Con o sin Zelaya todo sigue igual

El periodista y productor televisivo hondureño Adán Benítez fue asesinado el lunes en la ciudad de La Ceiba, departamento de Atlántida. Van 13 asesinatos de trabajadores de los medios de comunicación desde 2010, en un país gobernado por un régimen sucesor de la Dictadura nacida en junio de 2009.

Benítez tenía más de 15 años de experiencia en medios de comunicación. Según las fuentes policiales que actuaron en el caso, el periodista fue atacado por dos individuos, que lo robaron y luego lo mataron.

Para la Policía el móvil del crimen fue el robo. No obstante, el Comité por la Libre Expresión de Honduras (C-Libre, coalición de periodistas y miembros de la sociedad civil constituida para promover y defender la libertad de expresión y el derecho a la información en el país) tiene datos que vincularían el asesinato del periodista a su trabajo.

C-Libre expresa en una alerta pública que, según sus fuentes en La Ceiba, Benítez había denunciado la semana pasada en el Canal 45 local a una banda de delincuentes dedicada al robo de vehículos, e inclusive había afirmado que conocía a los ladrones.

Benítez es el cuarto periodista asesinado en Atlántida y el décimo tercero reportado a nivel nacional desde 2010. A estas cifras hay que sumarle las numerosas amenazas de muerte a trabajadores de los medios de comunicación, diversas agresiones, secuestros y detenciones judiciales, entre otros hostigamientos.

“Hasta el momento, el Estado ha mostrado incapacidad institucional para prevenir las violaciones y los asesinatos e investigar y sancionar a los perpetradores, por lo que la mayoría de las muertes permanece en una situación de preocupante impunidad”, denuncia C-Libre. En mayo el Comité había advertido que la Secretaría de Seguridad Nacional no estaba cumpliendo con su deber de resguardar la integridad física de los periodistas amenazados de muerte y por lo visto, sigue sin hacerlo.