En publicaciones anteriores, entre ellas ''No debe construirse una presa sin que la gente afectada esté de acuerdo'' (28/04/10) y ''No a El Zapotillo!!!'' (02/10/10), ya habíamos tratado el tema de la construcción de la represa El Zapotillo y hoy volvemos a tener novedades desde México acerca de la misma.
Ayer, domingo 27 de marzo, sonaron las campanas de la basílica de la Virgen de los Remedios en el poblado mexicano de Temacapulín. Era el llamado, posterior a una asamblea que selló la decisión, que efectuaron cientos de pobladores locales que se verán afectados por las obras y que resolvieron tomar la cortina de la represa El Zapotillo que, según afirman, se está construyendo en forma ilegal.
“Llamamos a grupos ciudadanos, instituciones y organismos internacionales a que monitoreen que no seamos víctimas de hostigamiento o represión policíaca por parte del aparato estatal, grupos de choque, paramilitares o cualquier grupo armado en la zona alteña”, reza un comunicado que se difundió esta mañana por parte de organizaciones que participan en la toma pacífica.
Activistas locales y de Estados vecinos pretenden detener “definitiva e indefinidamente” las obras, y acusan a las autoridades involucradas, más precisamente a los gobiernos de Jalisco y Guanajuato, por no acatar los fallos judiciales favorables a los pueblos amenazados de inundación por el macro-proyecto, que se niegan a ser trasladados.
Hartazgo y desesperación. Esos son los factores principales que ponen sobre la mesa los ocupantes para explicar los motivos de la acción que adoptaron este fin de semana, y que aparecen reseñados en el comunicado de prensa.
“Nos hemos apegado al derecho, hemos recurrido a instancias locales, estatales, federales, intentado interlocución con los promotores de la obra, manifestado nuestro rechazo tras auto-informarnos e investigar por nuestra cuenta el tipo de proyecto que pretende desplazarnos y anularnos como pueblo”, relatan los opositores a El Zapotillo en ese documento.
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