La ONU que tod@s pagamos

A la ineficacia de la ONU con la ''paz en el mundo'', a la inutilidad de sus iniciativas contra el hambre, a la insuficiencia de sus acciones para resolver conflictos y porqué no, como cómplice y hasta promotora de todo lo antedicho y mucho más, hay que sumarle lo que cuesta. 

Las cifras arrojadas por Careers.un.org sobre lo que perciben los trabajadores de este organismo revelan que los sueldos de los funcionarios de la ONU son de escándalo. Un trabajador de este organismo internacional puede cobrar, dependiendo del lugar donde esté destinado, entre 70.000 y 200.000 euros nada más entrar en la organización con el nivel inicial (hay tres) y entre 140.000 y 300.000 euros si pertenece al nivel ''senior''. Un funcionario que acaba de entrar puede cobrar 200.000 euros si está destinado a Nueva York, a partir de ahí va subiendo en la escala salarial.

Los directivos o ''seniors'' de la ONU tienen un nivel salarial que en París puede ser de entre 150.000 o 200.000 euros, el que menos cobra en Ciudad de México, por ejemplo, es 136.000 y el que más 176.000. Cabe aclarar que este nivel salarial no es el de los altos cargos de la ONU sino de directores de áreas, de servicios, etcétera; por lo tanto empecemos a imaginar.

Pero no sólo se da un claro desequilibrio con la realidad salarial que perciben otros funcionarios de otras administraciones públicas, sino que además no se atiene una lógica con el país en el que reside el funcionario. Por ejemplo, un funcionario de la ONU en Kabul comienzan   cobrando entre 70.000 y 100.000 euros, lo cual constituye una cifra astronómica para el nivel de vida del país.

Las ventajas de trabajar para la ONU no acaban ahí, los funcionarios del organismo, además, están exentos de impuestos, tienen ayudas al alquiler, gastos de traslado y jubilación a los 62 años, por lo que el problema que tiene buena parte del mundo no les afecta.

Los desorbitados sueldos que ven reflejados en sus cuentas a final de mes si se tratara de equiparar con la media de los sueldos de los países donde trabajan se observaría que son entre un tercio y un 50% más altos. Si se trata de Dinamarca o Suecia, por ejemplo, será un 50%, si es Alemania, alrededor de un 40%, igual que en Estados Unidos que superaría en un 40% el sueldo del estadounidense medio.

¿Cuántos funcionarios tiene la ONU?

Pero, ¿cuántos funcionarios del nivel inicial tiene la ONU? La plantilla funcionarial de este organismo mantenido con dinero público por los gobiernos que lo componen (es decir, por nosotros mism@s, las sociedades de estos países) es de 40.000 funcionarios básicos repartidos por todo el mundo, sin incluir los de nivel medio o senior, ni los cargos políticos ni los altos cargos. Cabe preguntarse para qué sirven estos 40.000 funcionarios y por qué tienen estos sueldos desmedidos. El funcionariado de la ONU es un verdadero ejército de burócratas que mantienen una estructura demasiado cara para los escasos, cuando no nulos, resultados que produce.

Uno de los lugares donde los sueldos pueden ser más altos es Tokio, una de las ciudades más caras del mundo, cuyos sueldos pueden llegar a 300.000 euros como máximo y 200.000 euros como mínimo. En México DF el mismo funcionario puede cobrar entre 66.000 y 115.000 entre los sueldos más pequeños.

Naciones Unidas, un escándalo pagado por todos

Naciones Unidas es un escándalo: a su incapacidad de resolver nada hay que sumarle una gran cantidad de temas enquistados que tiene. Por ejemplo, la situación del Sáhara, que bajo protectorado de Naciones Unidas Marruecos se anexionó la zona sin el beneplácito de sus ciudadanos. Naciones Unidas calló entonces como sigue callando ahora.

Otro ejemplo más reciente es la intervención armada en Libia. Una intervención cuyo supuesto objetivo era garantizar que la población civil estuviera protegida. Sin embargo, como es una intervención tan limitada el conflicto está sesgando duramente a la población civil. Lo que decía la ONU en el discurso que pretendía evitar (que se produjera una guerra civil), ya es un hecho.

Por otro lado, las agencias de Naciones Unidas y determinadas comisiones se han convertido en un nido de ideólogos que producen papeles y declaraciones. Además, buena parte de ellos están en manos de grupos de presión o de países que están lejos de ser un modelo de estado de derecho.  

Otro ejemplo de nulidad es la FAO, un organismo creado en el interior de la ONU para acabar con la ''pobreza'' en el mundo y que está absolutamente arrinconado y es inoperante. La FAO tiene como principal objetivo luchar contra el hambre y solamente hace papeles contra el hambre. ¿Dónde están las acciones que deben paliar la falta de alimentos en el mundo y para las que esta organización ha sido creada?

Una cosa es la necesidad de que exista un foro para debatir qué es bueno en el contexto internacional y buscar la paz por medio de canales adecuados, pero ¿necesita 40.000 funcionarios? Además, ¿debe este organismo posicionarse ideológicamente y extender esta ideología por el mundo aprovechando su posición privilegiada? ¿Dónde están los supuestos fines con los que se creó la ONU tras la Segunda Guerra Mundial para los altos propósitos de paz y convivencia que necesitaba y que sigue necesitando el mundo? Y es que la ONU nunca quiso ni quiere la paz, tema en el cual no entraremos en esta publicación ya que tendríamos que dedicarnos exclusivamente a él, pero solo por mencionar, podríamos preguntarnos: porqué tiene un ejército un organismo que pregona la paz y el respeto de los derechos humanos; qué gasto militar tiene; la colonización que esconde detrás de las banderas de ''misiones humanitarias''; y un largo etc. 

Podríamos continuar, ejemplos como los antedichos sobran y los gastos que tod@s pagamos aumentan. Más aún, todo lo que la ONU pregona y dice estar a favor o en contra (en los papeles en beneficio de las sociedades del mundo), si vamos a los hechos, vemos que es completamente al revés. Y es que la ONU no está del lado de los pueblos ni de los países que la componen, sino que es un instrumento más utilizado para la dominación por parte de los poderosos de este mundo, de los grandes señores de las finanzas. Entre estos señores, los políticos de los países y los organismos internacionales, conforman una red de gran poder y de difícil disolución, red a su vez, que genera todas las injusticias y atrocidades que padece el mundo.