En el departamento de Rocha, Uruguay, existe el monte de ombúes más grande del mundo, el cual tiene una extensión de unas 20.000 hectáreas y se ubica a los bordes de la Laguna de Castillos. Una pequeña parte del total es visitada habitualmente por turistas a lo largo de todo el año, incrementándose en la temporada de verano. Para llegar a él se realiza un viaje en canoa o pequeños botes a lo largo del Arroyo Valizas, hasta sus nacientes en la mencionada laguna. Entre el recorrido por el arroyo y los 2 montes que se visitan, los turistas pueden disfrutar de un paradisiaco lugar y conocer esta rareza de la naturaleza (no es normal que los ombúes se agrupen) durante dos horas.
Ahora bien, no todo es como parece en este maravilloso espacio natural. El pasado 2 de enero, Movalis estuvo en el lugar y entrevistó a Jorge, uno de los canoeros que lleva a los turistas hasta el monte, gracias a quien se develó el negocio que existe allí. Como dijimos, se visitan dos montes. Ambos están enfrentados a las margenes del Arroyo Valizas, siendo uno privado y el otro estatal. Al llegar al del lado privado (el primero que se visita), se puede observar un cartel que dice: ''Rincón de los Olivera'' y allí comienza el recorrido, el cual es guiado por Marcos, un hombre de aspecto sencillo y que denota al parecer, mucho conocimiento sobre los ombúes y la naturaleza que rodea el sitio.
Lo que Marcos no dice a los turistas es su apellido: Olivera. Al igual que su hermano mayor y otros parientes de ellos, son todos descendientes de Leonardo Olivera, personaje histórico que participara en las luchas por la (segunda) independencia del país y que tuvo como principal logro, la conquista de la Fortaleza de Santa Teresa (hoy devenida en museo en el mismo departamento), uno de los bastiones más importantes de la defensa imperial. A partir de allí, los Olivera han manejado una cantidad enorme de tierras en los campos de Rocha y los descendientes al día de hoy no escapan a esta situación, sino todo lo contrario, la aprovechan. Es así que el ''sencillo'' guía es propietario de una basta extensión de tierras, dentro de las cuales tiene una porción del monte de ombúes.
''(...) tienen negocios por todos lados y quieren más'' nos dice Jorge, el canoero. Y es que la actividad turística que llevan a cabo en el lugar, está monopolizada por los Olivera. Por $ 300 pesos uruguayos (unos 15 dólares) por persona, se puede realizar el viaje, inclusive entrando al monte público. Ahora bien, lo que Jorge advierte es que de ese dinero ''nada queda para el lado estatal'', el cual también es degradado por el excesivo tránsito de turistas. Es decir, que Marcos Olivera, recauda todo el dinero para ''su monte'', sus pequeñas embarcaciones y obviamente, su ganancia. El prospero negocio que lleva adelante es silenciado porque Marcos ''no quiere que se sepa que es un Olivera'' y así poder seguir adelante impunemente con su negocio de un lugar que debería pertenecer a la sociedad uruguaya toda. El estado no deja de ser cómplice, ya que tiene ubicado el monte habilitado para visitar, no por casualidad, frente por frente al de los Olivera, pudiendo haber elegido cualquier otra parte de las agrupaciones, las cuales se suceden en las zonas aledañas.
Otro engaño que se les hace a los visitantes es que ambos montes son naturales y que en el privado, predominan los ombúes sobre el resto del monte nativo por ''diferencias biológicas en el espacio'', según Marcos Olivera, quien busca resaltar así, su predio por sobre el estatal, el cual conserva el resto de la vegetación nativa, apareciendo los ombúes mezclados dentro de ésta y por ende, manteniendo el ecosistema original y naturalmente. Pero tales ''diferencias'' no existen. Los predios están en el mismo lugar y sobre los mismos cursos de agua, lo que ocurre es que al monte privado le es despojada el resto de la vegetación, la cual se mantiene a raya ''gracias'' a la acción del ganado que es introducido para que coma, destruyendo así, el verdadero ecosistema del lugar. Asimismo, los ombúes nuevos son plantados y ''conservados'' en una especie de ''gran jardín'' y esto es lo que denota la artificialidad del monte privado.
Al ser preguntado por el porqué de la decisión del estado de conservar los ombúes y no los palmares existentes en el mismo departemento (*), Marcos respondió que ''depende de los intereses del estado'' y que éste ''no tiene políticas de conservación'', lo cual es verdad. Pero este señor, aparentemente a favor de la naturaleza, aprovecha esta complicidad del estado, que le brinda beneficios para sus intereses económicos y reproduce la falta de políticas de conservación: como se dijo, modifica el ambiente original del monte volviéndolo artificial; contamina y desregula la vida del Aroyo Valizas por el transito de sus embarcaciones; introduce a miles de turistas anualmente, quienes pisotean este frágil lugar de forma totalmente anti sustentable; sus predios no presentan doble sendero, uno para el ingreso y otro para el egreso (el estatal sí), por lo cual los turistas van y vienen por el mismo sitio, degradando un área específica.
Jorge nos decía que la gente del lugar ''vive de la pesca, de manera muy sencilla y con pocos recursos económicos. Acá la vida no es nada fácil y los únicos que están por fuera de esta dura situación son los Olivera''. Y es que los habitantes que predominan en el lugar tampoco se hayan exentos de la actividad turística, ya que la ''presa'' de los pescadores artesanales en las épocas de mayor tránsito de embarcaciones, se desplaza hacia otras zonas del arroyo, por la acción de los motores que modifican constantemente la marea y remueven sedimentos. Con ello, lo que se logra es perjudicar aún más la vida de los pescadores, quienes así y todo, ''ven como natural la actividad de éstos (los Olivera)'', agrega Jorge.
Resumiendo, el ''sencillo'' Marcos tiene montado un monopólico negocio que destruye la naturaleza a gran escala y que perjudica la vida de los habitantes del lugar. Todo esto es silenciado por el estado y por su familia y naturalizado por los lugareños, permitiendo la reproducción de la situación y por su puesto, la ''colaboración'' económica de los visitantes que también mantienen lo antedicho y que le reporta grandes ganancias, además de las que ya tiene por la explotación de campos en la zona, con otras actividades además de la turística.
El monte público puede ser visitado sin el permiso de este señor, así que recomendamos que justamente sea éste el que se visite, buscar la manera de llegar a él sin necesidad de ser trasladados por las embarcaciones de Marcos Olivera, lo cual se puede lograr pidiéndoles a los pescadores del lugar (cuando salen de pesca) que los alcancen hasta dicho sitio o caminando. No se está haciendo nada por esta situación ni por el lugar, pero con estas pequeñas actitudes y difundiendo la información, lograremos en cierta medida desmonopolizar el negocio y evitar que se siga multiplicando, a la vez que haremos un turismo un tanto más responsable que el que se lleva a cabo en el lugar.
Agradecemos a Jorge por sus declaraciones, ya que esta publicación no hubiera sido escrita de no ser por su denuncia y seguramente sería muy difícil habernos enterado de lo que allí está montado.
(*) Los palmares de Rocha (asociación de palmeras de la especie Butiá Capitata), son también los más grandes del mundo y se hayan en la zona de humedales del este declarada por UNESCO ''Patrimonio Mundial de la Humanidad'', además de estar en uno de los sitios de mayor importancia desde el punto de vista arqueológico y con mayor variedad de aves de todo el país. Para este lugar no hay protección, las palmeras se mueren año a año y como los campos están en manos de productores ganaderos ''importantes'' el estado no toma medidas, a pesar de que por ley puede expropiar los campos que sean de interés público o destinados a la conservación. Como si fuera poco con la destrucción del ecosistema, se está destruyendo la actividad que muchas personas llevan a delante para vivir gracias a los frutos de la palmera, con los cuales elaboran diversos productos naturales para vender: jaleas, mermeladas, miel, café, etc. En publicaciones siguientes ampliaremos sobre el tema.
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