En el marco de conmemoraciones del Día Internacional de la Lucha Campesina, Radio Mundo Real dialogó con Ayala Ferreira, integrante de la Coordinación Nacional del MST de Brasil, desde el Estado de Pará, muy cerca de Eldorado dos Carajás, donde hace quince años ocurriera la masacre que transformó cada 17 de abril en una jornada de lucha y memoria.
“La mejor forma que nosotros concebimos de recordar la masacre de nuestros compañeros es continuar la lucha que hoy hace que las familias campesinas asentadas se encuentren produciendo, estudiando y trabajando para la concreción de la Reforma Agraria en nuestro país”, comentó la dirigente nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra desde el Estado de Pará.
“Los niños de aquel momento hoy son adultos que siguen luchando, con sus padres, amigos, tíos en la memoria”, señala Ayala Ferreira en enlace telefónico desde la ciudad de Marabá, a unos 100 kilómetros del lugar de la masacre acaecida quince años atrás y que culminara con 19 campesinos asesinados y centenares de heridos a cargo de uniformados defendiendo los intereses de los terratenientes de la región.
De los comandantes policiales y políticos de esa masacre, solamente tres han sido juzgados aunque actualmente se encuentran en libertad a la espera de que se fije una condena y aún, algunos de ellos, han recibido homenajes de parte del Estado. Por lo que Ayala Ferreira sostiene que el clima que se vive desde los responsables es de impunidad.
Sin embargo, el centenar de acciones que en torno al 17 de abril se efectuaron en todo el mundo recordando la masacre y planteando los temas de Soberanía Alimentaria y derechos de los pueblos campesinos, lejos parecen estar del olvido sobre los hechos de Eldorado.
Potencia y contradicciones
En un segundo tramo de la entrevista con la referente del MST la reflexión se focaliza en el análisis que esta organización campesina realiza de la actual coyuntura política nacional brasileña, regional y global. Si Brasil, bajo el signo del capital, se ha convertido en el primer consumidor mundial de agrotóxicos e impulsa una industrialización agresiva con la que busca convertirse en potencia emergente, ¿qué espacio resta a la Reforma Agraria y al desarrollo local?
Ayala señala que la emergencia de Brasil como potencia encierra fuertes contradicciones, como por ejemplo ser uno de los países más injustos respecto a la distribución de la riqueza. En ese sentido el MST analiza que a nivel del campo existen dos modelos en disputa. De un lado el agronegocio, al cual parece apostar fuertemente el Estado brasileño y los capitales tanto locales como transnacionales. Y del otro la democratización de la tierra a través de una Reforma Agraria integral que incluya dimensiones productivas, políticas y culturales en favor de la mayoría de la población rural.
La herramienta para ello es la movilización y la incidencia hacia el Estado brasileño para la implementación de políticas públicas. También un esfuerzo permanente por establecer alianzas con otras organizaciones rurales y urbanas como estudiantes y trabajadores, dice Ayala. Y el razonamiento es válido también en la articulación internacional como lo es la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y La Vía Campesina.
Las contradicciones del Brasil “superpotencia” hacen que, en contraste “el Estado brasileño no tenga el coraje ni las condiciones para hacer reformas: reforma agraria, de la salud, de la cultura y todas aquellas reformas necesarias”, explica Ayala. De ahí la necesidad de un movimiento social articulado en campo y ciudad y con reivindicaciones claras que presionen al Estado y al sistema político, agrega.
Desde una tierra identificada con el dolor por la masacre de Eldorado, sin embargo, Ayala Ferreira contagia esperanza: “sabemos que los objetivos de la clase trabajadora son justos y por ello triunfarán. Nuestra tarea es seguir resistiendo y luchando por un mundo más justo, más bonito y más igualitario. Un abrazo y hasta la victoria siempre”.
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