"Bajo el disfraz del desarrollo de ‘cultivos adaptados al clima’, las multinacionales semilleras y agroquímicas más grandes del mundo están presionando a los gobiernos para que permitan la que sería la mayor reclamación de derechos de propiedad intelectual de la historia''. Hope Shand desvela los hallazgos del nuevo informe del grupo ETC sobre la reclamación de patentes de “los genes, plantas y tecnologías que, presuntamente, permitirían a las cultivos biotecnológicos soportar las sequías y otras situaciones de estrés medioambiental”.
El acaparamiento de patentes amenaza con establecer un monopolio asfixiante en la biomasa mundial y nuestro futuro suministro de comida, advierte el grupo ETC. En muchos casos, una simple patente o la aplicación de una patente pueden reclamar la propiedad de secuencias de genes modificados que podrían ser utilizados virtualmente en todos los principales cultivos, así como en la comida procesada y en los productos alimenticios derivados de ellos.
El acaparamiento de patentes de ''cultivos adaptados al clima'' es un medio para controlar no sólo la seguridad alimentaria mundial sino también la biomasa, a nivel mundial, que aún está por modificar. Entre la bruma del ''cambio climático'', los ''gigantes de la Biotecnología'' esperan hacer más fácil la aceptación pública de los cultivos genéticamente modificados y hacer más aceptable la apropiación de las patentes. Se trata de un giro fresco e innovador en un viejo tema: los cultivos modificados con genes “adaptados al clima” incrementarán la producción y alimentarán al mundo, nos dicen. Las plantas que son modificadas para crecer en suelos pobres, con menos lluvia y menos abonos podrían significar la diferencia entre la muerte por hambre y la supervivencia para los campesinos más pobres. Crecer, crecen, el problema está en que no son destinadas a la erradicación del hambre sino todo lo contrario, sirven de beneficio para las empresas que las manejan, destruyen la agricultura a pequeña escala así como las socioculturas asociadas a ella, las veces que llegan en forma de ''alimentos'' para humanos, provocan una extensa lista de enfermedades y afecciones, etc.
Para ganar autoridad moral, los ''gigantes de la Biotecnología'' se han unido a los capitalistas filántropos de alto nivel (las fundaciones Gates y Buffet); los ''grandes gobiernos'', como el de EEUU y Gran Bretaña; y los grandes productores (Grupo Consultivo en Investigación Agrícola Internacional) para donar genes y tecnologías libres de royalties a campesinos pobres en recursos económicos, especialmente en el África Subsahariana. El beneficio que reciben en contrapartida es que los gobiernos africanos deben ''aligerar la carga regulatoria'' que podría dificultar la distribución comercial de cultivos transgénicos y adoptar leyes sobre la propiedad intelectual favorables a la biotecnología.
Reclamaciones de patentes de cultivos adaptados al clima
El informe del grupo ETC identifica 262 familias de patentes (que incluyen 1.663 documentos de patentes en todo el mundo) publicadas entre junio de 2008 y junio de 2010 que hacen referencia específica a la tolerancia a ''estreses'' abióticos (como las sequías, el calor, las inundaciones, el frío y la tolerancia a la acumulación salina) en las plantas. Tan solo seis corporaciones (DuPont, BASF, Monsanto, Syngenta, Bayer y Dow) y sus socios biotecnológicos (Mendel Biotechnology y Evogene) controlan 201 patentes (tanto propias como de sus aplicaciones), lo cual representa el 77% del total. Tres compañías (DuPont, BASF y Monsanto) se hacen con 173 o el 66% de dichas patentes. El sector público tiene sólo el 9%. Una lista detallada de los documentos de las patentes se encuentra aquí (ver Apéndice A).
¿Qué es una familia de patentes?
Una familia de patentes está formada por un conjunto de aplicaciones de patentes y/o patentes relacionadas que son publicadas en más de un país u oficina de patentes (incluyendo jurisdicciones de patentes nacionales y regionales). Las patentes y/o sus aplicaciones que pertenecen a la misma familia tienen el mismo inventor y se refieren a la misma ''invención''.
En una entrevista reciente con Business Week, Michael Mack, Director Ejecutivo de Syngenta, explica el acaparamiento por parte de la corporación de las características modificadas para hacer frente al clima: ''Los agricultores de todo el mundo van a pagar cientos de millones de euros a los proveedores de tecnología para conseguir estas característica (maíz resistente a la sequía)''. El mercado global de la resistencia a la sequía en tan solo un cultivo (maíz) está estimado en 2.700 millones de dólares, pero el Departamento de Agricultura de EEUU prevé que el mercado global basado en la biotecnología, tan solo para los productos químicos y plásticos, alcanzará los 500.000 millones de dólares al año en 2025. Para los ''gigantes de la Biotecnología'' el objetivo es convertirse en los biomassters mundiales. El objetivo de las corporaciones agrícolas no es ya alimentar a la gente, sino maximizar la biomasa.
¿Qué es la biomasa?
El término se refiere al material derivado de seres vivos: incluyendo todos los árboles y demás plantas, microorganismos, así como subproductos como los desechos orgánicos del ganado, del procesamiento de alimentos y la basura de origen orgánico. El ETC Group advierte que la bioeconomía es un catalizador para el apropiamiento corporativo de toda la materia vegetal y la destrucción de la biodiversidad a gran escala. Se estima que el 86 % de la biomasa global se localiza en las zonas tropicales y subtropicales. Con técnicas extremas de ingeniería genética, las corporaciones más grandes a nivel mundial se preparan para manufacturar productos industriales (combustibles, alimentos, energía, plásticos y otros) usando biomasa como materia prima crítica.
Reclamaciones sobre patentes resistentes al clima
Aplicaciones y patentes sobre 262 familias de patentes (incluye 1663 documentos de patente
30 junio 2008 – 30 junio 2010).
solicitante | nº de familias de patentes | % del total | total nº de patentes y aplicaciones en familia(s) |
DuPont | 114 | 44% | 240 |
BASF (incluye CropDesign y Metanomics) | 48 | 18% | 522 |
Monsanto (colaboración con BASF) | 11 | 4% | 122 |
Mendel Biotechnology (colaboración con Monsanto y otros) | 4 | 2% | 232 |
Syngenta | 6 | 2% | 39 |
Evogene (colaboración con Bayer; Monsanto; Dupont; Limagrain) | 8 | 3% | 64 |
Bayer | 7 | 3% | 43 |
Dow | 3 | 1% | 18 |
Sin asignar | 17 | 7% | 99 |
Total (Otros) | 43 | 16% | 272 |
TOTAL | 262 | 100% | 1663 |
n.t.: se han detectado 2 discrepancias en la tabla del artículo original entre el total de la columna 1 y el desglose por empresa (total 262 y suma de desglose 261); así como en la columna 3 (total 1663 y suma de desglose 1651).
Perfil de los principales contendientes
El acaparamiento de patentes de cultivos adaptados al clima no se limita a la producción de ''alimentos'' y cultivos para el consumo humano (cartel bajo el que se vende la ''buena'' imagen de estos productos), los principales contendientes también apoyan investigaciones relacionadas con los biocombustibles y la producción de materia vegetal para usos industriales (es decir, biomasa).
En 2007 BASF y Monsanto iniciaron la mayor inversión a nivel mundial sobre investigación en agricultura, entregando conjuntamente 1.500 millones de dólares para desarrollar cultivos de maíz, soja, algodón y colza tolerantes al estrés. En julio de 2010 BASF y Monsanto anunciaron una inversión adicional de 1000 millones de dólares (para extender el estudio al desarrollo de tolerancia a ''estreses'' abióticos en trigo) el segundo cultivo básico más importante a nivel mundial tras el maíz. Monsanto y BASF afirman que la primera variedad mundial de maíz modificada genéticamente para ser tolerante a la sequía será el primer producto que emerja de su línea de producción conjunta, que se prevé estará disponible comercialmente alrededor de 2012. Monsanto también está desarrollando por ingeniería genética cultivos tolerantes a la sequía de algodón, trigo y caña de azúcar. Ahora bien, invierten esa suma de dinero que a los ojos se ve abultada, pero los beneficios al reclamar las patentes (como lo que se pretende ahora) son extremadamente superiores.
En enero de 2010 BASF hizo pública una nueva colaboración con KWS (una de las 10 mayores compañías de semillas, radicada en Alemania) para desarrollar remolacha azucarera con mayor tolerancia a la sequía y un 15 % más de rendimiento. Los agrocombustibles, incluyendo árboles modificados genéticamente, son uno de los principales objetivos: BASF también ''colabora'' con el Centro de Tecnología Canavieira (CTC) de Brasil para desarrollar caña de azúcar con mayor tolerancia a la sequía y un 25% más de ''producción''.
Mendel Biotechnology, que colabora con Monsanto desde 1997, es uno de los principales contendientes en la investigación genética de cultivos adaptados al clima. Monsanto tiene licencias exclusivas con derechos de royalties para Mendel Biotechnology en ciertos cultivos. Esta última también ''colabora'' con British Petroleum (BP) y Bayer. Desde 2007, Mendel ha estado trabajando con BP en el desarrollo de biocombustibles de segunda generación.
DuPont (Pioneer Hi-Bred) se refiere a su trabajo sobre tecnologías de tolerancia a la sequía como ''la próxima gran oleada en la innovación agrícola''. Pioneer se centra tanto en ''mejora'' genética convencional como en transgénicos. Asimismo ''colabora'' con la compañía de biotecnología israelí Evogene, en el desarrollo de tolerancia a estrés hídrico en maíz y soja y con Arcadia Biosciences. En agosto de 2010 Evogene sacó su ‘Athlete 3.0’, una tecnología computacional de marca registrada para ''la identificación de genes similares entre especies, basada en datos de genómica de alrededor de 130 especies de plantas''. La compañía afirma que ha identificado unos 1.500 nuevos genes asociados a características vegetales críticas.
Arcadia Biosciences (Davis, California), fundada en 2002, colabora con algunas de las mayores compañías de semillas del mundo para desarrollar cultivos tolerantes al estrés mediante técnicas de ingeniería genética. Aunque Arcadia es de propiedad privada, BASF ha invertido fondos de su capital de riesgo en la compañía desde 2005. En 2009, Arcadia se asoció con Vilmorin (la cuarta mayor empresa de semillas del mundo, propiedad de Groupe Limagrain) para desarrollar variedades de trigo con un uso eficiente del nitrógeno. Arcadia tiene acuerdos con Monsanto, DuPont, Vilmorin, Advanta (India) y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) para el desarrollo de proyectos relacionados con el uso eficiente del nitrógeno y tolerancia a sequía y salinidad.
Syngenta comercializó su primera generación de maíz tolerante a la sequía (''híbridos optimizados para el uso eficiente del agua'') en julio de 2010, desarrollado mediante mejora genética convencional (no transgénica). Según Syngenta, el producto ofrece ''el potencial de proporcionar un 15% de preservación de la producción en condiciones de estrés hídrico''. Syngenta predice que su segunda generación de híbridos de maíz, tolerantes a sequía desarrollados mediante técnicas de ingeniería genética, estarán disponibles a partir de 2015.
Reclamaciones de patentes que incluyen múltiples genomas y... aún más...
Muchas reclamaciones de patentes relacionadas con secuencias de ADN implicadas en la adaptación a las condiciones climáticas están ampliando su ámbito. La mayoría de los ''gigantes de la Biotecnología'' están presentando reclamaciones generales sobre secuencias clave de nucleótidos, tratando de convencer a los examinadores de patentes que las mismas porciones de ADN identificados en una planta son los responsables de conferir características similares en otros genomas de plantas (conocidos como ADNs homólogos). Debido a las similitudes en las secuencias de ADN entre los individuos de la misma especie o de especies diferentes (secuencias homólogas) las empresas buscan un monopolio de la protección que se extienda no solo a la tolerancia al estrés en una única especie vegetal modificada genéticamente sino también a secuencias genéticas substancialmente similares en prácticamente todas las plantas transformadas. Armadas con información genómica, estas empresas hacen reclamaciones de patentes que incluyen especies, géneros y clases de organismos.
El acaparamiento de patentes en secuencias de genes clave en los principales cultivos a nivel mundial no es ni trivial ni teórico. Hace una década, las compañías de genómica y ''gigantes de la Biotecnología'' presentaban de forma rutinaria reclamaciones de patentes “genéricas” que abarcaban enormes porciones de secuencias de ADN y amino ácidos (es decir, proteínas) , más de 100.000 en algunos casos, sin conocimiento específico de su función.
En 2002, el arroz (Oryza sativa) se convirtió en el segundo genoma de plantas que se hacía público y en el primer genoma de uno de los principales cultivos que se secuenciaba en su totalidad; se convirtió rápidamente en el blanco de reclamaciones monopolistas. En 2006, Cambia, una organización independiente sin ánimo de lucro que promueve la transparencia en la propiedad intelectual, usaba su proyecto Patent Lens (mirar las patentes con lupa, n.t.) para llevar a cabo un análisis exhaustivo de las patentes de EEUU y las peticiones de patentes que hacen reclamaciones sobre el genoma del arroz. Patent Lens reveló que, para el año 2006, aproximadamente el 74 % del genoma de arroz (Oryza sativa) se mencionaba en las reclamaciones de patentes de EEUU, debido en gran medida, a peticiones de secuencias en masa, peticiones que abarcaban grandes porciones del genoma sin especificar la función. Descubrieron que cada segmento de los 12 cromosomas del genoma del arroz aparecía en reclamaciones de patentes, incluyendo muchas peticiones que se solapaban. La extraordinaria representación visual de estos datos por parte de Pantent Lens está disponible aquí. Afortunadamente, el análisis de 2006 de Cambia concluyó que la búsqueda corporativa de conseguir patentes que monopolizaran trozos de la información molecular del cultivo para consumo humano más importante a nivel mundial, había tenido solo un éxito parcial (de momento) y que la mayoría del genoma del arroz permanece en el dominio público. Eso es debido, en parte, a decisiones recientes (por parte de tribunales y oficinas de patentes) que intentan restringir el número de secuencias de ADN reclamadas en una única petición de patente.
Resoluciones recientes intentan frenar las reclamaciones monopolistas de secuencias de ADN
En 2001 y 2007 la Oficina de Patentes y Marcas (PTO, por sus siglas en inglés) de EEUU puso freno a las ''reclamaciones de secuencias en masa'' dictando nuevas normas que requieren que las invenciones reclamadas tengan una utilidad ''claramente establecida'' y limitando así el número de secuencias que se pueden reclamar en cada petición de patente. En julio de 2010, un fallo del más alto tribunal de Europa (Tribunal de Justicia Europeo de la Unión Europea) restringió significativamente el alcance de las patentes de biotecnología agrícola sobre secuencias de ADN y específicamente la amplitud del monopolio de Monsanto sobre la soja tolerante a herbicidas. El tribunal europeo afirmó que el propósito (función) de la secuencia de ADN debe ser revelado en la patente y la protección de la secuencia se limita a aquellas situaciones en que el ADN desarrolle la función para la cual se patentó originalmente.
Sentencias recientes que restringen las reclamaciones monopolistas sobre secuencias de ADN son significativas y motivo de gran disgusto para Monsanto, pero eso no ha parado la carrera hacia las patentes de genes. En palabras de los abogados de patentes, ''el reto para los reclamadores de patentes en esta área será encontrar formas alternativas de proteger estos productos''.
Aunque algunos de los ejemplos más atroces de reclamaciones de patentes acaparadoras identificados por el ETC Group se encuentran en peticiones de patentes que aún no se han aprobado, hay muchas razones para la preocupación. Según Patent Lens, solo la petición de patente se puede usar ya para asustar a posibles infractores, o usarse para influenciar a su favor las negociaciones de licencia. La mera existencia de la designación ''pendiente de patente'' es una poderosa arma que puede disuadir a otros de usar, fabricar o vender una tecnología que está bajo una reclamación de patente. La práctica de reclamaciones de patentes de excesivo alcance y monopolios injustos está muy lejos de haberse acabado.
Colaboraciones lideradas por las corporaciones para el desarrollo de cultivos adaptados al clima en África
Para conseguir una legitimidad moral que necesitan desesperadamente, ''gigantes de la Biotecnología'' como Monsanto, BASF, Syngenta y DuPont están forjando una asociación de alto nivel con instituciones del sector público que tiene como objetivo, como dijimos más arriba, proporcionar tecnologías patentadas a agricultores de escasos recursos, especialmente en el África Subsahariana. Estas asociaciones público/privadas son auspiciadas por un número creciente de redes de instituciones ''sin ánimo de lucro'' radicadas en el Sur que existen fundamentalmente para facilitar y promover la introducción de cultivos modificados genéticamente. El impacto inmediato de estas asociaciones es mejorar la imagen pública de los ''gigantes de la Biotecnología’ que ''donan'' genes libres de royalties a agricultores necesitados, obviamente con segunda intención: la futura dependencia. Pero el objetivo a largo plazo es crear ''ambientes favorables'' (regulaciones sobre bioseguridad, leyes de propiedad intelectual, cobertura positiva de los medios de comunicación para promover la aceptación del público) que apoyarán la introducción en el mercado de cultivos modificados genéticamente y tecnologías relacionadas. Es un paquete de acuerdos, envuelto en una fachada filantrópica, y se suministra con condiciones.
''Lo que necesitamos para contribuir de manera efectiva (...) es un medio favorable a los negocios'', dijo Gerald Steiner, Vicepresidente Ejecutivo, Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de la Compañía Monsanto, testificando ante el Congreso de EEUU, en julio del año pasado.
La Fundación de Tecnología Agrícola Africana (AATF, por sus siglas en inglés), radicada en Nairobi, es una de las principales promotoras de estos acuerdos en el Sur. Fundada en 2003, AATF es una organización ''sin ánimo de lucro'' que promueve asociaciones público/privadas para asegurar que agricultores africanos de pocos recursos tengan acceso sin pago de royalties a tecnologías agrícolas patentadas que ''mejoran'' su productividad. Los fondos iniciales provinieron nada más ni nada menos que de la Fundación Rockefeller, además de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), y el Departamento para el Desarrollo Internacional de Reino Unido (DFID, por sus siglas en inglés). Dos de los cinco proyectos de AATF están dedicados al desarrollo de cultivos tolerantes a estreses abióticos:
1) Maíz con un uso eficiente del agua para África (Water Efficient Maize for Africa, WEMA).
2) Variedades de arroz adecuadas para suelos pobres en nitrógeno, y tolerantes a la sequía y a la salinidad.
Además de jugar este papel como patrocinador de acuerdos público/privados, AATF tiene como objetivos ''monitorear de manera constante la evolución del marco regulador de los cultivos modificados genéticamente en los países africanos''. AATF juega un papel importante en promover y facilitar marcos reguladores, influenciando en la opinión pública y ''venciendo las percepciones erróneas sobre los organismos modificados genéticamente que retrasan la adopción de productos biotecnológicos'' en África.
Water Efficient Maize for Africa (WEMA) es un de los cinco proyectos de AATF. La asociación público-privada incluye a Monsanto; BASF; CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo [buque insignia del organismo de investigación CGIAR]); y los sistemas nacionales de investigación agrícola de Kenia, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania y Uganda. Iniciado en 2008 con un presupuesto de 47 millones de dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates (reconocidos eugenistas) y de la Fundación Howard G. Buffet, el objetivo del proyecto WEMA es desarrollar nuevas variedades de maíz tolerantes a la sequía que estén adaptadas a las agroecologías africanas, usando técnicas convencionales de mejora genética a la vez que tecnologías transgénicas. Además de germoplasma patentado, herramientas avanzadas de mejora de plantas y su experiencia, Monsanto y BASF anunciaron en marzo de 2008 la ''donación'' intencional libre de royalties de transgenes tolerantes a la sequía. Monsanto describe esta ''donación'' como una ''joya'' de su producción tecnológica y predice que podría dar lugar a nuevas variedades de maíz blanco que incrementen la producción en un 20-35 % durante periodos de sequías moderados.
Según AATF, durante los dos primeros años del proyecto, más de 60 científicos han trabajado juntos para desarrollar ''los necesarios ensayos científicos, procedimientos reguladores y protocolos para la evaluación adecuada del maíz en este proyecto dentro de cada uno de los cinco países''. Variedades de maíz con un uso eficiente del agua no transgénicas (desarrolladas con técnicas convencionales de mejora genética) están ahora en su segundo año de ensayos de campo en Kenia y Uganda. Tanzania recientemente inició sus primeros ensayos de campo.
A la fecha de setiembre de 2010, Sudáfrica era el único país de los cinco que participa en el WEMA que ha realizado ensayos de campo con maíz transgénico tolerante a la sequía. Las primeras variedades transgénicas de maíz del WEMA se plantaron en noviembre de 2009 en Lutzville, un lugar de ensayo en Western Cape, Sudáfrica, para probar su tolerancia a la sequía. Según AATF, ''En los próximos doce meses, si se dan las aprobaciones pendientes necesarias, se espera que los científicos serán capaces de proceder al inicio de ensayos de cultivos biotecnológicos en Kenia, Tanzania y Uganda. Mozambique tomará medidas para completar el desarrollo de sitios para los ensayos y asegurar la aprobación de las medidas reguladoras pertinentes con el objetivo de plantar en 2011''.
Un detalle no menor, es como todas estas empresas utilizan África (y Latinoamérica) como principal laboratorio en el que se ensayan semillas, fertilizantes para éstas y efectos al ser consumidas, sobre los humanos que habitan la región, los cuales actúan como ''ratas'' de laboratorio.
El gen de tolerancia a sequía de Monsanto en líneas de maíz africanas adaptadas se ''viene ensayando de forma preliminar'' en Kenia y Uganda desde finales del año pasado. Según AATF, los participantes en WEMA forman parte del Protocolo de Cartagena sobre ''Bioseguridad'' y ''todos están comprometidos con la construcción de marcos de bioseguridad nacionales funcionales para el manejo de GMOs (organismos modificados genéticamente, por sus siglas en inglés)'' .
Otro proyecto de AATF relacionado con cultivos adaptados al clima busca desarrollar variedades de arroz adecuadas para suelos que son pobres en nitrógeno y tolerantes a sequía y salinidad alta. El proyecto afirma que las variedades de arroz con estas características ayudarán a los agricultores africanos a incrementar la ''producción'' en hasta un 30 %. Los participantes en este proyecto incluyen USAID, Arcadia Biosisciences (EEUU), los Sistemas Nacionales de Investigación Agrícola de Ghana, Burkina Faso, y Nigeria, el Centro Internacional para la Agricultura Tropical (Colombia), y PIPRA (EEUU). Arcadia proporcionará una licencia de tecnología para convertir a las nuevas variedades de arroz en libres de royalties para los pequeños agricultores propietarios africanos.
En febrero de 2010 Pioneer (DuPont) anunció su colaboración con ''Maíz Mejorado para Suelos Africanos'' (Improved Maize for African Soils, IMAS), una asociación que tiene como objetivo incrementar la producción de maíz en África en un 30-50 % con respecto a las variedades disponibles actualmente, con la misma cantidad de fertilizante. El proyecto está liderado por CIMMYT, con 19,5 millones de dólares en proyectos financiados por la Fundación Bill y Melinda Gates y la USAID. Otros participantes incluyen el Instituto de Investigación Agrícola de Kenia (KARI, por sus siglas en inglés) y el Consejo para la Investigación Agrícola de Sudáfrica. Las variedades de maíz desarrolladas con las tecnologías y propiedad intelectual donadas por Pioneer (transgenes y marcadores moleculares asociados a la eficiencia del uso del nitrógeno) se suministrarán libres de royalties a empresas de semillas que venden a los pequeños agricultores de la región, lo que significa que las semillas estarán disponibles para los agricultores al mismo coste que otros tipos de semillas de maíz mejoradas. El proyecto introducirá inicialmente variedades de maíz convencionales (no transgénicas). Variedades con trazas transgénicas estarán disponibles en aproximadamente 10 años.
En abril de 2009 la Fundación Syngenta para la Agricultura Sostenible, y en Foro para la Investigación Agrícola en África (FARA, por sus siglas en inglés) firmaron un acuerdo de 3 años y 1,2 millones de dólares ''para reforzar la capacidad de uso seguro de biotecnología'' en el África Subsahariana. El proyecto lo dirige FARA y lo implementan los Sistemas Nacionales de Investigación Agrícola de Burkina Faso, Ghana, Nigeria, Kenia, Uganda y Malawi. Como informa GhanaWeb, FARA está animando a los ghaneanos a que ''adopten el uso y aplicación de biotecnología moderna para resolver de forma efectiva la inseguridad alimentaria y el probable impacto del cambio climático sobre la agricultura'', procurando así, involucrarlos en la farsa de los OGM.
Conclusión desde las alternativas
El mundo no puede confiar en arreglos tecnológicos para resolver problemas sistémicos de pobreza, hambre y crisis climática. Un sistema de alimentos agroindustrial altamente centralizado controlado por unos pocos ''gigantes de la Biotecnología'' corporativos es incapaz de proporcionar los cambios sistémicos necesarios para reestructurar la producción agrícola y reducir las emisiones de gases con efecto invernadero y mucho menos erradicar el hambre; peor aún, partiendo de la base que no está dentro de sus intereses. La investigación para producir marcas registradas sobre tolerancia a estreses abióticos basada en ingeniería genética ya está desviando los escasos recursos de investigaciones con enfoques más asequibles y descentralizados para hacer frente al cambio climático. Mientras tanto, los campesinos, la sociedad civil y los movimientos sociales están construyendo de manera activa sistemas alternativos de alimentos basados en capacidad de recuperación, sostenibilidad y soberanía alimentaria.
La capacidad de recuperación frente a condiciones climáticas cambiantes depende en última instancia de la biodiversidad agrícola, los sistemas locales de semillas y procesos agroecológicos en las manos de las comunidades agrícolas. Se necesita ayuda para trabajos de mejora genética de plantas con cultivos subexplotados y con diversidad de plantas que ofrecen tolerancia natural a condiciones duras. Comunidades agrícolas indígenas y locales han desarrollado y manejado esa diversidad y su papel en el desarrollo de estrategias para la adaptación al cambio climático debe ser reconocido, reforzado y protegido. En vez de ser los receptores de ''dádivas'' de alta tecnología de inspiración corporativa, las comunidades agrícolas deben estar directamente implicadas en el establecimiento de las prioridades y estrategias para la adaptación y mitigación de las condiciones climáticas.
Los ''gigantes de la Biotecnología'' están influyendo en como se actúa frente a la crisis climática para conseguir un control monopolista de los genes de cultivos clave y conseguir la aceptación por parte del público de las semillas modificadas genéticamente. La agenda corporativa se centra en semillas de alta tecnología patentadas que no serán accesibles o adecuadas, para la inmensa mayoría de los agricultores del mundo. No hay ningún beneficio para la sociedad cuando los gobiernos permiten a unas cuantas corporaciones monopolizar genes relacionados con la adaptación climática y el acaparamiento de patentes debe impedirse.
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