En vista del fracaso de la décimo quinta sesión de la Conferencia de las Partes (COP 15) realizada en diciembre pasado, los movimientos sociales internacionales están tomando en sus manos la justicia social, por lo que se movilizarán para la próxima COP 16, que se realizará en Cancún, México, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de 2010.
En respuesta a la invitación hecha por La Vía Campesina para empezar el proceso de preparación hacia la COP 16, los días 4 y 5 de noviembre de 2010, se realizó en la ciudad de Morelia, el Encuentro Internacional "La Agenda Campesina e Indígena ante la crisis climática, los transgénicos y agrocombustibles", organizados por la UNORCA-Michoacán, el CECCAM y La Vía Campesina Región Norteamérica.
Al encuentro asistieron 310 personas, provenientes de 18 municipios del estado de Michoacán, delegaciones de campesinos de 10 estados de la república Mexicana, representantes de 3 organizaciones nacionales de Estados Unidos y Canadá. También asistieron estudiantes y profesores de universidades estatales (UNSNHM y la UIIM) y nacionales como la UNAM y Universidad Autónoma Chapingo. La bienvenida al encuentro estuvo a cargo de Raúl Herrera, dirigente estatal de la UNORCA.
Olegario Carrillo, integrante de la Comisión Nacional Ejecutiva de la UNORCA, enfatizó la revisión de la agenda campesina nacional que han hecho al interior de la organización campesina para encararlas. Estas son: Soberanía alimentaria; biodiversidad; agrocombustibles y transgénicos, principalmente. Recordó que desde 2009 reforzaron la lucha contra las transnacionales comercializadoras de transgénicos principalmente en Sonara, estado en donde el gobierno federal autorizó recientemente la siembra experimental de maíz transgénico para este año. Los otros estados donde las transnacionales de semillas tienen permiso para experimentar son: Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Jalisco
Alberto Gomez Flores, quien se desempeña en la Comisión Coordinadora Internacional para la región Norteamérica de La Vía Campesina, recordó que las políticas agrarias que no toman en cuenta a los campesinos e indígenas, contrario a resolver los problemas que se proponen, los complican aun más.
Recordó que en la Primera Cumbre Mundial de la Alimentación, realizado en Roma en 1996, los gobiernos y empresas reconocían la existencia de unos 800 millones de hambrientos en el mundo. Con sus tecnologías, que ahora sabemos son los transgénicos, pretendieron resolver la hambruna. En la cumbre sobre la alimentación celebrada en noviembre de 2009, reconocen la existencia de "cerca de 1,400 millones de personas que pasan hambre, y lo que es peor, que mueren de hambre".
En diciembre de 2009, se reunieron en Copenhague, el COP 15 (gobiernos y empresas) para tomar medidas para remediar el problema del Cambio Climático, mas no consiguieron ponerse de acuerdo. Ubicaron a la agricultura y a los campesinos como los responsables del cambio climático. Como pasó con las cumbres de la FAO, nuevamente las empresas semilleras y de agrotóxicos, colocan a la biotecnología como mecanismo para salir de la crisis climática. Ante estos expectativas, resaltó la importancia de que los campesinos encaren el problema con sus iniciativas que en mucho superan a las elaboradas por quienes no son campesinos como la FAO. "Los campesinos y campesinas podemos enfriar el planeta", enfatizó.
''Los campesinos y campesinas estamos en el debate internacional, y por consiguiente la agricultura campesina también''. Los campesinos agrupados en la LVC tienen iniciativas y estas son: Agricultura campesina y sustentable, soberanía alimentaria, derechos de los campesinos, mujeres, jóvenes, migrantes, biodiversidad y semillas criollas.
De los panelistas, Jan Slomp (Unión Nacional de Agricultores de Canadá) compartió su experiencia y de sus compañeros, como les ha afectado las políticas agrícolas de su gobierno. Señaló que los campesinos de Canadá comparten las mismas luchas que los de México y otras partes del mundo. La legislación sobre semillas, están elaboradas a modo para beneficiar únicamente a las empresas semilleras. La contaminación transgénica de canola y linaza fue intencional, y se han visto afectados en su comercialización como cultivo orgánico, por contener transgenes.
Otro fenómeno que viven es la deformación de las instituciones publicas. Cito el caso de la Junta de Granos (una especie de CONASUPO. ver bien este nombre) que desde 1935 funcionó muy bien en beneficio de los agricultores. Actualmente desempeña funciones mas parecidas a la de policía de las empresas semilleras como la MONSANTO. En resumen, como en el resto de los países "pobres" las empresas transnacionales han conseguido corromper a las autoridades (en todos los niveles de gobierno), a nivel legislativo, políticas agrarias, etc. No obstante, la conciencia creciente en la población ha motivado la declaración de comunidades libres de cultivos y alimentos transgénicos.
Randy Jasper, de la Coalición Nacional de Agricultores Familiares de Estados Unidos de América, señaló que los agricultores de Estados Unidos tienen la costumbre de caminar de la mano de la tecnología agrícola "moderna". Esta costumbre, hace que actualmente el campo este abandonado. Pasaron de la agricultura familiar diversificada a los monocultivos. Resaltó que lejos de resolver los problemas alimentarios y de crisis climáticos, las propuesta tecnológica de los transgénicos, los agrocombustibles, etc. será más de lo mismo. El panorama que se ve en el campo estadounidense, de abandono y contaminación, es el mismo que las empresas y organismos de la ONU ofrecen para el campo mexicano.
Según la experiencia con la siembra de transgénicos, lejos elevar la producción, baja. Lejos de evitar las plagas, aparecen nuevas plagas (plagas secundarias), en lugar de bajar los costos de producción, los eleva.
Ana de Ita, directora del Centro de Estudios para el cambio en el Campo Mexicano e integrante de la Red en Defensa del Maíz, expuso la situación en que se encuentra el maíz transgénico y la resistencia social contra el poder de las corporaciones semilleras y de agroinsumos.
Revisando la historia, señaló que desde 1996 se siembran maíces transgénicos en los Estados Unidos. En 1998, promovida por científicos mexicanos, concientes de los riesgos para los maíces criollos mexicanos, se declara una moratoria para la siembra piloto de maíces transgénicos. El 6 de marzo de 2009, Felipe Calderón (Presidente de México, después de reunirse con el presidente de MONSANTO en Davos, Suiza) decreta el fin a la moratoria para al siembra experimental de maíz transgénicos en México. Hecho que no es aislado, pues desde el 2003, existe la Ley de bioseguridad, también llamada Ley Monsanto. Resaltó que la siembra experimental es el primer paso, el segundo es la siembra piloto y la tercera, la siembra comercial. Para esta ultima, "ya no tienen que avisar a nadie". Recordó que la siembra experimental no toma en cuenta los riesgos al ambiente o salud de las personas, únicamente toman datos agronómicos.
Peter Rosset, asesor de La Vía Campesina, problematizó sobre los Agrocombustibles, la soberanía alimentaria y la agricultura campesina. La "victima" del cambio climático, son los campesinos y la agricultura campesina, principalmente la de temporal.
Los gobiernos y empresas, pretenden reducir la emisión de gases de efectos invernaderos, a través de la combustión de agrocombustibles (nótese que la FAO los nombra Biocombustibles). Nombre que LVC no reconoce porque, contrario a dar o promover Vida (BIO), la destruye, como lo demostró Rosset a lo largo de su exposición). Con ejemplo, mostró cómo alrededor del mundo, para en la producción de agrocombustibles se emite más CO2 de origen fósil que el que se quiere evitar con el agrocombustibles.
Entonces, si esta demostrado que los agrocombustibles no son rentables, ni en términos económicos-financieros como en ambientales, ¿por qué los gobiernos y empresas siguen promoviéndolos? La respuesta es: las empresas, aprovechándose de su crisis alimentaria y climática, se hacen de los subsidios a la producción de agrocombustibles, que en su principio irían a los pequeños productores.
Pilar López Sierra, investigadora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano, colocó la situación de los agrocombustibles en México. Los agrocombustibles son elaborados por materias primas de origen agrícola. Según la SAGARPA, en México hay 41 proyectos empresariales para producir agrocombustibles, las cuales están esperando la materia prima que actualmente no tienen (Maíz, caña de azúcar, jatropha, soya, etc.). No obstante, se han dado a la tarea legislar de modo que las leyes mexicanas queden para: el cambio de uso de suelo; la importación de maíz para elaborar etanol; no establece limites para la superficie destinada a la siembra de cultivos para la industria de agrocombustible; abre la puerta a la siembra de transgénicos; favorece programas de reconversión productivas.
Enfatizó que es en Chiapas donde más avanzado está el proceso de estimulación de agro diesel, donde tienen proyectado la siembra de 119, 900 hectáreas con jatropha, en donde, finalmente sustituyen la siembra de maíz. Además, tienen dos tierras maiceras
Luego, con el fin de señalar las iniciativas campesinas, ante la crisis climática y alimentaria, se reunieron en mesas de trabajo, los jóvenes, las mujeres y los viejos campesinos, para que a través de su experiencia, hacer publica una declaración donde enuncian los puntos de la agenda de las organizaciones campesinas ante el cambio climático.
En esta reunión, se escuchó la historia de Pichátaro, primera comunidad libre de transgénicos, y la ponencia de Pat Mooney del Grupo ETC, quién abundó sobre las pretensiones de las multinacionales para controlar la biomasa, y afirmó que solo la agricultura campesina alimentará al mundo, frente al cambio climático. También se escuchó a Ineke Booy del NFU de Canadá, y a Carlos Marentes, de los Trabajadores Fronterizos de EEUU.
Al final se hizo lectura de la Declaración de Michoacán (en boletín aparte):
¡Los campesinos y campesinas podemos enfriar el planeta!
¡No al maíz transgénicos, fuera MONSANTO!
¡Soberanía alimentaria ya!
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