El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil mira con expectativas cuáles son las políticas en materia de reforma agraria que impulsa la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para enviarle sus mensajes al gobierno.
"Si tiene una decisión política de resolver los problemas sociales, la Reforma Agraria tiene que ser una de ellas, directa o indirectamente, asentando las familias y desarrollando la agroindustria, con asistencia técnica y crédito para las familias que quieren trabajar la tierra”, planteó José Batista de Oliveira, de la coordinación nacional del MST, en una entrevista publicada por el sitio de Internet de la organización, la más representativa del Brasil en este tema.
Las estadísticas oficiales les dan la razón a los sin tierra. La última encuesta de hogares confirma que los problemas de alimentación son significativamente mayores en las zonas rurales que en las urbanas.
La presidenta Roussef ha marcado que el objetivo central de su gestión será la eliminación de la pobreza, y desde el MST están planteando cuál es el mejor camino para cumplir esa meta: un proceso masivo de reforma agraria en todo el territorio brasileño.
A pesar de que al momento de definiciones electorales el MST cerró filas detrás de las candidaturas del oficialismo, ante el riesgo de un retorno de la ''derecha'' más conservadora, cuando se efectúa un balance de las políticas implementadas el movimiento no duda en afirmar que la reforma agraria es la mayor cuenta pendiente de las gestiones de Luiz Inácio “Lula” Da Silva.
Entre otras cosas, el MST apuesta a un fortalecimiento del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) como herramienta para agilizar el proceso de entrega de tierras. A finales de marzo, el ingeniero agrónomo Carlos Lacerda, que durante muchos años asesoró a movimientos sociales como el MST, fue designado por Roussef como nuevo titular del INCRA.
Para los sin tierra de Brasil, abril será un mes importante en materia de movilizaciones y plataformas reivindicativas, sobre todo porque las fechas así lo imponen. El 17 de abril se cumplirán quince años de la masacre de El Dorado dos Carajás, un trágico episodio que terminó con la muerte de 19 trabajadores rurales en el Estado de Pará, uno de los más olvidados, ''pobres'' y criminalizados de Brasil.
Ulisses Monaças, de la coordinación nacional del MST en Pará, manifestó que la idea es recordar esa fecha “colocando la reforma agraria en la agenda del gobierno”. En declaraciones a Agencia Brasil, el dirigente agregó que el movimiento también hará campaña contra el uso masivo de agrotóxicos. “Brasil es el mayor consumidor de veneno en el mundo”, será la consigna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario