Quilero o Motoquilero
En Uruguay, a lo largo de toda la frontera con Brasil, hay personas que viven de la misma forma hace años. Ell@s no solo viven en la frontera sino que viven de ella; estigmatizad@s con el nombre de ''contrabandistas'', van y vienen con productos de variada índole, con el único objetivo de trabajar para poder ''sobrevivir'' en un norte relegado históricamente. Algunos llamados quileros, o motoquileros por el medio de transporte que utilizan (motos), arman su equipaje: 10, 12, 14 garrafas de gas atadas como solo ell@s saben y arriba un cajón de tomates, otro de morrones, alguna bolsa de papas o fundas con refrescos, conforman el medio por el cual harán el dinero que les permitirá obtener su salario del día. No solo lo hacen con motos, también de a pie, en carros tirados por caballos o en viejas camionetas; cualquier medio de transporte sirve a la hora de trasladar la carga.
El problema real de estas personas es la falta de trabajo, a lo que en la ciudad de Melo (capital del Departamento de Cerro Largo) le llaman erróneamente (si bien termina provocando modificaciones a nivel social) el ''problema social'' y sus habitantes sienten que es el Departamento que ''tiene más difícil la cosa''. La salida a esta situación es la instalación de almacenes (que se cuentan en grandes cantidades por manzana) y beneficiarse de la frontera, que en el caso de esta ciudad, se encuentra a más de 60 km de distancia. El almacenero que no cruza, encarga y el que no encarga, compra a quienes pasan por la ciudad ofreciendo mercadería obtenida del lado brasilero. Los más indefensos de este ''sistema'' son los mencionados quileros, los cuales conducen a campo abierto para sortearse las aduanas más de noche que de día, sin luces, chapa ni patente, en completa ''ilegalidad'', con 300 kilos encima y con más chances de morir que de llegar ilesos. De hecho, todos los días hay lastimados y cada tanto algún fallecido, en muchos casos a causa de perder el equilibrio y terminar aplastados por la carga. No se sabe con exactitud cuantos quileros hay, pero los melenses dicen que ''cargan los que no tienen otra opción'', que ''a ninguno le hace gracia tener que ir a la frontera'' y que ''son laburanrtes (trabajadores) como cualquiera''. Ell@s son l@s más ''pobres'' de la ciudad y cuentan con la complacencia del resto de los habitantes, conocedores y entendedores de la situación que les toca vivir; no se los señala, por el contrario, se los defiende.
El mes pasado la situación de estas personas se vio empeorada por las políticas restrictivas (las cuales se dan cada tanto) del contrabando hormiga, ejecutadas por la Administración de Aduanas de aquel Departamento, las cuales debieron tomar finalmente, cierta flexibilización gracias a la presión por parte de la sociedad. A pesar de dicha ''flexibilización'', los habitantes del lugar denuncian que ''la cosa está muy podrida con la aduana''. Pero el trabajo continúa, además de las motos, las camionetas o los que van de a pie, están los que utilizan los ómnibus como forma de trasladar las mercaderías. Desde las 7 de la mañana (cuando sale el primer ómnibus) comienza la circulación de personas hacia la terminal y viajan de ida y vuelta con la complicidad de los choferes y con absoluta indiferencia de los demás pasajeros. Éstos ''bagayeros'' (como también se los llama), sufren de nervios desde que arranca el motor y hasta la vuelta, en la que tienen que pasar por el ''control'' de dos aduanas, ''pareciera que se les va la vida en ese contrabando'', relata un periodista del Diario El País, que acompañara en un ómnibus a 5 personas que se dedican a este trabajo. A esto hay que sumar las Aduanas Móviles, que buscan sorprender a estas personas, pero que gracias a la ayuda de habitantes que las ven antes, son sorteadas también. Éstos vecinos permiten a los ''bagayeros'' dejar paquetes en sus casas, los cuales son levantados en otros viajes, cuando la Aduana Móvil ya no está, al decir de uno de estos trabajadores ''la barra siempre auxilia'', ''todo el pueblo es considerado''.
En cuanto a los aduaneros que se encuentran en las Aduanas fijas, hacen la ''vista gorda'' y dejan pasar tranquilamente a los ''bagayeros'', pero hay otra realidad que genera esta situación: la ''coima'', que es el pago de unos pesos al aduanero para que permita el pasaje de los productos, es decir, la corrupción de los empleados públicos, que aunque parezca poca, si se va sumando la cantidad de gente que pasa por día, se transforma en una importante corrupción, la cual a su vez, no es controlada ni por el gobierno departamental ni por el central. Según uno de éstos aduaneros, la situación no es tal: ''Dicen que coimeamos pero es mentira. A los motoqueros ni los paramos''. Y que más podrían decir si saben que están en infracción? Los pobladores por su parte, dicen que es habitual que los ''bagayeros'' dejen 50 o 60 pesos en la Aduana. Es decir que, los funcionarios del Estado, a los que todos los uruguayos pagan el salario, cobran un salario paralelo a través de la ''coima'', o más bien dicho, su corrupción y a pesar de ello, en muchas ocasiones incautan mercadería a quienes únicamente buscan un medio de vida. Así y todo hay algunos que afirman que dicho medio de vida, a éstas alturas se hace más por tradición que por ventaja real.
Algunos datos indican que más de 2000 personas cruzan la frontera de Aceguá (Departamento de Cerro Largo) por mes, mientras que en la frontera de la ciudad de Chuy (Departamento de Rocha) la cifra asciende a más de 20.000 personas. Estos números son muy graves, si consideramos que todas estas personas son desocupad@s y que dependen de pasar sus productos para poder vivir y que no siempre lo logran, como hemos visto. A su vez, dichas personas son completamente ignoradas por el gobierno y por la gran mayoría de la sociedad uruguaya, cuando no segregadas, con lo cual se genera que esta situación se reproduzca y se mantenga tal como está hace años. La vida de todas las personas involucradas en este ''negocio'', denotan una situación de pobreza y corrupción que si bien debería tener una solución, parece no haberla o no quiere ser encontrada.
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