Hablan de relaciones laborales medievales y de situaciones de injusticias que parecen endémicas, y la realidad parece darles la razón. El Sindicato Único de Trabajadores del Arroz y Afines (SUTAA) de Uruguay denunció que hace pocos días un trabajador falleció en un predio en la zona este del país y que poco antes, hace dos semanas, otro asalariado perdió los dos miembros inferiores hasta la altura de las rodillas en un accidente con una máquina arrocera.
Marcelo Amaya, delegado del SUTAA en los Consejos de Salarios, señaló que el sector arrocero muestra una cara pública que es la exitosa, pero oculta otra que tiene que ver con las relaciones laborales, y que parecen de otra época.
Según Amaya, otro problema que atraviesan los trabajadores es el uso intensivo de productos agrotóxicos. “Los trabajadores no tienen cómo evitarlos, porque están dos meses al año adentro del agua”, agregó.
Para Amaya, en la cuenca arrocera uruguaya "la injusticia es un tema endémico" y existen "varios factores" que conspiran contra la organización de los trabajadores, entre ellos la represión sindical de los empresarios y las propias distancias, que históricamente han conspirado contra la organización de los trabajadores del campo en este país sudamericano.
El SUTAA, que nuclea a los asalariados rurales del sector y está afiliado a la Unión Nacional de Trabajadores Rurales y Afines (Unatra), tiene 800 afiliados, sobre un total de 8000 trabajadores que están en actividad.
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