Pese a sus grandes aportes...

Las organizaciones de mujeres demandan a las autoridades de Guatemala promover un trabajo digno, salarios justos y el pago de prestaciones laborales a toda la población femenina, además de distribuir equitativamente el trabajo de cuidado. Según una publicación del Sector de Mujeres, el trabajo de cuidado de las mujeres es un aporte a la economía del país y pese a que laboran grandes jornadas de trabajo en la atención a la familia, éste no es valorado.

Los datos mundiales dan cuenta que la población femenina es la que produce el 50 % de los alimentos a nivel mundial, sin embargo es una labor que la mayoría de las veces no es remunerada, por lo que ellas siguen ocupando los principales puestos en ''pobreza'', en explotación y en marginación.

El documento, elaborado en el marco de la conmemoración del Día Internacional del Trabajador, subraya que las trabajadoras de casa particular son obligadas a aceptar horarios abiertos, sin prestaciones y sin condiciones de seguridad social, además de que muchas sufren todo tipo de violencia y agresiones sexuales.

Por su parte, la socióloga Ana Silvia Monzón dijo que pese a que el indicador de Población Económicamente Activa (PEA) revela que la presencia femenina sigue siendo uno de los más bajos en la región, es conocido que sin el trabajo de ellas el mundo se detiene, pues su trabajo en el hogar no es reconocido.

Monzón subrayó la necesidad de que las mujeres sean nombradas, visibilizadas y reconocidas, como trabajadoras que aportan cuidados pero también riqueza material, creaciones intelectuales, literarias, manuales y una interminable lista que se requiere en jornadas agotadoras.

Al igual que la profesional feminista, creemos que se deben denunciar las condiciones precarias y en algunos casos con rasgos casi de esclavitud, que perfilan el trabajo de las mujeres en casas particulares, en la maquila, en los campos agrícolas, en la calle, en los mercados, en los talleres, en la enseñanza y en los almacenes.

Finalmente, Monzón lamentó que los medios de comunicación invisibilicen en el lenguaje y en las imágenes difundidas la presencia femenina en el trabajo, pese a sus grandes aportes.