Qué no hay dinero para la educación? Que tampoco lo hay para la salud? En el caso de las Fuerzas Armadas (FFAA) uruguayas parece no ocurrir lo mismo: el presupuesto de Defensa figura como el segundo ministerio más rico del Estado (con 4.2% del presupuesto total del Producto Bruto Interno [PBI]). Como si fuera poco, en el primer lugar está otro que se avoca a la ''seguridad'': el Ministerio del Interior (5.1%). Como se ve, y si exceptuamos la última estrategia presupuestal que fue la meta del 4.5% del PBI a la educación, la ''seguridad pública'' es, sumada en efectivos y en presupuesto, el gasto más importante de la Administración Central. Por poner un ejemplo, sumados, los Ministerios de Industria, Desarrollo Social, Salud Pública, Ganadería no llegan al presupuesto que se lleva Defensa, que triplica el presupuesto de los otros poderes del Estado (Parlamento, 1.1% y Poder Judicial 1.4%).
Pero además, debemos incrementar al presupuesto de defensa, el déficit de la Caja de Retiros y Pensiones de las FFAA (que aumenta el gasto en defensa en 53%). El déficit de la CRPFFAA se explica por el peculiar sistema de privilegio que tienen los miembros de las FFAA. Mientras la mayoría de nosotros nos jubilamos con el 50% del promedio salarial que obtuvimos en los mejores diez años laborales de nuestras vidas, los miembros de las FFAA se jubilan con el 100% de su sueldo, a lo que se agrega, cuando han sido docentes, beneficios adicionales. A modo de ejemplo, un Capitán de Navío retirado gana $ 80.109 de jubilación. Esto se conforma por $ 67.338 de haber retiro (que es el 100% de su salario), más $ 12.771 de asignaciones docentes conforme a lo establecido en la Ley Orgánica Militar de 1974. Para reformar la Caja Militar, hay que reforma la anticuada Ley Orgánica Militar. Asimismo, la lucha por la reforma de la Caja Militar, ya estuvo presente en ocasión del Debate Nacional sobre Defensa (2006), del cual emanó la nueva ley de defensa. En esta ocasión, las FFAA dejaron en claro su negativa a una reforma previsional que los pusiera en pie de igualdad con el resto del sistema y el gobierno... nada.
El gasto en defensa hoy es del 4.2% del presupuesto pero comenzó a aumentar a fines de los años sesenta (por razones que no cuesta imaginar). De hecho, en 1960 el tamaño de las FFAA era de unos trece mil funcionarios, y ahora hay veintisiete mil. Pensemos que la población del Uruguay y el número de funcionarios públicos, otro desastre, no se han modificado sustancialmente en el período. El número de funcionarios que revisten en las FFAA, como dijimos, es del orden de los 27 mil, pero recordemos que son 42 mil todos los docentes del país, en primaria, secundaria y UTU. A modo de ejemplo: el número de empleados sólo en el Ejército es igual a la totalidad de maestros de Primaria de todo el país. Horrenda imagen del Uruguay.
Atendiendo a lo establecido en el programa de este gobierno que se hace llamar de ''izquierda'', se tomó la determinación de que las vacantes que se produjeran en el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) no fueran llenadas. Sin embargo, se permitió que el ahorro producido por las mismas, se usara en el propio Ministerio para mejorar salarios (privilegio que ningún otro Ministerio conserva). Si se generan vacantes, pero con ello se aumentan los sueldos, el peso presupuestal del MDN seguirá siendo el mismo, y por ende, se está abortando la sana idea que representaría reducir este gasto. Asimismo, si se mejoran salarios y compensaciones, se está generando un ''atractivo'' especial para entrar a las FFAA (que es lo que se busca), y por consiguiente, lejos de contribuir a su disminución, se está colaborando a su fortalecimiento.
La justificación fue que con el ahorro producido por las vacantes, se aumentarían los salarios más bajos. Pero en realidad, fue solamente con las vacantes del primer año del gobierno del señor Mijica (854 en 2010) con lo que se incrementaron los salarios de los escalafones inferiores (un soldado ganaba $6.542 al inicio del ejercicio y hoy gana $13.557). A modo de comparación, recordemos que el salario nominal de un Maestro Grado 1 (con partidas de alimentación incluidas) se ubicaba en los $15.670 en febrero de 2012. Realmente vergonzoso. Sin embargo, con las vacantes del año siguiente (1415 en 2011) se incrementaron los sueldos de los oficiales superiores. En los escalafones del personal Superior y Subalterno, el aumento fue del 22% por encima del que se les concedió al resto de los funcionarios públicos (8.6%) y ni hablar de los aumentos de sueldo, cuando los hubo, de l@s trabajadores/as privados. En enero de 2012, el incremento adicional que recibieron los comandantes en jefe, fue de $13.947, el de los generales de $12.049 y el de los coroneles de $9.700.
Si se comparan estos sueldos con los de los maestros y profesores de enseñanza media, encontramos que, mientras el salario mínimo militar aumentó 100% y los salarios más elevados del Ministerio de Defensa Nacional crecieron en más de un tercio (30,6%) entre 2011 y 2012, los docentes de enseñanza primaria y secundaria necesitaron siete años para percibir un crecimiento real de sus remuneraciones que, en el mejor de los casos no alcanza el 50%. En el período 2004-2011, los profesores (según su respectivo grado docente) recibieron un aumento de entre el 37% y el 42%. En tanto, en el mismo período, los maestros de educación primaria (también dependiendo de su grado) tuvieron un incremento salarial de entre el 45% y el 49%. En síntesis: los maestros y profesores necesitaron más de siete años para incrementar lo que los militares incrementaron en apenas dos.
Con el retenido de las más de dos mil vacantes que se produjeron durante 2010 y 2011, el Ministerio ahorró 213 millones de pesos. Pero no se conformó con el “privilegio” que le fue otorgado: usar su ahorro para mejorarse los sueldos. Pidió, además, un incremento de 178 millones de pesos más. La justificación de ese incremento era financiar el control perimetral de las cárceles. Pero esta plata, que ya fue aprobada, no explica todo el incremento. ¿A dónde va el incremento restante? Menciono, entre otros: para recompensar al personal que desempeña funciones en la policía aérea nacional debido al “incremento de la actividad aérea en el país”, en un contexto en el cual la actividad aérea ha disminuido drásticamente como resultado del quiebre de Pluna; para compensar al personal que se desempeña en el grupo K-9 San Miguel Arcángel de Perros de Trabajo Militar, que se dedica a la detección de explosivos en un país donde rara vez se tienen episodios de este tipo; para el personal de la Compañía Especial Antiterrorista del Comando General del Ejército; para aumentar la compensación que recibe el personal superior y subalterno embarcado (por estar embarcados); y para el incremento y salarización de las partidas que reciben quienes están en las mal llamadas ''misiones humanitarias'' en el exterior.
Especialmente significativos son algunos de estos gastos; por ejemplo, las compensaciones para el personal que trabaja con perros, en ''detección de explosivos'' ($ 1.772.858 anuales); o la asignación de una partida anual de $ 6.684.857 para una compensación especial que recibirá el personal de la Compañía Especial Antiterrorista del Batallón de Infantería de Paracaidista Nº 14, comando creado en 1978 para “cazar” uruguayos aunque ahora parece dedicarse al “rescate de rehenes” en un país donde no se producen circunstancias de este tipo, y violando flagrantemente el programa de gobierno de 2008 que dice que “la seguridad interna y funciones policiales deben centralizarse en el Ministerio del Interior, así como la represión y prevención de delitos comunes como el narcotráfico, el terrorismo y el contrabando”.
Como si ya no fuera suficiente con lo antedicho, también hay un incremento para aumentar y salarizar las compensaciones que reciben quienes se encuentran en ''misiones de paz'' en el exterior a través de un artículo. Un militar del escalafón más bajo percibe $ 8000 nominales en su tarea. Si integra una ''misión de paz'' por ejemplo en Haití, le pagan un sobresueldo de unos 800 dólares, y un viático del 50%. Un cabo, gana 1000 dólares, un sargento 1.100 dólares, un oficial 1.700 dólares, un coronel 3.200 y un jefe de base, 4000. A esto se le suma un 50% de su sueldo, que pagamos todos, al igual que todo lo que venimos diciendo en la presente publicación. El artículo del que estamos hablando pide, además, que a este 50% se le computen todos los aumentos salariales que reciba el inciso. El costo de este artículo es de veinte millones de pesos. Para muestra, baste mencionar que con veinte millones de pesos, podemos devolver a nuestro país veinte científicos por año que desean revincularse a la docencia y a la investigación en el país.
Para ir cerrando esta horrenda información acerca de una de las tantas cosas en que mal gasta nuestro dinero el gobierno, demás está decir que todos y cada uno de los incrementos votados, queda incorporado al presupuesto nacional, por lo cual se lega a un gobierno futuro, las dificultades, casi imposibilidades, de volver a negociar reducciones presupuestales. Podríamos haber hablado de otros gastos innecesarios: vehículos, armamento, helicópteros, etc., a lo cual se podría hacer referencia no solo del Ministerio de Defensa, sino también al del Interior, o mejor aún, los dos combinados. También podríamos haber hablado del enorme incremento en el salario de los senadores: de 2.700 dólares en 2007 a 5.500 dólares en la actualidad. Así podríamos seguir agrandando la lista con espantosas cifras que denotan una inversión en sectores que no aportan nada a las necesidades reales del pueblo uruguayo, a la vez que favorecen a muy pocas personas, obviamente, siempre dentro del Estado. Mientras tanto... en el interior del país muere gente por falta de ambulancias, una cantidad enorme de niñ@s y adultos mayores permanecen en la calle, la educación se cae a pedazos o los asentamientos han crecido sustancialmente, entre tantas cosas más que podríamos mencionar.
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