English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documental Spain cartas de presentación Italian xo Dutch películas un link Russian templates google Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

lunes, 31 de mayo de 2010

Monsanto también en El Salvador


Las organizaciones campesinas de El Salvador acusan a la semillera estadounidense Monsanto por su propósito de “acaparar todo el mercado” nacional, al punto que ha llegado a “robar semillas criollas” para instaurar un régimen monopólico. Eso expresó el dirigente Oscar Recinos Morales, de la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria Región Central (Fecoracen), integrante de la Vía Campesina Internacional.

La Fecoracen trabaja a nivel local en el rescate de semillas autóctonas y la consolidación de cooperativas agropecuarias como una forma de contrarrestar el modelo agroexportador que se promueve desde las altas esferas gubernamentales en el país centroamericano. La mayoría de los políticos salvadoreños, según Recinos Morales, son “empleados” de los grandes productores y las corporaciones del agronegocio que se instalan en el país.

Grupos como la Fecoracen están impulsando la aprobación de paquetes de leyes que incentiven el consumo de la producción nacional. Además reclaman mayores controles fitosanitarios para las importaciones de maíz desde Estados Unidos, y hacen hincapié en que las organizaciones campesinas y ambientalistas son las únicas que tienen una “preocupación real” por encontrar soluciones reales al cambio climático.

Acá va Monsanto

La mayor productora de semillas del mundo controla más del 70% del mercado de El Salvador y gran porcentaje del centroamericano, además de la red de distribución de más de 900 puntos con que cuenta Cristiani Burkard (empresa adquirida por Monsanto a mediados del 2008).

La compra de la empresa Cristiani Burkard, con sede en Guatemala, se produjo simultáneamente a la aprobación de la entrada de semillas transgénicas en El Salvador, un mercado en el que Monsanto es el líder indiscutible, con una cuota de entre el 70% y el 100% en varios de los cultivos.

Preguntados sobre si ambos hechos estuvieron relacionados, portavoces de la empresa de Saint Louis respondieron "No precisamente. La decisión fue tomada debido a que, a través de la red de más de 900 distribuidores de Cristiani, se podrían hacer llegar a más agricultores la opción de adquirir las tecnologías de Monsanto. Sin embargo, también podremos en el futuro sumar a nuestras semillas híbridas, las transgénicas".

En el mercado salvadoreño de semillas existían, antes de la compra por parte de Monsanto, cinco competidores principales: "Cristiani Burkard, que controlaba el 70%, Prosela, con una cuota aproximada del 10%, Pioneer, con un 8% y El Surco e Ipexagro, que controlarían entre las dos el 12% restante", explicó Óscar Figueroa, gerente de la Asociación de Proveedores Agrícolas (APA).

Según Figueroa, pese a su tamaño, el mercado de El Salvador es el más competitivo de la región, "aun cuando somos el país más pequeño, hay más competencia en El Salvador que en el resto de países de Centroamérica", aseguró. Sin embargo, el número de competidores se reduce drásticamente cuando hablamos de semillas genéticamente modificadas.

De las cinco compañías nombradas anteriormente, sólo Pioneer desarrolla este tipo de insumo y su participación de mercado es hasta ahora pequeña. "Pioneer lleva sólo dos años en el país", explicó Figueroa, mientras Cristiani Burkard (ahora Monsanto), comenzó su actividad hace 40.

En los últimos seis años Monsanto ha aumentado de forma exponencial su participación en el mercado global de semillas, principalmente por medio de la compra de otras empresas. No en vano, el 55% de los ingresos de la empresa entre 2005 y 2007, más de 3,000 millones de dólares, se destinaron a nuevas adquisiciones.

La ampliación de su red de distribución a través de estas compras le ha registrado importantes beneficios y le ha abierto la puerta a mercados de todo el mundo. Según Figueroa esto es, de hecho, un aspecto fundamental en el sector: "Ahora vender semillas no depende de precios, sino de abastecimiento. Implica logística internacional. Tener la semilla lista en el lugar donde se precisa", asegura.

Por su parte, Carlos Corzo, responsable de ventas para Pioneer en Centroamérica, asegura que "es muy prematuro decir qué va a pasar y seguiremos trabajando como hasta ahora. Lo más importante en biotecnología es la calidad de la base genética que tengas. El acceso al mercado al final lo marca la preferencia de los usuarios".

Batieron récord en 2008

La subida mundial del precio de los alimentos se tradujo para Monsanto en un tercer trimestre fiscal de ganancias récord. La empresa aumentó su superávit un 42 por ciento, llegando hasta 811 millones de dólares; mientras la facturación se elevó casi un 25 por ciento, alcanzando los 3 mil 600 millones de dólares.

El negocio del maíz transgénico funcionó especialmente bien para Monsanto en Europa y África. En Estados Unidos la compañía se benefició sobre todo de una fuerte demanda de semillas de soya y maíz, que se encuentran a precios récord y de algodón.

Con una ganancia por acción de 1.45 dólares (frente a los 1.03 del mismo periodo del año 2007), Monsanto superó las previsiones de los analistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscá en Internet

Movimiento Alternativo Enclave Sur