Un escenario dramático y preocupante emerge de un estudio realizado por el Equipo móvil de la Obra Don Guanella, realizado a 315 niñas que viven en las calles en el distrito de Tshangu, territorio que va desde las afueras de Kinshasa, República Democrática del Congo y se extiende hacia la sabana.
Las preguntas han sido planteadas por un equipo de tres educadores, dos mujeres y un hombre. La gravedad del fenómeno que se lee en los datos ha dado lugar a un nuevo proyecto de Caridad, junto con War Child y Comic Relife, para responder a las muchas necesidades de tantos “infantes de la calle”, especialmente de estas jóvenes niñas obligadas a la prostitución y a la violencia.
El 79% de las niñas entrevistadas, se lee en una nota de Mauro Cecchinato, director de las actividades de la ciudad y del Equipo móvil, tiene una edad comprendida entre los 12 y 18 años, el 70% ha nacido en Kinshasa (la mayoría en el distrito de Tshangu), el 62% cuenta todavía con un familiar vivo. La razón que empuja a las niñas a las calles es una combinación de factores: el abuso o la dificultad a vivir en el núcleo familiar (65%), influencia de amigas (45%), pobreza (44%), y acusadas de brujería (41%).
El 70% no ha completado la escuela primaria, el 57% dice no poder encontrar el alimento suficiente para sobrevivir (razón por la que recurren a la prostitución). Todas las entrevistadas (excepto una) dijo que había elegido el camino de la prostitución como la única opción para tener poder sobrevivir económicamente, el 45% de las niñas dijeron que habían usado anticonceptivos, pero el 80% admitió que no obligan al cliente a usar el preservativo.
Los 2/3 aún no se han sometido a un examen para del SIDA. El 32% encuentra una media de cinco clientes por noche. El 42% ya han estado embarazadas al menos una vez, el 15% ha continuado con el embarazo y el 20% vive todavía en la calle con su hijo. El 57% de las entrevistadas admitieron haber sido violentadas, sobre todo por los chicos que viven en la calle, pero el 28% de estas agresiones sexuales fueron cometidos por militares o fuerzas del orden.
En el 68% de los casos de violencia, las víctimas no han recibido ninguna atención médica, ningún apoyo psicosocial o legislativo. Sólo el 9% de los casos ha encontrado el valor y la posibilidad de denunciar. El 86% vive en las calles desde hace más de un año y el 65% de las 315 entrevistadas expresaron su deseo de dejar pronto este tipo de vida.
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