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jueves, 20 de enero de 2011

Uruguay, país ''celulósico''



A pesar de que Uruguay es vendido al mundo (turístico) como ''país natural'', la realidad nos muestra todo lo contrario. Como si no fuera poco con tener la pastera de celulosa más grande del mundo, UPM (ex Botnia), la empresa Montes del Plata de Uruguay, consorcio de las forestales Arauco de Chile y Stora Enso de Suecia - Finlandia, acaba de firmar el pasado martes, el contrato de inversión para la instalación de una planta de celulosa en la localidad de Conchillas, departamento de Colonia.
Así lo anunció la compañía en conferencia de prensa desde la Torre Ejecutiva, sede del gobierno en la capital uruguaya, Montevideo. La inversión total alcanzaría los 1900 millones de dólares, la mayor a manos de privados en la historia del país. El emprendimiento incluye la construcción de una moderna planta de celulosa, un puerto para la exportación de ese producto y la llegada de la madera, y una unidad generadora de energía en base a recursos renovables (biomasa forestal). Ahora bien, la ''gran inversión'' a costa de qué? Monocultivo, contaminación (del aire, el agua, etc.), desocupación laboral mayor a la ocupación que proporcionará la empresa como ocurrió con UPM, etc.
La madera que servirá de materia prima para la nueva industria llegará desde las plantaciones forestales de la propia Montes del Plata en nueve departamentos del país. El consorcio entre Stora Enso y Arauco es el mayor propietario de tierras del país, con más de 250.000 hectáreas.
El aumento de la forestación en Uruguay y la instalación allí de plantas de celulosa preocupa a las organizaciones ambientalistas nacionales, especialmente las nucleadas en el Grupo Guayubira, por los impactos ambientales y sociales de esas actividades. Entre ellos se destaca la escasez de agua en las zonas con monocultivos de árboles, el desplazamiento de los productores rurales y la consecuente caída de la producción de alimentos, la latifundización y extranjerización de la tierra.
Uruguay, como dijimos, ya tiene una planta de celulosa funcionando, de la empresa finlandesa UPM-Kymmene y alrededor de un millón de hectáreas forestadas con eucaliptos y pinos. El país tiene en total 16 millones de hectáreas cultivables.
En noviembre de 2010 el Grupo Guayubira denunció presiones de Montes del Plata al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca para que reclasifique los suelos del departamento de Colonia y agregue 100.000 hectáreas de prioridad forestal, mientras que la superficie total de Colonia es de apenas 610.000 hectáreas, según Guayubira. Para Montes del Plata las plantaciones en el departamento en el que instalará su fábrica de celulosa significan el abaratamiento de los costos de transporte.
A mediados de diciembre el intendente de Colonia, Walter Zimmer, señaló: “más celoso que yo para que no se foreste no van a encontrar”, citado por El Ecosemanario de Uruguay. A fines de ese mes la Junta Departamental de Colonia (Legislativo) aprobó por mayoría un decreto que regula los proyectos forestales en el territorio. Concretamente, se prohibió “todo emprendimiento forestal que sobrepase el 8 por ciento de la superficie de padrones rurales menores a 100 hectáreas”, según consignó el diario uruguayo La República. La medida apuntó a mantener la diversidad productiva del departamento, entre otras cosas.
Dos meses antes el intendente de Colonia le había pedido apoyo al presidente uruguayo, José Mujica, para penalizar la forestación en ese territorio. Zimmer resaltó en ese momento que Colonia es un departamento productivo, una cuenca lechera con suelos de alta calidad para cultivar alimentos, con una acumulación genética ganadera de 50 años.
“Es un crimen, un asesinato, tomar un área de campo y plantar árboles, es arruinar el departamento en el que somos productores de alimentos y tenemos una reserva de agua muy importante. Acá lo que va a faltar en el futuro son alimentos y agua, y cada eucalipto se lleva 200 litros de agua por día”, dijo Zimmer, según El Ecosemanario. El tiempo dirá y esperemos que así sea, si su voluntad política se mantiene y si tiene, en este caso, más fuerza que el capital transnacional. Sería conveniente (como urgente) que la población se informe un poco más de lo que realmente significa esta nueva instalación y tratara de evitarla a toda costa, ya que estos megaproyectos perjudican más de lo que favorecen, como nos lo demuestran los casos en todas partes del mundo donde hay este tipo de plantas
El proyecto de Mujica
Montes del Plata es “el proyecto de Mujica”. En octubre del 2010, envió a su Canciller y a su Ministro de Vivienda y Medio Ambiente a Suecia y Finlandia, a “promover el régimen de inversiones de Uruguay”. O sea, pasen y vean las hermosas zonas francas, donde se puede hacer de todo y sin controles.
Montes del Plata antes de haber tomado la decisión de la inversión, ya tenía el visto bueno de José Mujica, presidente uruguayo, y sus muchachos, que les otorgaron una autorización ambiental previa, contestando así a un simple pedido de “factibilidad”. Toda una expresión de desesperación.
Esta planta será peor que el de UPM. Qué duda cabe? Primero por su dimensión, que le permite producir un 30% más que la finlandesa, que pidió autorización para 1 millón y está en 1.15, lo que hace sospechar que la de Conchillas producirá 1.5 millones de TN/año.
Segundo, los controles. Mujica, paradójicamente, ha recordado en varias oportunidades que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) no tiene equipos ni personal técnico para controlar, que por sus malos sueldos son rápidamente absorbidos por la industria privada. Sumemos a esto, que la DINAMA, no pudo (no quiso), encontrar el caño usado para diluir efluentes en UPM, mintiendo a su propio pueblo sobre una fábrica que incumplía desde sus cimientos con lo más elemental. Nadie puede creer que esto pasara desapercibido, necesariamente contó con la complicidad de muchos.
Hay alguien más que sabía de esta “omisión”. El gran financista del proyecto y respaldo de garantías: el Banco Mundial, con su brazo financiero para emprendimientos privados, la CFI o Corporación Financiera Internacional. La CFI documenta en su página web, inspecciones previas a la inauguración de la planta. Para ello envía primero a la consultora AMEC y luego a Ecometrix. Tampoco observan nada. El pueblo uruguayo solo ha visto lo que Botnia (hoy UPM) mostraba. Ya eramos parte de los tristes desastres financiados por el Banco Mundial.
Y teniendo en cuenta que se sabía que UPM es una de las empresas más observadas del mundo (por contaminación) y que era inevitable después del fallo de la CIJ caer en un monitoreo binacional; a pesar de todo igualmente trampearon con el caño para diluir las emisiones.
Montes del Plata no solo tiene autorización ambiental previa, también posee ''licencia para matar''. Movalis no les da la bienvenida, estamos hartos de este tipo de proyectos (no solo en Uruguay) que cada vez son más y mayores (en magnitud), no nos resignamos a vivir como estas inversiones dictan, estos señores son bandas organizadas cuasi mafiosas y siempre los estaremos señalando como responsables de cada ser vivo que afecten.

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