De la deuda externa ya no se habla. Ni en los medios, ni en los sindicatos, ni en los partidos de la izquierda tradicional. Sobre los pocos que hablan de ella se dice que son dinosaurios políticos, trasnochados y que no se dan cuenta que los tiempos han cambiado y que ahora la deuda es soberana. Históricamente, los trabajadores organizados y los partidos de la izquierda uruguaya han levantado en su programa el no pago de la deuda externa.
La deuda externa ha sido una herramienta de dominación sobre los pueblos de los países ''subdesarrollados''. Las cifras exorbitantes (en el mejor de los casos el 40% del PBI o en el peor como Uruguay, del 70% sin contar los intereses) hacen imposible cualquier desarrollo productivo nacional. Esto le sirve a quienes tienen poder sobre la economía mundial, pues los grandes capitales no tienen fronteras, son internacionales, están globalizados, por lo tanto un desarrollo nacional va contra sus intereses. Muchos vieron esto hace años por lo cual incluyeron en sus programas la bandera del no pago de la deuda. Por ej. Danilo Astori (actual bicepresidente de Uruguay y ex ministro de economía) en el año 1982, escribe un libro, Crisis y Deuda Externa de la editorial Banda Oriental, donde se analiza el tema de la deuda y recomienda el no pago de la misma como política que permita el desarrollo productivo nacional. Este mecanismo de dominación influye sobre el presupuesto nacional, sobre nuestro salario, salud, educación y vivienda.
Pero con los años, muchos han cambiado su forma de pensar, ''encandilados'' por el neoliberalismo, empujados por la lógica predominante, han perdido el norte y han pasado a ser útiles a los intereses de quienes tienen el poder a nivel global. Es así, que de la deuda casi no se habla. Para ello se ha desarrollado un método de invisibilización de la misma mediante distintos mitos que encubren los ''nefastos resultados'' provocados por el pago de la misma. Y esto es así porque hablar de la deuda es hablar del sistema, es criticar al sistema, es conocerlo y tomar conciencia del mismo. Hablar del sistema nos lleva a entender las decisiones políticas que se toman dentro del mismo, porqué se toman, en defensa de qué intereses, en beneficio de quién y en perjuicio de quienes. Una de esas decisiones políticas es el presupuesto quinquenal.
Un presupuesto debe ser la expresión en cifras de un programa de gobierno. Es poner el énfasis en lo que se quiere priorizar y también es decidir sobre los dineros públicos, sobre el dinero de todos. Si no se le asigna presupuesto a las reivindicaciones del programa se está falsificando la propuesta. Por ello, es importante desmitificar el tema de la deuda y ponerlo en discusión durante la lucha presupuestal.
Mito de la deuda soberana
Deuda soberana, es el nuevo término acuñado por los políticos para hacer creer a la sociedad que al pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no hay más condicionamientos derivados de los pagos de la deuda. Los mecanismos para condicionar las políticas económicas de los pases deudores se realizan a través de cartas de intención y planes estructurales de ajustes. En los mismos, los organismos internacionales de préstamo determinan y agendan reformas para el Banco Central del Uruguay (BCU); el Banco Hipotecario del Uruguay (BHU); el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU); las Cajas de jubilaciones; las políticas monetarias; el presupuesto nacional; las reformas tributarias; la reforma del estado; las políticas asistenciales; los salarios de funcionarios públicos; etc. ¿Esta injerencia de ''afuera'' se acaba cuando traspasamos la deuda con el FMI al Banco Mundial (BM) y a la banca internacional? De ninguna manera, las oficinas del FMI siguen estando, los funcionarios del FMI están en la Presidencia, en el Banco de Previsión Social (BPS), en la Auditoría Interna de la Nación (MEF), así como los funcionarios del BM y de la CAF (Corporación Andina de Fomento impulsora del plan IIRSA y que puso 100 millones de dólares para terminar el actual edificio de la presidencia y tiene sus oficinas en el mismo).
Otro dato importantes es que cuando se bajan los intereses en un préstamo, aumentan los condicionamientos, lo que nos hace pensar que la deuda no solo es impagable, sino que es incobrable pues no la quieren cobrar porque sino perderán la oportunidad de condicionarnos en las políticas económicas. Los mecanismos de condicionamientos (y en algunos préstamos hay hasta 111 condicionamientos, según Stiglitz ex vicepresidente del BM), se han agravado pues existe ahora el mecanismo cruzado. Si le pedimos dinero a un banco, este no solo verifica que se haya cumplido con sus condiciones en préstamos anteriores, sino también se verifica que se haya cumplido con las condiciones fijadas por otros bancos u organismos internacionales.
Antiguamente la deuda se contraía a través de préstamos de país a país o de organismos financieros a país, hoy por hoy, más del 70% son bonos de deuda pública. Los bonos se comercializan en Nueva York, Londres, Japón, mercados internacionales donde no tenemos ningún tipo de control ni injerencia. Actualmente son 12 los bancos que dominan el mercado de bonos de deuda externa a nivel mundial.
Mito de las reservas
Las reservas son los activos que tiene el país. Uruguay tiene 7.695 millones de dólares de reserva (fuente: pagina web del BCU, www.bcu.gub.uy). Pero lo que no se dice, es que la mayor parte de esas reservas se obtuvieron con deuda, o sea que para llegar a esa cifra se tuvo que contraer otra deuda. Son solamente 1.300 millones lo que se puede invertir de las reservas.
Mito de que somos países pobres
Lo correcto sería decir que somos países empobrecidos por políticas económicas que nos imponen desde ''afuera'' y que nuestros representantes (los políticos) reproducen. Ejemplo de ello son los siguientes puntos:
- En el año 2002 se crearon 5 impuestos en plena crisis (entre ellos el IVA a frutas, verduras y hortalizas) porque había que juntar 500 millones de dólares para pagar la deuda. Pero al mismo tiempo se cerró la emergencia del Hospital de Clínicas (hospital público en Uruguay).
- Las políticas monetaristas neoliberales nos pautan la inflación permitida. Esto hace que el Estado tenga que salir a comprar dólares para que no se produzca inflación. El costo financiero de esa operación realizada por el BCU asciende a 35%. Esos dólares que se compran, se colocan en Estados Unidos como activo y la tasa que recibe el país es de un 5 a un 8%. Simple matemática: 35 - 7=28. Con esa operación se produce anualmente una pérdida de 365 millones de dólares, o sea un millón de dólares diarios (déficit parafiscal).
- En el 2009 el BCU, por la aplicación de una política monetaria neoliberal, tuvo pérdidas de 1.136 millones de dólares, 3 millones de dólares diarios y lo que significó un 3.6% del PBI. Recordemos que a la Educación Pública se le otorgaba en aquel entonces, un 3.9% del PBI.
- En el 2007 por ley se aumentó el tope anual de gastos (o sea el presupuesto) del estado en 350 millones de dólares más por estos déficits parafiscales.
- La deuda externa uruguaya asciende a 36.5000 millones de dólares (superando el PBI del país) y es una de las más grandes en relación a la cantidad de habitantes. Solo en el 2010 los pagos (intereses y parte del capital) llegan a 3.600 millones de dólares (10 millones de dólares diarios).
- 10 millones por los pagos, 1 millón diario de déficit parafiscal, 3 millones de déficit del BCU; suman 14 millones de dólares diarios. Con este dinero, en menos de cuatro meses, se estaría llegando al 6 % que solicita la educación hoy.
Ahora, ¿Por qué las personas de mayor nivel adquisitivo, ni los estudios jurídicos, ni los contables nacionales hablan sobre la deuda? Porque para ellos hay un premio: son las letras de deuda uruguaya con un rendimiento del 60% al 70% de ganancia, que se cotizan en la bolsa de valores de Montevideo. Pero para los trabajadores no hay esos porcentajes sino que se propone un aumento en el quinquenio del 14%.
Visibilizar la deuda externa, denunciar los condicionamientos, generar correlación de fuerzas para dar la pelea por la priorización del pago de la deuda social frente a la deuda externa, esa debería ser nuestra tarea en este momento.
* Muchos de estos datos fueron vertidos en el Taller Deuda Externa y Presupuesto, realizado por la UTHC y AFFUR con la participación del Dr. Ramiro Chimuris, asesor legal de la UTHC y quien participara en la Comisión de Auditoría de la deuda pública de Ecuador donde tuvo acceso a importante documentación sobre los organismos internacionales de crédito.
** Algunas consideraciones que se tomaron en cuenta en esta publicación son aplicables a otros países de Latinoamérica.
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