Perjuicios económicos que trajo UPM-Botnia a Uruguay
Una parte de los costos que ha pagado la sociedad uruguaya se refiere a la inversión del estado en caminería rural, en acondicionamiento urbanístico tras la localización de la empresa en las afueras de Fray Bentos; la asistencia social y de salud pública derivada de la cantidad de trabajadores y familias de bajos recursos que se trasladaron a la zona en busca de un empleo, sin éxito; la instrumentación de nuevos cursos apostando a capacitar empleados en la construcción de la fábrica, empleos que nunca se concretaron como por ejemplo los de soldadores.
La medida argentina de cortar el acceso al puente internacional también tuvo impactos económicos, como el aumento de costos en las empresas de transporte de pasajeros Uruguay - Argentina al tener que extender sus recorridos hasta Paysandú; las pérdidas en el sector transporte de carga al tener mayores demoras, mayor desgaste de las unidades; las compensaciones dadas por el gobierno a los trabajadores del free shop y otros comercios cerrados en la cabecera uruguaya del puente; los servicios jurídicos derivados de las presentaciones uruguayas ante la Corte de La Haya. En cuanto a este último el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que el Estado gastó más de 8 millones de dólares en la contratación de un Estudio Jurídico para la defensa de Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
A todo esto hay que sumarle las pérdidas por la falta de ingresos en el sector turístico departamental, vinculado mayoritariamente al balneario Las Cañas, el cual empleaba a más de mil personas de Fray Bentos por temporada.
Los beneficios que no trajo Botnia
Las entrevistas y foros de presentación realizados por la empresa Botnia se centraron en publicitar los beneficios que significarían para el país y su gente si se aprobaba su instalación. Una de las principales promesas (buscando el apoyo social y político) fue que generaría miles de puestos de trabajo. El Vice Presidente de Botnia, Timo Karinen, afirmó que “en su conjunto, el proyecto calcula la creación de más de 8000 puestos”, incluso en audiencia ante el parlamento el representante de la empresa Carlos Faroppa aseguró que “del 2007 en adelante, estaríamos hablando de 9.000 empleos generados”. Hoy se puede ver la realidad: Río Negro es el departamento con mayor desocupación del país.
A cambio de sus promesas a la empresa se le autorizó a instalarse en nuestro país y funcionar en una Zona Franca “exenta de todo tributo nacional, creado o a crearse” según la Ley de Zonas Francas y sus plantaciones gozan de los beneficios de la Ley Forestal. Vale aclarar que a pesar de contar con esta megafábrica de celulosa, Uruguay no exporta celulosa, exporta rolos a la Zona Franca de UPM-Botnia para que ésta fabrique y exporte celulosa.
"Vamos a contar con ustedes para que nos ayuden a dignificar la vida de los rionegrenses" expresó en su momento el intendente Omar Lafluf a la empresa. ¿Realmente se dignificó a los habitantes de Río Negro? Se crearon alrededor de 350 empleos en la fábrica UPM-Botnia (a modo de comparación, en las pequeñas papeleras uruguayas Pamer o IPUSA trabajan entre 300 y 400 personas) y se perdieron durante este tiempo 200 empleos en la cabecera uruguaya del puente. El turismo en Las Cañas mermó considerablemente. Río Negro, además de ser el departamento con mayor desocupación del país, ostenta también los niveles más altos de violencia doméstica. La empresa vierte al agua, aire y tierra toneladas diarias de desechos provenientes de la fábrica de celulosa y de químicos y es propietaria (además del predio de la fábrica que afecta unas 550 hectáreas) de más de 200.000 hectáreas de campo; en la producción forestal cada vez más las máquinas sustituyen a las personas. Las intendencias reclaman asignaciones cada vez mayores de rubros para poder reparar las carreteras y caminos estropeados por los camiones cargados de rolos.
El representante de los comerciantes de Fray Bentos, Leopoldo Cayrus ha afirmado que durante el corte la población fraybentina que solía abastecerse en Gualeguaychú comenzó a consumir en los comercios de su ciudad. Lo mismo pasó con los miles de empleados que trabajaron durante la construcción de la fábrica, que sin el corte hubieran invertido gran parte de sus ganancias en comercios de la vecina orilla. Pero el gran reclamo de algunos comerciantes fraybentinos es que la empresa UPM-Botnia se abastece en comercios de Montevideo, en lugar de consumir en los comercios locales.
Una necesaria evaluación de costos y beneficios
Urge que antes de seguir dando por hecho la instalación de nuevas y cada vez más grandes fábricas de celulosa el estado y la sociedad uruguayos se detengan a analizar si la primera y por ahora única fábrica que existe en el país, ha resultado beneficiosa, desde el punto de vista económico, social y ambiental. Para eso es necesario encarar una serie de estudios:
1) Sobre la fábrica:
- La cantidad de empleo real generado por la fábrica de celulosa.
- La pérdida de empleos atribuibles a la planta (turismo, pesca, apicultura, etc.).
- Los cambios sociales en Fray Bentos resultantes de la instalación de la planta.
- Las implicancias en materia de salud y calidad ambiental resultantes de las toneladas de sustancias químicas que la fábrica emite al aire, vierte al agua y los desechos sólidos que vuelven a los campos.
- Los beneficios económicos que obtiene (o no) el país por tener funcionando esta fábrica en una Zona Franca.
2) Sobre la forestación:
- Cuántas personas trabajan en las plantaciones que abastecen de madera a la fábrica y cuáles son sus condiciones de trabajo.
- Cuantos empleos y actividades fueron sustituidos por la forestación y cual es el balance final en materia de empleo rural.
- Cuantos productores rurales han sido afectados (positiva o negativamente) por el avance de la forestación.
- Que impactos se han constatado sobre la cantidad y calidad del agua en las zonas forestadas.
- Que impactos se han constatado sobre suelos utilizados por períodos prolongados con un mismo monocultivo y tras la aplicación de herbicidas y hormiguicidas.
- Que impactos se han constatado sobre la flora y fauna nativas.
Lo que antecede es solo una lista primaria de los muchos temas vinculados a la forestación y fábrica de celulosa que requieren ser estudiados en profundidad y que son propuestos por el Gupo Guayubira (ONG ambientalista en Uruguay). Recién cuando se cuente con la evaluación de estos elementos se podrá debatir y responder las preguntas planteadas en la primer parte de esta nota: ¿fue bueno para Uruguay abrirse a una inversión extranjera como ésta, que implica seguir exportando materia prima y además en condiciones de zona franca? ¿Los beneficios recibidos justifican la megafábrica que hoy funciona en Fray Bentos y los cientos de miles de hectáreas de eucaliptos que hoy ocupan los campos? En base a esa experiencia: ¿Le conviene al país seguir autorizando la instalación de grandes fábricas de celulosa que requerirán la plantación de aún más amplias áreas de eucaliptos?
En un contexto ya más distendido por el levantamiento del corte, el Grupo Guayubira entiende que ha llegado el momento en que uruguayas y uruguayos se den el espacio para encontrar respuestas a estas preguntas tan fundamentales para el futuro del país.
Por último, exponemos (cliqueando sobre el título) el informe realizado por la Facultad de Ciencias de Uruguay, llamado ''Sintesis de los efectos ambientales de las plantas de celulosa y del modelo forestal en Uruguay''. Dicho estudio fue totalmente ignorado por las autoridades gubernamentales y no fue promocionado para que la mayoría de la sociedad tuviera acceso a él.
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