''Es el lucro''

Desde 2008, Brasil es el mayor consumidor mundial de agrotóxicos, a instancias del crecimiento indiscriminado de las grandes empresas agrícolas que operan en el campo. Las autoridades sanitarias brasileñas admitieron que se están comercializando al menos doce sustancias químicas que están prohibidas en otros países.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en todo el mundo se registran anualmente unas tres millones de intoxicaciones por agrotóxicos; de las cuales 70% se registran en países del tercer mundo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que unas 70 mil personas mueren por año como consecuencia de la manipulación inadecuada de estos productos. Creemos, si bien no lo podemos afirmar, que los números de los dos organismos internacionales, cómplices de esta situación (y de otras), se quedan cortos.

En síntesis, sobran elementos para justificar un debate serio sobre el uso de los agrotóxicos, y así lo entendieron miles de mujeres brasileñas, que la semana pasada se movilizaron en todo el territorio nacional para denunciar los impactos que provocan estos productos sobre los campesinos y los asalariados rurales.

En la convocatoria participaron el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), el Movimiento de Afectados por Represas (MAB por sus siglas en portugués), el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) y la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT).

El uso intensivo de los agrotóxicos impacta especialmente sobre las mujeres, según afirman estos grupos. Hablan de un aumento de los casos de cáncer, de las alergias cutáneas, de abortos y de nacimientos de niños con malformaciones, y advierten que las empresas que “producen el veneno” son las mismas que luego venden los medicamentos para combatir estas enfermedades. 

“Lo más importante es vender. Es el lucro”, se lamentan a través de un comunicado. Las mujeres y los hombres que trabajan por salarios miserables, los desempleados del mundo rural y las comunidades indígenas son las más afectadas por el brazo tóxico del modelo del agronegocio. “Están condenados a vivir en las áreas más contaminadas y a ingerir los alimentos llenos de agrotóxicos”, argumentan.

Las jornadas de lucha contra el veneno ya movilizaron a mujeres de La Vía Campesina en nueve estados de Brasil. Mato Grosso, Paraná y Sao Paulo son los mayores consumidores de estos productos, según el MST.

Después de una leve caída en 2009, la industria de producción de agrotóxicos volvió a recuperarse en 2010 y alcanzó los ''niveles récord'' de 2008, según un informe de Folha de Sao Paulo. El 46% de estos productos están destinados a la soja, el 11% para la caña de azúcar, 10% para el algodón, 10% para el maíz y el resto para otros cultivos, como el café y los cítricos.