Erlinda y Vicente
El Comité de Integración Unitaria de los Afectados por la Represa Daule Peripa, en Ecuador, viene denunciando los nefastos efectos de esta megarepresa de 27 mil hectáreas de espejo de agua para las comunidades. Uno de los foros donde se realiza esa denuncia, que incluye el reclamo de una reparación integral a los afectados (que superan en gran número a los directamente desplazados de sus tierras) es el 3er Encuentro Internacional de Afectad@s por Represas y sus Aliad@s que viene realizándose en el poblado de Temacapulin, Estado mexicano de Jalisco.
Erlinda, una de las afectadas, señala que la Ley de Aguas que viene discutiéndose en su país es “nefasta para los campesinos e indígenas” dado que los aleja de la gestión del recurso acuífero y expresa su voluntad de que a la postre la normativa no sea aprobada.
Daule Peripa es la represa más grande de Ecuador y su embalse redujo el campo de labores familiar de Vicente García y su familia de 50 a apenas 5 hectáreas. Asimismo, Erlinda cuenta que más del 50 por ciento de los desplazados aún no han recibido indemnización a pesar de contar con 24 años de construída la represa. Y lo que parece absurdo pero resulta muy congruente con la lógica de estos proyectos de las trasnacionales y el capital financiero mundial: el 80 por ciento de las familias afectadas por esta megaobra, que dejó sumergidas tierras excelentes para la producción alimentaria y desmembró familias que llevaban décadas en su producción campesina o como pescadores artesanales, no cuenta con energía eléctrica en sus viviendas.
Para Vicente este viaje a Temacapulin, elegido como centro del encuentro ante la amenaza de su población por la construcción El Zapotillo, represa de acumulación de aguas para consumo humano y posterior depósito sanitario de ciudades de Guanajuato, es al mismo tiempo una sorpresa y un volver atrás. A cuando escuchó por primera vez que su tierra quedaría bajo el agua, cuando en su lugar de origen había espacio para él y sus hermanos, antes del fin, antes de Daule Peripa. Es su primera vez fuera de fronteras ecuatorianas y casi no puede creerlo: escuchar de boca de un asiático, una africana o desde el sur profundo patagónico el mismo reclamo y la misma realidad.
La reparación integral que demanda el Comité de Integración Unitaria que Erlinda y Vicente integran incluye créditos a la promoción de la producción alimentaria campesina y sustentable, la construcción de escuelas, el servicio público de “gabarras” para cruzar los ríos con sus mulas de carga y un servicio médico que controle la proliferación de enfermedades que la presa ha intensificado con su almacenaje de aguas estancadas, nos explican los ecuatorianos que viven con preocupación las noticias que llegan desde su convulsionado país.
La preocupación sin embargo no oculta sus críticas al gobierno de Rafael Correa a quien acusan asimismo de buscar silenciar a través de demandas jurídicas contra líderes hombres y mujeres, el descontento social en su patria.
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