A mediados de este mes, las autoridades de salubridad de Estados Unidos se pronunciarán sobre la posibilidad de admitir que un pez genéticamente modificado se destine a la alimentación humana en ese país. Se trata de una variedad del salmón a la que se modificó para que crezca dos veces más rápido que la natural y que fue creada por la empresa estadounidense AquaBounty Technologies.
La empresa argumenta que su salmón, que lleva el nombre de AquAdvantage, debe ser aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por su sigla en inglés) debido a que podría ayudar a impulsar la industria nacional y reduciría la presión que la pesca industrial causa sobre el medio ambiente.
Sin embargo, quienes apuestan por la soberanía y la seguridad alimentaria argumentan que este salmón podría representar una grave amenaza para los salmones naturales si es aprobado, porque existe el riesgo de que se produzcan fugas de estos peces hacia el ecosistema donde habitan los salmones en estado salvaje, compitiendo por los recursos con éstos.
Además, los críticos de que se críe a esta especie de salmón modificado señalan que no hay suficiente información sobre los efectos que su ingesta podría ocasionar en humanos y advierten que esta especie tendrá los mismos problemas que las que se cultivan en las granjas piscícolas, aunque incluso podría ser más susceptible a las enfermedades y necesitaría por tanto de una mayor cantidad de antibióticos que los peces de granja.
Por ello, quienes se oponen a que se apruebe al salmón genéticamente modificado están instando a la población estadounidense a expresarse en su contra ante la FDA, y a reclamar que de ser aprobado, se le pida a quienes lo produzcan que lo etiqueten debidamente, ya que la empresa que lo creó argumenta que no existen diferencias entre éste y el natural, por lo que se niega a diferenciarlo.
No obstante, fuentes de la empresa declararon a la agencia Reuters que no se han realizado pruebas clínicas en humanos y animales para observar los efectos de la ingesta del salmón modificado, sino que únicamente se realizaron pruebas de sabor. “Yo probé el pescado, y tiene un sabor fantástico”, declaró a esa agencia el ejecutivo de AquaBounty Technologies Ronald Stotish, quien argumenta que el pez debe ser aprobado porque su apariencia es igual a la del natural. Si el salmón es aprobado, podría abrir la puerta para que otras especies de animales destinadas al consumo humano sean modificadas también, como es el caso de los cerdos y del ganado vacuno.
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