La violadora Barrick Gold

La organización dedicada a la defensa de los derechos humanos Human Rights Watch denunció que se habían producido violaciones en una mina de oro de la transnacional minera de origen canadiense Barrick Gold, que desde hace años está en la mira por sus atropellos constantes a las comunidades en las que se asienta.

En un extenso informe, Human Rights Watch indica que las agresiones sexuales fueron perpetradas contra mujeres ''pobres'' en Papúa Nueva Guinea, que se habían acercado a la mina de la empresa Porgera (PJV) (propiedad de Barrick Gold), mientras revolvían desperdicios de roca en busca de restos de oro.

Esta práctica, que no está autorizada, dio pie al oportunismo de algunos empleados de la minera, que agredieron brutalmente a las mujeres. Según consta en el informe de la organización defensora de los derechos humanos, que fue reproducido parcialmente por la agencia IPS, una mujer denunció haber sido violada por seis guardias de seguridad: la agresión no terminó allí, ya que luego fue pateada en el rostro por uno de ellos, quedando sus dientes destrozados luego del golpe.

La minera de origen canadiense señaló por su parte que había despedido a los empleados vinculados con los incidentes, luego de haber iniciado una investigación interna sobre lo ocurrido. A su vez, cuatro personas vinculadas a los hechos fueron detenidas, tras lo cual dos de ellas fueron acusadas de violación y otra de haber causado daños físicos graves.

Sin embargo, organizaciones de la sociedad civil que monitorean la actividad de Barrick Gold señalaron que la respuesta de la empresa llegaba demasiado tarde, porque habían ignorado durante años las denuncias sobre abusos cometidos por su personal en Papúa Nueva Guinea.

Para Human Rights Watch, el que estos sucesos hayan tenido lugar se relaciona a su vez con el bajo nivel de control y supervisión del gobierno de Papúa Nueva Guinea sobre las actividades de las empresas extractivas extranjeras.