Las organizaciones ambientalistas Earthlife África Johannesburgo y GroundWork Amigos de la Tierra Sudáfrica lamentan la decisión del Banco Mundial de efectivizar un préstamo a la empresa energética estatal Eskom, para la instalación de una central eléctrica a carbón en Lephalale, provincia de Limpopo. La suma asciende a 3.000 millones de dólares. “Mediante esta resolución, el Banco Mundial ha demostrado, muy claramente, que no tiene ninguna consideración por el estado del clima y el medio ambiente en el mundo, el futuro de Sudáfrica ni los principios económicos de transparencia y corrupción”, expresa un comunicado difundido por las dos entidades el jueves, enseguida de la aprobación del préstamo. “No es un prestamista responsable”, fustiga.
Eskom genera aproximadamente el 95 por ciento de la electricidad que se usa en Sudáfrica y en el entorno del 45 por ciento de la disponible en todo el continente, según dice la propia empresa en su sitio web. Genera, transmite y distribuye electricidad para clientes y redistribuidores industriales, mineros, comerciales, agrícolas y residenciales.
El proyecto de la central eléctrica de Medupi en Lephalale consta de 6 unidades con una capacidad instalada de 4.788 megavatios. Está previsto que la primera unidad esté pronta en 2012 y la última en 2015. Según Earthlife África Johannesburgo y GroundWork Amigos de la Tierra Sudáfrica, la planta a carbón emitirá alrededor de 30 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, en momentos en que la humanidad necesita reducir drásticamente sus emisiones contaminantes, causas del cambio climático. El préstamo que hace efectivo el Banco Mundial muestra que la entidad continúa con una política de negocios que agrava la crisis climática en lugar de impulsar a las economías en desarrollo a usar alternativas limpias y últimamente más baratas, como la eólica, solar o geotérmica, consideran las organizaciones.
Investigaciones locales e internacionales han establecido que el sur de África será de las áreas del mundo más afectadas por el calentamiento global, con sequías, extinción de especies, escasez de alimentos y propagación de enfermedades como la malaria.
El coordinador de Proyectos de Earthlife África Johannesburgo, Tristen Taylor, manifestó en el comunicado: “dentro de 20 años la gente mirará hacia atrás y verá este préstamo como una oportunidad perdida para un giro positivo del mundo. Eskom y el Banco Mundial han cometido el error monumental de no apreciar no sólo las circunstancias extremas en que la humanidad se encuentra, sino también la posibilidad de un desarrollo alternativo, más limpio y más eficiente”. “Los niños de hoy los juzgarán duramente en los próximos años”, advirtió.
Por su parte, el director de Groundwork Amigos de la Tierra Sudáfrica, Bobby Peek, alertó que “el costo ambiental y social de este desarrollo impactará en todos los sudafricanos porque las tres mayores fuentes de agua, los ríos Limpopo, Vaal y Senque, serán desviadas para hacer posible Medupi y otras centrales futuras”. “El Banco Mundial sabe que todo el país será afectado pero elige ignorarlo. Tendrá que rendir cuentas”, aseguró Peek.
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