El presidente boliviano Evo Morales agradeció a los países que apoyaron la iniciativa boliviana para que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declarara el 28 de julio al agua y al saneamiento como un derecho humano. Fueron 122 los países que votaron a favor, 41 se abstuvieron y ninguno rechazó la resolución.
Anil Naidoo, integrante de la Organización de los Candienses (organización que ha trabajado muy duro como parte del movimiento internacional por el derecho al agua) formó parte de un equipo de la agrupación que estuvo trabajando en Nueva York, Estados Unidos, antes y durante la votación de la ONU.
El presidente boliviano expresó su complacencia porque ahora la comunidad internacional considera plenamente que “el agua es un derecho humano y no un negocio privado”, según cita la estatal Agencia Boliviana de Información. “Una vez que la comunidad internacional reconoce que el servicio del agua es un derecho humano, debe ser administrado por las Alcaldías, Gobernaciones, el Gobierno nacional y no por empresas privadas”, dijo Morales. La propia Constitución política boliviana consagra al agua como un derecho humano. Uruguay fue el primer país del mundo en hacer lo propio, en octubre de 2004.
Anil Naidoo destacó el trabajo del Consejo de los Canadienses antes de la votación, con reuniones de lobby continuas en Nueva York con representantes de gobiernos y organizaciones no gubernamentales, por ejemplo. El activista del agua resaltó que la decisión de la Asamblea General “fue un gran resultado porque ni un país votó en contra, aunque sabemos que hay grandes oponentes al reconocimiento del agua y el saneamiento como un derecho humano”. “Estamos preocupados porque algunos países poderosos se abstuvieron y nosotros sabemos que continuarán en contra de la resolución”, agregó.
Sin embargo, Naidoo enfatizó que los 122 votos a favor y la inexistencia de votos en contra “muestran el deseo de la Asamblea General” por encima de la postura de algunos Estados industrializados. “Es una gran victoria porque ahora podemos seguir hacia adelante y no seremos frenados por estos gobiernos”, dijo.
Es que Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, entre otros, presionaron hasta último momento para que no se aprobara la nueva resolución y luego se abstuvieron en la votación. Inclusive hubo que lidiar con la Junta Asesora del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Agua y Saneamiento, que presionó para que no se reconociera al agua y al saneamiento como un derecho humano.
Naidoo contó sobre una reunión mantenida por los países de la Unión Europea la noche anterior a la votación en la Asamblea General de la ONU, para tratar de llegar con una posición única. En esa instancia 17 de los 27 países del bloque votaron contra la resolución, pero no hubo acuerdo porque varios Estados europeos mantuvieron su apoyo a la iniciativa.
El activista destacó el voto positivo en la Asamblea de Alemania, España, Francia, Italia y también de países como China, India, Brasil y Sudáfrica. Está claro para Naidoo que lejos de terminar, el trabajo está empezando, para asegurar que el nuevo derecho sea respetado y que los organismos internacionales trabajen para implementarlo debidamente. Los movimientos y organizaciones sociales alrededor del mundo tienen un rol fundamental que jugar, aseguró nuestro entrevistado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario