Hasta hace unos 15 años atrás, Uruguay no contaba con megaproyectos sobre su territorio nacional. Se comenzó con el monocultivo, primero de eucaliptus y pinos, posteriormente de soja transgénica; lo siguieron las pasteras de celulosa (ya está instalada una y en construcción otra); posteriormente apareció la empresa Aratirí (Zamin Ferrous) y su megapreoyecto en minería; y ahora, como si todo esto ya no fuera poco, aparece el debate sobre la instalación de plantas nucleares para generar energía eléctrica.
Más siniestro aún nos parece, habiendo tenido el ejemplo de Japón recientemente y sabiendo las contras que conlleva la instalación de estas plantas. Como forma de informar, varios integrantes del Parlamento Europeo, un referente argentino en temas ambientales y un legislador de Uruguay participaron el pasado martes de una charla abierta sobre energía nuclear en la capital del país, Montevideo.
La actividad se denominó: “Después de Fukushima. Europa se despide de la Energía Nuclear. ¿Y por acá cómo andamos?”. Se realizó en un edificio anexo a la sede del Poder Legislativo y fue organizada por la Casa Bertolt Brecht, REDES – Amigos de la Tierra Uruguay, el Programa Uruguay Sustentable, la Coordinadora de Sindicatos de la Energía y la central que aglutina a los sindicatos del país, PIT-CNT. Unas 100 personas llenaron la sala donde se hizo la charla, lo cual denota que el tema no está en el debate de la sociedad toda.
El panel de oradores estuvo integrado por la eurodiputada francesa Catherine Greze, del Partido Verde, su par alemán Jurgen Klute, del Partido Die Linke (La Izquierda), la secretaria de la Fracción de los Verdes del Parlamento Europeo, la alemana Gaby Küpppers, el ambientalista argentino Juan Carlos Villalonga, de Los Verdes-Foro de Ecología Política y el senador uruguayo Daniel Martínez.
El objetivo de la actividad fue dar a conocer las experiencias de producción de energía nuclear en Europa y Argentina y también analizar lo que se ha hecho y debatido en Uruguay sobre el tema.
En nuestro país están destinados en el presupuesto nacional para el período 2011-2012 casi un millón de dólares para discutir la viabilidad de una central nuclear. Nos parece completamente ridículo que el estado, es decir, la sociedad, gaste un millón de dólares en discusiones (que deberían de descartarse de plano), habiendo tantas cosas que se podrían solucionar con ese dinero. En Uruguay la generación nucleoeléctrica está prohibida por ley, aunque hay presiones de varios sectores para derogar esa norma.
La organización REDES – Amigos de la Tierra Uruguay considera que la gravedad de la crisis nuclear ocurrida en Japón, luego del terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo, debe estar sobre la mesa a la hora del debate sobre energía nuclear en Uruguay. Sostiene además que la norma que prohibe esa energía a nivel nacional no se puede derogar mientras se analiza el asunto.
La organización ambientalista rechaza y desmiente los “mitos” de la industria nuclear y sus defensores. “La catástrofe de Fukushima I (en Japón) ha terminado por desmoronar las tres grandes mentiras de quienes apoyan la utilización de la energía nuclear: que es limpia, segura y barata”, dijo el ambientalista Leonard Mattioli, de REDES – AT, citado en un comunicado de prensa de la organización.
Mattioli destacó que la inseguridad de la energía atómica es “evidente”, llamó la atención por la “amenaza de la radioactividad” y manifestó su preocupación por los riesgos que la industria nuclear tiene “para la vida y la producción de alimentos”.
En su comunicado de prensa, REDES – AT reivindica el camino de las energías renovables, que el gobierno uruguayo ha desarrollado y que encaminan al país a tener, en 2015, el 50 % de su matriz energética basada en esas fuentes, con lo cual no estamos hablando de un pequeño ni mediano proyecto, sino de uno gigantesco y a corto plazo.
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