"Nosotros tendremos un Gobierno Mundial, agrade o no.
La única pregunta es saber si se creará por conquista o por consentimiento".
Senador Paul Warburg. Masón, miembro del C.F.R. y del Grupo Bildelberg.
Actas del Senado Americano, 17 Febrero 1950.
En publicaciones anteriores como: La Comisión Trilateral, La FED, Los Illuminati (3 partes), Los Banqueros Internacionales y el sistema financiero, ya habíamos tratado el tema del ''Nuevo Orden Mundial'' que pretenden sus integrantes y descrito a las mencionadas sectas, la cuales se hallan íntimamente relacionadas unas con otras. Habíamos dicho que Los Illuminati es una ''organización'' donde convergen integrantes de la Reserva ''Federal'' (FED), de la Tilateral, etc., es decir, los grandes ''poderosos'' de de la esfera económica y del mercado a nivel mundial. Al mismo nivel que los Illuminati (como congregación que unifica a las antedichas) se encuentra del Grupo de Bilderberg. La gran diferencia entre éste y los primeros, es el sesgo no religioso de Bilderberg. A continuación les presentamos la información sobre este grupo.
El grupo Bilderberg nació oficialmente en mayo de 1954, fecha en la que tuvo lugar en la localidad holandesa de Oosterbeek la primera Conferencia de esta entidad con la participación de un centenar de destacadas figuras del mundo económico, político, académico y mediático. El anfitrión de aquella sesión inaugural, celebrada en los salones del hotel Bilderberg, de donde procede el nombre del grupo, fue el príncipe Bernardo de Holanda, un personaje estrechamente vinculado a los altos círculos financieros y políticos occidentales. Desde que echara a andar, el mensaje difundido por los mentores del Bilderberg Group fue el característico de este tipo de organismos: se trataba, según el comunicado oficial, de una entidad destinada a fortalecer la unidad atlántica, a frenar el expansionismo soviético y a fomentar la cooperación y el desarrollo económico de los países del área occidental. Todo lo cual no era más que una forma eufemística de describir los objetivos reales de la organización, perfectamente conocidos a tenor del contenido de sus reuniones. Y es que, a pesar del hermetismo en el que se desarrollan éstas, nunca han faltado las filtraciones reveladoras sobre el particular.
En el seguimiento de las reuniones y andanzas de esta cofradía merece destacarse la labor que, desde hace tiempo, viene realizando el rotativo estadounidense The Spotlight, cuyas valiosas informaciones han sido fundamentales para saber que tales objetivos se resumen en uno, cual es el cercenamiento progresivo de las soberanías nacionales y su transferencia a instituciones de carácter oligárquico y supranacional. Asimismo, los periodistas Daniel Estulin, Jim Tucker y Alex Jones, han seguido el rastro de la secta y la han denunciado en diversas oportunidades.
Antes de seguir adelante convendrá escudriñar en los orígenes de esta entidad, en los que aparece como eminencia gris e instigador un personaje de escasa resonancia pública, pero de enorme peso en los más discretos y selectos círculos del poder. Se trata de Joseph Retinger, un sujeto a quien el propio Bernardo de Holanda rendiría homenaje fúnebre con estas palabras: "La historia conoce numerosos personajes notables sobre los cuales se concitó durante su vida la atención general. Ellos fueron admirados y festejados por todos, y nadie ignoró su nombre.... Existen, sin embargo, otros hombres cuya influencia es todavía mayor, incidiendo con su personalidad en el tiempo en que vivieron, aunque no son conocidos, pese a todo, más que por un círculo de iniciados muy restringido. Joseph Retinger fue uno de éstos". (Bulletin nº 5 du Centre de Culture Europeèn).
Joseph Retinger nació en Cracovia el año 1887 en el seno de una prestigiosa familia de origen judío-austríaco. A la edad de 18 años marchó a París, donde se doctoró en Letras y entabló sus primeros contactos en las altas esferas sociales occidentales. Acto seguido se iniciaría su azarosa y agitada existencia, caracterizada por sus múltiples cambios de residencia y constantes desplazamientos, así como por su presencia en la mayor parte de los escenarios político-diplomáticos donde se ventilaron los conflictos europeos de la primera mitad de este siglo. Una frenética actividad, en suma, que guarda un curioso paralelismo con las andanzas de los célebres agentes itinerantes de la francmasonería iluminista.
Después de cursar estudios en la Escuela de Ciencias Políticas parisina se trasladó a Munich, donde siguió un curso de psicología. Posteriormente, en 1914, se dirigió a Londres para inscribirse en la London School of Economics, centro en el que entabló estrechos contactos con los círculos fabianos británicos aglutinados en torno a esa influyente institución. Tras iniciarse en la francmasonería sueca, se desplazó a los Estados Unidos, país en el que ampliaría sus relaciones de alto nivel y protagonizaría un sinfín de peripecias. Finalmente, una vez concluida la 2ª Guerra Mundial, Joseph Retinger se entregó de lleno a la tarea de construir los cimientos del movimiento europeísta.
En mayo de 1946, junto con Paul von Zeeland, crea la Liga Europea de Colaboración Económica, un organismo en el que, contrariamente a lo podría deducirse por su nombre, participaron activamente varios miembros destacados de la nomenclatura oligárquica estadounidense, como John McCloy (CFR, Bilderberg, Chase Manhattan Bank), Averell Harriman (CFR, Bilderberg, Pilgrims, The Order), George Franklin (CFR, Bilderberg, Trilateral), John Foster Dulles (CFR, Bilderberg), William Wiseman (socio de la Banca Khun&Loeb), M. Leffingwelle (socio de la Banca Morgan), Nelson y David Rockefeller, etc.
El 7 de mayo de 1948 veía la luz otra elaboración de Retinger, el Congreso de Europa, una entidad en la que se integraron varias organizaciones afines del momento y de la que surgiría un año después el Consejo de Europa. No menos digno de mención es el decisivo papel desempeñado por Retinger en el alumbramiento del Movimiento Europeo, una institución que tiene como objetivo fundamental la implantación de un gobierno europeo supranacional y cuya secretaría general ocuparía su fundador durante varios años. Obvio es decir que esta clase de organismos no son otra cosa que emanaciones de las altas esferas plutocrático-oligárquicas, por lo que nada tiene de sorprendente el contenido de un informe confidencial elaborado por uno de ellos, la Comisión Europea, durante el mandato de Jacques Delors, informe con arreglo al cual quince multinacionales se repartirán el famoso "mercado único" europeo: Allianz A.G., Mediobanca, Lazard Partners, S.G.Warburg, Lambert Group, Swiss Re., Credit Suisse, Shearson, Credit Lyonnais, Deutche Bank, National Nederlandem, Barklays Bank, Assicurazioni Generale y Zurich Insurance.
El cometido desarrollado por Retinger en la cristalización del entramado europeísta sería valorado por el Boletín nº 5 del Centro de Cultura Europea con estas palabras: "Sin él, la Liga Europea de Cooperación Económica, el Movimiento Europeo y nuestro Centro de Cultura Europea no habrían visto nunca la luz. El Congreso de Europa de la Haya fue su obra, y el Consejo de Europa su resultado. Posteriormente fue él quien concibió y dio vida al Bilderberg Group, consagrado a la comprensión y la unión atlántica".
Tal y como indicaba el citado boletín, el Bilderberg Group fue, en efecto, otro de los grandes proyectos puestos en marcha por Joseph Retinger, que desempeñó la Secretaría permanente de dicho organismo hasta su fallecimiento en 1960. Debe quedar claro, no obstante, que el nacimiento del Bilderberg Group se gestó siguiendo la norma habitual en estos casos, al igual que otras entidades de este tipo como por ejemplo la Comisión Trilateral y en las que detrás del tecnócrata operador siempre ha habido un plutócrata patrocinador. Sin el sufragio económico de la casa Rothschild nunca habrían tomado cuerpo los planes de Cecil Rhodes ni la Round Table, como tampoco se habría hecho realidad la London School of Economics sin los fondos aportados para su creación por el Trust Huntington y la Banca Rothschild. Del mismo modo que el Consejo de Relaciones Exteriores y su principal artífice, el siniestro "coronel" House, contaron con el patrocinio de la Banca Morgan, o los oficios de Brzezinski y el proyecto trilateralista tuvieron como patrón a David Rockefeller, así también las labores de Retinger para el alumbramiento del Bilderberg Group respondieron a la iniciativa estratégica y a los fondos aportados por el plutócrata de turno, en ese caso Víctor Rothschild. Y es que a la sombra de toda empresa de semejante envergadura, y más allá de sus promotores inmediatos, siempre subyace una instigación oligárquica y una poderosa plataforma financiera.
Hasta 1976, el Bilderberg Group estuvo presidido por el príncipe Bernardo de Holanda. Los lazos de la casa real holandesa (titular de una de las mayores fortunas del planeta) con la ''Alta Finanza'' son viejos y bien conocidos, lo que hace innecesario detallarlos aquí. A raíz del escándalo suscitado por los sobornos de la Compañía Lockheed, en los que se vio envuelto como principal implicado el príncipe Bernardo, éste dejó la presidencia del Grupo, siendo sustituido por Douglas Home, ministro de Exteriores británico, que permaneció en el cargo hasta 1980. A Home le sucedió Walter Scheel, ministro de Asuntos Exteriores y, posteriormente, presidente de la República Federal Alemana, que asumió la jefatura hasta 1985, año en que fue relevado por el británico Eric Roll, presidente del grupo bancario S.G.Warburg. Este último dejó paso en 1989 al actual presidente, Peter Rupert, más conocido como lord Carrington, ex-secretario general de la OTAN, ex-ministro de varios gobiernos británicos y miembro destacado de la Fabian Society y del Real Instituto de Asuntos Internacionales.
Entre los más destacados integrantes de la sección europea del Bilderberg Group es habitual la pertenencia simultánea a la Comisión Trilateral, pertenencia que se extiende al Consejo de Relaciones Exteriores en el caso de los miembros más relevantes de la sección norteamericana del Grupo. De estos últimos podría reseñarse una breve relación de nombres que militan en los tres organismos, como son David Rockefeller, George Bush, Zbigniew Brzezinski, Robert McNamara, Henry Kissinger, Caspar Weinberger, Bill Clinton, ninguno de los cuales necesita presentación, George Ball, asociado de la banca Lehmann Brothers, Cyrus Sulzberger, editorialista del New York Times y Heddy Donovan, redactor jefe de la revista Time.
Por lo que se refiere a la estructura interna del Bilderberg Group, ésta se articula siguiendo el esquema característico de los círculos concéntricos, que es el organigrama adoptado tanto por el entramado oligárquico-mundialista en su conjunto, como por cada una de las entidades que se integran en el mismo. En el caso del Bilderberg Group, el círculo más externo está representado por los miembros asistentes a las conferencias periódicas organizadas por este organismo, una parte de los cuales son afiliados permanentes y la otra invitados ocasionales o en vías de reclutamiento. El primer círculo interior es el Steering Committee, compuesto por 39 miembros permanentes del Grupo. Una restringida camarilla de estos últimos constituye, a su vez, el segundo círculo interno y el más hermético. Se trata del Bilderberg Advisory Committee, cuyos integrantes norteamericanos son todos miembros del Consejo de Relaciones Exteriores. No en vano el coronel Curtis B.Dall, ex-yerno del presidente Franklin D. Roosevelt y personaje bien introducido en los medios financieros y políticos estadounidenses, definió al Bilderberg Group como "la fase mundialista del Consejo de Relaciones Exteriores norteamericano y del Real Instituto de Asuntos Internacionales británico".
Los objetivos del Bilderberg Group, nada difíciles de suponer por otra parte, han sido expuestos más de una vez con meridiana claridad en los discretos cónclaves que celebra este organismo en medio de imponentes medidas de seguridad. Si bien es lo cierto que de poco ha servido hasta ahora el sigilo que rodea tales reuniones, sobre las que raramente han faltado las filtraciones, e incluso las delaciones internas que permitieran conocer gran parte de sus conclusiones. Buena prueba de ello son las declaraciones realizadas en los preámbulos de la Conferencia Bilderberg de 1991 por Charles Muller, un alto funcionario de la entidad, quien se quejaba de que "cada año, alguien que representa a una organización o periódico dispuesto a oponerse a nuestros objetivos acaba, de algún modo, infiltrándose" (el periódico al que hacía referencia Muller no es otro que The Spotlight).
Pese a tratarse, como ya se apuntara anteriormente, del círculo más externo de esta entidad, lo tratado en sus cumbres periódicas ofrece una clara idea de sus objetivos. Así, en la Conferencia celebrada en junio de 1991 en la localidad alemana de Baden-Baden, sus más conspicuos militantes celebraron el desarrollo de la Guerra del Golfo, cuyo desenlace estaba entonces reciente, como "un paso importante para sacar a los americanos del nacionalismo". Sobre este particular se pronunció Henry Kissinger, uno de los ponentes, haciendo notar "el avance de años" que había supuesto el hecho de que la intervención norteamericana en el conflicto hubiera sido acordada en la ONU antes de obtener el refrendo del Congreso norteamericano, único órgano facultado para declarar la guerra según lo dispuesto por la Constitución de ese país, añadiendo que "si los americanos pueden ser persuadidos de traspasar las decisiones bélicas a la ONU, los nacionalismos de vía estrecha de Francia, Gran Bretaña o cualquier otro país desaparecerán". El júbilo de Kissinger y de sus ilustres cofrades estaba plenamente justificado si se considera que la ONU no es sino uno de sus organismos títere. Como dato ''novedoso'' sobre este organismo internacional, podemos decir que está instalada en terrenos ''donados'' por David Rockefeller.
Como colofón de este rápido repaso bueno será dedicar algunas palabras a uno de los "pasatiempos" predilectos de los bilderberger. Se trata de lo que, en la jerga de la organización, es conocido como "juegos de guerra", un significativo eufemismo mediante el que se designan ciertas prácticas que ya desde tiempo antes venía desarrollando el Consejo de Relaciones Exteriores. Básicamente, los llamados juegos de guerra consisten en la escenificación de situaciones de crisis extrema sobre asuntos de política internacional, a fin de tener previstas todas las posibles contingencias que pudieran representar un obstáculo para el desenlace deseado. Los seminarios o foros de reflexión donde se desenvuelven estos "juegos" suelen celebrarse en lugares apartados bajo los auspicios de instituciones académicas tales como el Instituto Averell Harriman, el Consejo de Yale sobre Estudios Internacionales o la Academia para el Desarrollo de la Educación, todas ellas vinculados a la sociedad The Order, de la que hablaremos en publicaciones posteriores. Los participantes en estos seminarios son, por lo regular, expertos reclutados en las altas esferas científicas y académicas y vinculados a las figuras clave de la política exterior de sus respectivos países.
Paralelamente a los "juegos de guerra" se desarrollan los "juegos políticos", complementándose ambos mutuamente. En realidad, el juego de guerra se pone en marcha cuando sobrevienen o son introducidos en un juego político acontecimientos críticos, como golpes de Estado, graves disturbios sociales, magnicidios, invasiones, etc. Y si bien los juegos de guerra están concebidos para tener previstas todas las eventualidades posibles y las soluciones más adecuadas a cada una de ellas, a veces ocurre que el acontecimiento real (ya sea espontáneo, ya provocado) se desarrolla de forma distinta a la prevista en el "juego", en cuyo caso se hace preciso intervenir, si es necesario directamente, para corregir los desvíos y reconducir el proceso hacia el desenlace adecuado.
Todos los presidentes de Estados Unidos desde 1958 y todos los altos funcionarios de la Unión Europea han sido socios de dicho Club Mundialista, participando en sus reuniones anuales. El hecho de que presidentes de gobiernos, multimillonarios, líderes políticos, etc, se reúnan en una ciudad durante una semana tendría que ser una gran noticia, sin pasar desapercibido para el gran público a pesar (o más bien por obra de) de que los propietarios de Imperios Mediáticos como Ropert Murdoch (Fox), Redstone (Viacom group) o J.L. Cebrián (Grupo Prisa) son miembros del Grupo.
Bildelberg es dirigido por el Comité de los 300, aunque no sea ese número exactamente de miembros del comité. Los dirigentes del C-300 deciden quien es invitado a la reunión anual, quien puede pasar de "invitado" a "colaborador ", el cuál asistirá a las reuniones menores y a los grupos de estudio y en última instancia a ser admitido en los 300. El número de "invitados" suele rondar los 150, mientras que los activos el de 80.
Ha sido presidente de reunión (que no del Club) durante años el multimillonario italiano Umberto Agnelli, del grupo FIAT y el club de fútbol Juventus. Los asistentes al Bilderberg, intentan aparentar de cara a la opinión pública, que sus encuentros son actos informales, sin embargo a nadie se le escapa que el una vez al año, los políticos más poderosos del planeta se encierren en un lujoso palacio de Europa o en un gran hotel americano junto a directivos de multinacionales, sindicalistas, directores de conglomerados multimedia, líderes ecologistas, funcionarios de la ONU., etc, a planificar la marcha del mundo sin dar cuenta en los parlamentos de sus países ante sus ciudadanos, no tiene nada de "informal". Todo lo contrario, es un delito en casi todos los estados de Europa y América. Por ejemplo: La Ley Logan (de EE. UU.) prohíbe y sanciona que un funcionario público estadounidense (incluido el presidente) trate temas públicos con empresarios sin dar cuenta a su respectivo Consejo; el Código Penal español tipifica los encuentros de funcionarios políticos con empresarios al margen de los ciudadanos como Cohecho y Tráfico de Influencias; el Código Penal canadiense, el italiano, francés y alemán hacen lo mismo, castigando tanto al político como al ''empresario''. Sin embargo esas leyes no se aplican cuando se trata de los dueños reales del mundo.
Bill Clinton era un don nadie antes de asistir a la cumbre Bildelberg de Baden Baden 1991, en Alemania. Allí le prometió a David Rockfeller, que si era elegido presidente de EEUU fomentaría:
- El Tratado de Libre Comercio.
- La supresión de aduanas para el comercio entre Canadá, EEUU y México para miles de productos, tratado que no solo se llevó a cabo, sino que convirtió a miles de trabajadores norteamericanos en desocupados y ''de paso'' terminó de arruinar el campo mexicano.
Algunos políticos (entre otros) desconocidos que siguieron los dictados del Grupo tras asistir a reuniones son:
- Tony Blair, elegido primer ministro británico.
- Romano Prodi, que alcanza la presidencia de la Unión Europea (UE) en 1999.
- François Miterrand era un ''cadáver político'' en 1980, sin embargo el Bildelberg lo lleva a la presidencia de Francia ayudado de millones de euros para su campaña y un apoyo total de las televisiones y prensa, a cambio de unir Alemania y Francia en el terreno económico.
- Durao Barroso, fue elegido presidente de la UE en la reunión de Stresa, Italia, de Junio de 2004.
- George Bush, fue presidente de estados unidos y llevó uno de los más grandes y benéficos planes del grupo: la guerra en Irak y Afganistán.
- Barack Obama, es actualmente presidente de EEUU, estuvo presente (antes de ser elegido) en una reunión con el Bilderberg Group y según especulan teorías conspirativas, es quien llevará al mundo hacia los últimos ''retoques'' del Nuevo Orden Mundial planeado por el Grupo, gracias a su carisma y el estigma positivo de ''presidente negro de Estados Unidos''; con lo cual se facilitaría la aceptación social.
Actualmente, la finalidad de la acción política de Bilderberg se centra en la dirección política de los medios de comunicación occidentales y judíos. Recientemente se ha evaluado también la posibilidad de "ensayar" sistemas políticos alternativos para frenar la amenaza que supone para los grandes intereses económicos la aparición de un nuevo tipo de "proletariado" producido por la inmigración de bajo coste y la necesidad de ampliarlo y someterlo para diseñar mecanismos de control salarial en Europa ante la falta de competitividad con las economías orientales; la financiación y fomento de la ultra-derecha junto a gobiernos de corte liberal; y el incremento de las migraciones por la subida de precios en los países ''subdesarrollados'' seria la base del proyecto. Asimismo, se espera compatibilizar restricción de derechos individuales y colectivos con cambios demográficos que en menos de 10 años dupliquen la población Europea.
Más en concreto, los objetivos del Club Bilderberg, según relata Daniel Estulin en "La verdadera historia del Club Bilderberg", serían:
* Un sólo gobierno planetario, con un único mercado y economía globalizados, con un sólo ejército y una única moneda, regulada por un Banco Mundial.
* Una Iglesia universal, que canalice a la gente hacia los deseos del Nuevo Orden Mundial. El resto de las religiones serán destruidas.
* Servicios internacionales que completarán la destrucción de cualquier identidad nacional a través de su subversión desde el interior. Sólo se permitirá que florezcan los valores universales.
* El control de toda la humanidad a través de medios de manipulación mental, como la televisión. Este plan está descrito en el libro Technotronic Era (Era Tecnotrónica), de Zbigniew Brzezinski, miembro del Club. En el Nuevo Orden Mundial no habrá clase media; sólo sirvientes y gobernantes.
* Una sociedad postindustrial de "crecimiento cero", que acabará con la industrialización y la producción de energía eléctrica nuclear (excepto para las industrias de los ordenadores y servicios). Las industrias canadienses y estadounidenses que queden serán exportadas a países ''pobres'' como Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua, etc., en los que existe mano de obra barata. Se hará realidad, entonces, uno de los principales objetivos del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América de Norte).
* El crecimiento cero es necesario para destruir los vestigios de prosperidad y dividir a la sociedad en propietarios y esclavos. Cuando hay prosperidad, hay progreso, lo cual hace mucho más difícil la represión.
* La despoblación de las grandes ciudades, según el experimento llevado a cabo en Camboya por Pol Pot. Los planes genocidas de Pot fueron diseñados en Estados Unidos por una de las instituciones hermanas de Bilderberg, el Club de Roma.
* La muerte de cuatro mil millones de personas, a las que Henry Kissinger y David Rockefeller llaman bromeando "estómagos inservibles", por medio de las guerras, el hambre y las enfermedades. Esto sucederá hacia el año 2050. "De los dos mil millones de personas restantes, 500 millones pertenecerán a las razas china y japonesa, que se salvarán gracias a su característica capacidad para obedecer a la autoridad", es lo que afirma John Coleman en su libro ''Conspirators Hierarchy: The Story of the Committee of 300''. El doctor Coleman es un funcionario de inteligencia retirado que descubrió un informe encargado por el Comité de los 300 a Cyrus Vance "sobre cómo llevar a cabo el genocidio". Según la investigación de Coleman, el informe fue titulado "Global 2000 Report", "aprobado por el presidente Carter, en nombre del Gobierno de Estados Unidos y refrendado por Edwin Muskie, secretario de Estado". Según este informe, "la población de Estados Unidos se verá reducida a 100 millones hacia el año 2050".
* Crisis artificiales para mantener a la gente en un perpetuo estado de desequilibrio físico, mental y emocional. Confundirán y desmoralizarán a la población para evitar que decidan su propio destino, hasta el extremo de que la gente "tendrá demasiadas posibilidades de elección, lo que dará lugar a una gran apatía a escala masiva".
* Un férreo control sobre la educación con el propósito de destruirla. Una de las razones de la existencia de la UE (y la futura Unión Americana y Asiática) es el control de la educación para "aborregar" a la gente. Aunque nos resulte increíble, estos esfuerzos ya están dando "buenos frutos". Una gran porción de la juventud de hoy ignora por completo la Historia, las libertades individuales y el significado del mismo concepto de libertad. Para los globalizadores es mucho más fácil luchar contra unos oponentes sin principios.
* El control de la política externa e interna de Estados Unidos (cosa ya conseguida a través del Gobierno de Bush), Canadá (controlada por Inglaterra) y Europa (a través de la Unión Europea).
* Una ONU más poderosa que se convierta, finalmente, en un Gobierno Mundial. Una de las medidas que conducirán a ello es la creación del impuesto directo sobre el "ciudadano mundial".
* La expansión del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América de Norte) por todo el hemisferio occidental como preludio de la creación de una Unión Americana similar a la Unión Europea.
* Una Corte Internacional de Justicia con un sólo sistema legal.
* Un estado del bienestar socialista donde se recompensará a los esclavos obedientes y se exterminará a los inconformistas y alborotadores.
Como la teorías de conspiración suelen dejar la duda, expondremos las palabras de un científico, que para mucha gente darán mayor seguridad a la hora de pensar que lo antedicho no es una broma o una locura de unos pocos. El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, nos habla en su libro ''Reinventar la Democracia, Reinventar el Estado'', sobre el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) que está en fase de elaboración entre EEUU y la UE y que se pretende imponer al resto del mundo. Él dice: ''Según los términos de este acuerdo, los países deberán conceder idéntico trato a los inversores extranjeros y a los nacionales, prohibiéndose tanto los obstáculos específicos a las inversiones extranjeras como los incentivos o subvenciones al capital nacional. Esto significa acabar con la idea de desarrollo nacional e intensificar la competencia internacional, no ya solo entre trabajadores sino también entre países. Quedarían prohibidas tanto las medidas estatales destinadas a perseguir a las empresas multinacionales por prácticas comerciales ilegales, como las estrategias nacionales que pretendan restringir la fuga de capitales hacia zonas con menores costes laborales. El capital podría así hacer libre uso de la amenaza de fuga para hacer la resistencia obrera y sindical''.
A lo expuesto en el párrafo anterior, el autor agrega: ''Cualquier empresa que tenga alguna objeción respecto a cualquier norma o ley de la ciudad o Estado en los que esté implantada podrá presentar una queja ante un panel internacional de la AMI, panel que podrá imponer la anulación de la norma en cuestión. Curiosamente, las ciudades y los Estados no gozarán del derecho recíproco a demandar a las empresas. El carácter fascista del AMI reside en que se configura como una Constitución para los inversores: sólo protege sus intereses ignorando completamente la idea de que la inversión es una relación social por la que circulan otros muchos intereses sociales. El que fuera director general de la Organización Mundial del Comercio, Renatto Ruggerio, calificó como sigue el alcance de las negociaciones: 'Estamos escribiendo la constitución de una única economía global' (The Nation, enero 13/20, 1997, p. 6)''. Recordemos que Ruggerio también ha formado parte del Grupo de Bilderberg.
Sousa Santos cierra su idea (nosotros la tomamos como para cerrar esta primera publicación sobre el Grupo de Bilderberg) sobre este ''fascismo financiero'' (dentro de otros fascismos que reconoce y que llama ''fascismo societal''), diciendo lo siguiente: ''Los agentes de este fascismo financiero, en sus varios ámbitos y formas, son unas empresas privadas cuyas acciones vienen legitimadas por las instituciones financieras internacionales y por los Estados hegemónicos. Se configura así un fenómeno híbrido, para - estatal y supra - estatal, con un gran potencial destructivo: puede expulsar al estado natural de la exclusión a países enteros''.
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