A un año: Un ejemplo más de los desastres de los TLC

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos fue puesto en vigencia el 15 de mayo de 2012. Ya en diciembre de 2007 las compañías más importantes de Estados Unidos entre ellas Microsoft, Coca-Cola, General Motors y Wall-Mart, enviaron cartas al Congreso de ese país pidiendo aprobación al TLC (1), con ello mostraban quiénes realmente se verían beneficiados de dicho acuerdo. Durante la campaña presidencial de 2008 en Estados Unidos, el tema fue un punto de discusión, donde el Republicano John McCain manifestaba su total respaldo, y por el otro lado el entonces candidato Demócrata y actual Presidente Barack Obama, manifestaba que no le parecía conveniente mientras en Colombia persistan las violaciones a los Derechos Humanos de los Sindicalistas.

Neoliberalismo en desarrollo

Según el gobierno nacional y los gremios económicos del mercado dirigidos o regidos bajo el modelo capitalista neoliberal, como lo son la ANDI (2), FENALCO, FEDEGAN, FEDEPALMA, entre otros grupos de poder económico en el país, pronosticaban hace un año que “el TLC es un acuerdo generador de oportunidades para todos los colombianos, sin excepción, pues contribuye a crear empleo y a mejorar el desempeño de la economía nacional. Inicialmente beneficia a los sectores exportadores porque podrán vender sus productos y servicios, en condiciones muy favorables, en el mercado estadounidense. Pero no sólo a los exportadores, también a todos los demás productores nacionales''.

El pasado 15 de mayo en la ciudad de Cartagena, se realizó el evento “Presentación del pasado, presente y futuro del TLC con Estados Unidos, a un año de ser implementado”. El Presidente Juan Manuel Santos instaló el evento, en el cual, pronunciaba que hace 22 años Fedesarrollo con un estudio realizado, demostró que Colombia tenía que cambiar su dinámica económica para impulsar el desarrollo y su crecimiento. Donde se creó el Ministerio de Comercio Exterior, cartera de la cual él fue su primer titular. Luego se negociaría en el marco de la CAN y el G-3 (México, Venezuela y Colombia).

Estos 22 años de los que habla el señor Presidente, se refiere implícitamente a la nueva Constitución Política de Colombia de 1991, implementación regulada y normativizada del modelo neoliberal en aquel país, donde se generó una ola de privatizaciones de empresas y entidades estatales, cambios estructurales en sectores sociales como el de la salud, pensiones, educación y reformas laborales constantes en detrimento de los trabajadores y por ende en favorecimiento de los empresarios, entre otras leyes y decretos reglamentarios que han ido modificando para beneficio de los gremios de poder económico.

Por su lado el Embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael Mckinley, dijo que el TLC está transformando las relaciones comerciales entre ambas naciones y siembra bases de un crecimiento futuro. En un encuentro con la secretaria de Comercio interina de Estados Unidos, Rebecca Blank, sostuvieron que ello permite que las empresas estadounidenses exporten a Colombia productos que en “su mayoría, más del 80 por ciento, no compiten con los que son producidos dentro del país”.

De igual manera y en defensa del TLC el Embajador de Colombia en Estados Unidos, Gabriel Silva Luján, anunciaba que “indigna que, a su tierna edad, algunos le atribuyan al TLC la capacidad de menoscabar los derechos laborales y el sindicalismo. La verdad es otra. Una de las razones principales –quizás la más definitiva- para que el TLC se hubiese demorado tanto es que Álvaro Uribe no les inspiraba confianza en estas materias a los demócratas estadounidenses. Tendrían sus razones”. Y asegura, que “fue necesaria la llegada del gobierno Santos para que con su agenda progresista e incluyente se pudieran destrabar las cosas”. Habría que revisar bastante estas palabras, aunque sin necesidad de profundizar demasiado, nos daríamos cuenta que en el país latinoamericano se vive todo lo contrario de lo que expresa el antedicho político. 

Imponiendo Tratos Lesivos al Comercio

Pero las cifras muestran cómo la asimetría de este tipo de negociaciones llevan a fortalecer más el mercado estadounidense dentro del país, entre el 15 de mayo de 2012 y el 31 de marzo (3) del presente año, la facturación a EE.UU., sin incluir petróleo, ascendió a $US 6.004 millones de dólares, para un incremento del 3,3 %. Mientras que en igual periodo las compras a EE.UU., fueron de $US 13.249 millones de dólares, representando un crecimiento del 13,6 %.

Después de tantas bambalinas, los resultados son desastrosos en especial para sectores como el agropecuario que es de vital importancia para el país. Colombia es el segundo comprador de productos agrícolas de EE.UU. (4)., en Sudamérica. Luego del TLC los incrementos de soja del 467 %, productos lácteos 214 %, entre otros. Por ello, la lucha y organización social se deben fortalecer, así lo han demostrado el paro de los cafeteros, de los papicultores y demás sectores que se han visto afectados por el TLC.

(1) http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3854949.

(2) Portafolio, Luis Édgar Cruz. 15 de mayo de 2013.

(3) http://www.eltiempo.com/economia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12793567.html (Consultado el 26 de mayo de 2013).

(4) http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones86/nota11.htm (Consultado el 26 de mayo de 2013).