Internet no es libre pero es parte de la lucha

Los recientes levantamientos, con epicentro en el mundo árabe, han obligado al imperialismo en especial de Estados Unidos y Francia, a redefinir su estrategia en la región. Si en el plano militar, el bombardeo sobre Libia buscaba "poner un límite a la oleada de levantamientos populares que viene sacudiendo a los países del Norte de África y la península arábiga y poder asegurarse 'transiciones' o desvíos", en el plano comunicacional, Hillary Clinton afirmaba: "uno de los frentes de la batalla de Estados Unidos es la información (...) estamos en una guerra informativa y la estamos perdiendo" a manos de Al-Jazeera y otras cadenas informativas internacionales (todas con presencia en Internet) porque aportan "verdaderas noticias". En el mismo informe se menciona que una de las estrategias de Estados Unidos para recuperar influencia en este terreno "son las redes sociales y las plataformas informáticas", aunque finalmente se reconoce que todavía en el mundo, la televisión y la radio siguen teniendo una audiencia mayoritaria y recomienda aumentar también los presupuestos para esos medios.

La primera cumbre del e-G8

A fines de mayo, los dirigentes de las empresas de Internet y de los medios de comunicación ''más importantes del mundo'' asistieron a la inauguración por el presidente francés Nicolas Sarkozy del primer "e-G8" dedicado a la influencia de la red en el mundo, como preludio de la cumbre del G8.

En el e-G8, se dieron discusiones entre las principales empresas de la rama y las potencias imperialistas en varios aspectos. En el plano económico, subyacen las disputas entre empresas y ramas de la economía que se benefician y perjudican por la difusión masiva de contenidos digitales. En este sentido vienen avanzando distintas leyes que en nombre de la defensa de la "propiedad intelectual" de los grandes monopolios, habilitan a cerrar sitios de intercambio de contenidos. Esto además de tener un aspecto económico, también puede ser utilizado como una forma de censura.

Sin embargo la principal preocupación de las potencias en relación a Internet, no es ni económica, ni militar en cuanto a la "seguridad", sino que viene dada por el creciente potencial comunicacional de la red y su influencia política. Es que el crecimiento de la web no se detiene y ya se considera un medio de comunicación masivo llegando en la actualidad a tener unos 2000 millones de usuarios. Pero no es solo el crecimiento del número de usuarios que usan la red, también crece la cantidad de tiempo dedicado a este medio en relación con otros como los diarios, la radio y la televisión.

Mucho se ha hablado de las redes sociales y su potencial para compartir información a gran velocidad. Pero hay otro fenómeno en pleno desarrollo, que es la transmisión de video por Internet. Producto de cada vez mayores velocidades de transmisión, menores costos y mayor facilidad para generar videos, dentro de los contenidos de la web empieza a tener cada vez mayor peso la transmisión del lenguaje de masas por excelencia, el audiovisual. De esta manera, el intento de imponer un "cerco mediático" sobre determinada noticia tiene mayores límites, porque videos de múltiples fuentes (que muestran "verdaderas noticias") se cuelan por todos lados, como le sucedió a la CNN en la cobertura de los levantamientos del mundo árabe.

En esa sintonía, fue Sarkozy el que expresó la principal preocupación de la cumbre "Los pueblos de los países árabes mostraron al mundo que Internet no pertenece a los Estados, la opinión internacional pudo constatar que Internet se convirtió para la libertad de expresión en un vector con una potencia inédita". Pero, agregó, "no dejen que la revolución que lanzaron transmita el mal, sin trabas, ni contención. No la dejen convertirse en un instrumento en manos de los que quieren afectar nuestra seguridad, y por lo tanto nuestra integridad". Es decir, una clara ''preocupación'' por lo que afecta a gobiernos y grandes empresarios internet y una vaga excusa para comenzar a poner los ojos sobre ella más seriamente y porqué no, poner mayores restricciones de las que ya hay, a la circulación de información.  

El potencial de Internet, también es represivo, es así que durante los últimos levantamientos en el mundo árabe, la red fue utilizada por los distintos gobiernos (hasta hace poco aliados y armados por EEUU, Francia, etc), para perseguir, encarcelar y torturar a blogueros directamente buscándolos en sus casas, a la vez que cerraba el acceso a Internet a las principales empresas proveedoras del país. No sólo las dictaduras espían el comportamiento de activistas y militantes por Internet sino que también en tiempos de "paz" en las "democracias modernas", ''las agencias de inteligencia acumulan bases de datos con información para utilizarla cuando sea necesario".

Tomando nota de la importancia de Internet en la lucha de clases Estados Unidos busca, de acuerdo a la estrategia definida por Hillary Clinton, utilizar su ventaja en este terreno, para recuperar su desgastada influencia. Para eso utiliza el discurso de mayor "libertad en Internet" ante gobiernos "autoritarios". De esta manera Estados Unidos, busca ganar influencia directa en el control de las comunicaciones intentando brindar acceso directo a Internet y sortear el control de los Estados nacionales. Claro que esto, no tiene el objetivo de dar mayores libertades de comunicación a los pueblos, sino por el contrario reforzar el control comunicacional directo (claro, si el control principal de la red lo tienen ellos), para poder censurar, perseguir y controlar los flujos informativos de manera más o menos sutiles de acuerdo a sus necesidades e intentar ganar influencia en países que no responden directamente a sus intereses.

Televisión, manipulación...

Casi al mismo tiempo en que se desarrollaba el e-G8, en el Estado español crecía el movimiento de los “indignados” (Movimiento 15-M), que hace un gran uso de las redes para organizarse, comunicarse y realizar convocatorias. El intento de desalojo de la Plaza de Sol en Madrid, convierte a este hecho en el catalizador de la bronca y descontento acumulados por el pueblo español. "Lo llaman democracia y no lo es", es uno de los cantos más populares de los miles de indignados que se escuchan por todo el Estado español, otro de los cánticos "Televisión, manipulación". Cuanto de cierto, en estas palabras de los manifestantes. Pero si no es una democracia... ¿quienes son los que realmente tienen el poder y toman las decisiones? ¿en manos de quienes están los medios de comunicación?

Con el correr de la crisis económica ha quedado cada vez más a la luz, que esta llamada "democracia", no es otra cosa que un gobierno de banqueros y empresarios, al que le sirven los políticos corruptos. Una verdadera dictadura del capital, que se viste de formas más o menos democráticas para intentar legitimarse. La televisión, todavía el medio de comunicación más masivo, en manos de la clase dominante, no por casualidad es objeto de repudio por parte de los manifestantes. Pero ¿qué pasa con Internet, donde cada receptor, es a la vez potencial emisor de información? ¿Es posible pensar en una "democracia virtual" en la web mientras vivimos en un sistema controlado por un puñado de banqueros y empresarios?

Los distintos apagones de Internet y el encarcelamiento de blogueros en los países árabes, la Ley Sinde en el Estado español, o la Ley Hadopi en Francia son muestras de que Internet no es de ninguna manera una "democracia virtual" paralela, evidentemente no es posible crear una “democracia virtual” dentro de Estados, que no son otra cosa que una dictadura del capital.

El potencial de Internet es enorme, bajo el socialismo

Sin duda, el potencial de Internet es enorme para la planificación democrática de una sociedad de productores libres asociados (sin clases sociales), una herramienta fenomenal para potenciar todo el conocimiento libre, la creatividad y la cultura. Pero para esto, para una verdadera libertad de expresión, donde los medios de producción y comunicación sean públicos, será necesario arrebatárselos al puñado de capitalistas quienes hoy en día los poseen. Lo cual no será una tarea nada fácil, ya que tienen ejércitos de ingenieros, políticos, periodistas y militares a sueldo.

Pero, ¿quién más capaz de controlar la tecnología, la producción y la distribución que los trabajadores, que los hacen funcionar? Las clases dominantes, no dudarán en perpetrar los más sangrientos golpes y guerras para mantener su dominio como lo hicieron en el pasado, lo hacen en el presente e intentarán hacer en el futuro. Lo que está en juego no es otra cosa que el futuro de la humanidad, que el capitalismo en decadencia, hundirá más y más en la barbarie, llevándose puesta la “libertad” de Internet en el camino.

Lejos de ser una moda pasajera, los cambios en los medios digitales son parte de contradicciones más profundas en la configuración del sistema de medios de las clases dominantes y del imperialismo. No es una novedad que los medios de comunicación, fueron y serán herramientas fundamentales a la hora de intervenir en cualquier guerra o revolución. Las nuevas tecnologías ya son parte del nuevo terreno en el que se desarrollarán las luchas a comienzos del siglo XXI.

Teniendo en cuenta los límites y peligros, de lo que se trata es de aprovechar las enormes potencialidades y contradicciones en este nuevo terreno y cómo utilizamos esta herramienta en esta guerra. Los levantamientos en los países árabes y el movimiento de los indignados españoles, indican que no faltará disposición a la lucha, será necesario entonces levantar una estrategia para vencer.