en multiplicar semillas en el predio utilizando variedades criollas y variedades con alta adaptación local, con resistencia a enfermedades, calidad organoléptica y de libre circulación (en el marco del concepto de Soberanía Alimentaría1). Este trabajo permite además sentar las bases para la producción de semillas orgánicas en el Uruguay.
En la marcha han surgido otros intereses. La carencia de semillas de abonos verdes planteadas por los productores y el rescate de variedades locales de especies agrícolas asociadas a la industria panadera y a la obtención de granos para raciones animales, han motivado la ampliación del programa a otras especies.
En próximas etapas se prevé avanzar en las técnicas de cultivo y manejo orgánico de la producción de semillas, en la consolidación de los grupos locales de productores, en la definición de un sistema de garantías de semilla orgánica, y en la promoción de consumo de algunas variedades por sus propiedades alimenticias, medicinales y organolépticas, y por ser nuestras: tradicionales del País y de propiedad colectiva.
Visto:
Que es creciente la preocupación nacional entorno a la preservación de los recursos genéticos y la biodiversidad, tal cual lo manifiestan algunos comunicados e informes realizados por agrupaciones de productores o por comités técnicos:
En este sentido citamos el “Segundo Informe País Sobre el Estado de los Recursos Fitogenéticos”, elaborado por el Comité Nacional Sobre Recursos Fitogenéticos. En dicho informe se menciona en varias partes como ejemplo a las actividades desarrolladas por el programa, significando esto un reconocimiento importante a nivel país del papel de la Red de semillas en la conservación de la biodiversidad nacional.
A continuación se presenta un fragmento de dicho informe: “En términos generales se puede decir que recién en los últimos años se ha popularizado más la preocupación por la conservación de las variedades criollas. Este proceso se asocia con el tratamiento de estos temas en la formación de técnicos, y también a la acción de organizaciones ambientalistas, así como al desarrollo de la producción orgánica. Como ejemplo de esto, el Programa de Producción Responsable del MGAP, la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay y REDES-Amigos de
Y más adelante agrega: “Han surgido en los últimos dos años varias iniciativas que tienen como objetivo fundamental la soberanía alimentaria y el autoconsumo a nivel familiar. Así, proyectos como “Rescate y revalorización de semillas locales y soberanía alimentaria”, llevado a cabo por Facultad de Agronomía, REDES y APODU; o como los varios proyectos llevados a cabo por
El mismo informe agrega: “Existen variedades locales de muchas especies, especialmente hortícolas, que tienen un uso extendido en producción y que han demostrado ser una fuente muy rica de germoplasma. Es necesario relevar estas variedades, apoyar e incrementar los programas de conservación “on farm” y crear un registro de las mismas”.
En este informe se definen pautas estratégicas para mejorar el estado del manejo in situ (políticas, investigación y manejo) y se establece que: “Uruguay requiere del establecimiento de políticas claras y planes de acción conducentes a la conservación in situ de la biodiversidad y en particular de los recursos genéticos, especialmente en estos años en que existen fuertes intereses empresariales para la expansión de la frontera agrícola. Por otra parte, hay señales auspiciosas de que el tema preocupa, ya que se han creado programas como el de Producción Responsable, que constituyen una señal política importante. Dichas iniciativas deben mantenerse y ampliarse en el tiempo. Para ello no sólo se requieren recursos económicos sino establecer políticas permanentes de promoción y apoyo a la Conservación in situ”.
Debemos destacar en este sentido los comunicados realizados por
En esta línea la CNFR expresa en su documento Políticas Públicas para el desarrollo de
A su vez en la declaración realizada por los productores que participaron de la Fiesta de
Por todo lo expuesto es que demandamos, en caso de que usted salga electo en las próximas elecciones nacionales, especial atención y apoyo al programa que venimos desarrollando por entender que el mismo es una pieza clave para el desarrollo del sector agropecuario.
Sin más motivo, saludan atentamente:
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