El Ministro de Defensa de Colombia, Rodrigo Rivera, descartó el pasado sábado 4 cualquier posibilidad de diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y afirmó que el Gobierno nunca cederá a chantajes. “No hay ninguna forma de dialogar con un terrorista, con una persona que cree que puede utilizar la violencia y el terror como lenguaje para hacerse entender del interlocutor. Colombia nunca cederá ante esa clase de chantajes”, expresó Rivera durante una entrevista a la Radio Cadena Nacional. El jefe de la cartera de Defensa instó en sus declaraciones a arreciar la lucha contra los grupos armados. “Ellos no creen en la dejación de las armas y por eso hay que arreciar”, sentenció.
Rivera hizo un llamado a la ciudadanía para que ayude a las fuerzas de seguridad del Estado “la consigna es que la ciudadanía nos colabore, nos ayude, que en todas partes tengamos un ojo avisor frente a cualquier actividad sospechosa de los criminales, de los delincuentes. tengamos una estrecha colaboración con nuestra fuerza pública”.
En sus declaraciones el ministro de Defensa aludió al ataque el pasado miércoles en una carretera del departamento del Caquetá (sur) en el que murieron 14 policías y nueve más resultaron heridos y que fue atribuido por el director de la Policía, general Santiago Parra Rubiano a las FARC. Esto “demuestra que tenemos que tener la guardia en alto (…) al terrorismo se enfrenta con firmeza” afirmó.
Por su parte, la víspera la Consultoría para los DD.HH. y los Desplazamientos de ese país, afirmaba que el recrudecimiento del conflicto armado interno que vive Colombia ha agravado la situación de los derecho humanos (DD.HH.) en esta nación. ”Realmente la tragedia colombiana consiste en que la guerra sigue, no estamos en ningún postconflicto (…) llevamos 8 años de un política de mano dura y esta política ha permitido arrinconar a la guerrilla pero hoy hay herederos de los grupos paramilitares en casi todos los departamentos del país”, afirmó, Marcos Romero, miembro de la Consultaría en una entrevista exclusiva ofrecida para TeleSUR *. Indicó que parte del problema es que no se ha asimilado la idea de una salida pacífica al conflicto de ese país latinoamericano, ‘’se ha desprestigiado internamente la idea de paz y de una solución de tipo político” apuntó.
Romero aclaró que quienes sufren las consecuencias de esta guerra interna irregular que experimenta la nación suramericana son “en primera instancia, los soldados, los guerrilleros, los paramilitares que casi siempre son los jóvenes, hijos del campesinado y de los estratos bajos de la sociedad colombiana”, aclaró.
La otra parte de la población que también padece las consecuencias del conflicto son los civiles que se localizan en el lugar de los enfrentamientos puesto que “estos enfrentamientos no ocurren en teatros de operaciones donde no hay civiles. En muchas partes la gente termina obligada a desplazarse (…) a procesos de reclutamiento forzado o asesinadas en medio del fuego”, consideró.
* Pueden ver el la entrevista en nuestra publicación del día 22 de julio de 2010: Jair Murillo asesinado.
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