Horas después de la violenta represión del gobierno de Porfirio Lobo contra las manifestaciones del 30 de marzo, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) dio a conocer en su sitio de Internet un documento del diplomático Jeremy Spector, responsable de la oficina de Asuntos Laborales y ''Derechos Humanos'' de la embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa. La carta fue redactada después de la detención de la coordinadora general de la Organización Fraternal Negra Hondureña, Miriam Miranda, arrestada y reprimida en una manifestación pacífica en una comunidad garífuna.
La sede diplomática norteamericana, según Spector, está dispuesta a “continuar con el seguimiento” de esas posibles violaciones a los derechos humanos, aunque está claro que su mayor interés es otro.
“No podemos condonar la frecuente violencia usada también por los manifestantes. Aunque nosotros hemos solicitado a la policía a actuar con moderación. Algunos manifestantes han participado en un nivel de violencia no visto en muchos años”, asegura el funcionario.
Desde su particular y hasta mentiroso punto de vista, la represión policial contra sindicalistas y campesinos contrarios al régimen de Lobo ha dejado como saldo que “la mayoría de las lesiones reportadas han afectado a los funcionarios de seguridad”.
En el resto del documento del responsable del área de derechos humanos hay fragmentos que parecen extraídos de un manual de inteligencia policial del período de la Guerra Fría. Spector señala que un “elevado número” de participantes en las manifestaciones “son delincuentes”, cuyos objetivos “parecen ser incitar a la violencia y al caos”. Luego dice que las protestas de finales de marzo “son realmente aterradoras” y que han provocado “preocupación para todos”.
El FNRP también divulgó una carta de respuesta al ridículo, tergiversador y criminalizador documento de Spector, que está firmada por la profesora estadounidemse Adrienne Pine, que revela, entre otras cosas, que el encargado de DDHH es en realidad un “especialista en deportes y en declaraciones fiscales”.
“No necesito decirles lo peligroso que es ese discurso, que además funciona como parte de una estrategia más amplia para legitimar al régimen de Lobo ante la OEA cuando ese organismo vuelva a discutir el tema de la reincorporación de Honduras este verano”, advierte la académica, en la misiva titulada “Honduras merece más respeto”.
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