British Petroleum, una empresa irresponsable

Los oleoductos que la empresa británica British Petroleum (BP), la misma del derrame en el Golfo de México, tiene en el territorio de Alaska están plagados de corrosión, por lo que afrontan un riesgo severo de destrucción. Esta información surge de un informe interno de la petrolera, que fue hecho público por el sitio de investigación estadounidense ProPublica.

Según informó este medio independiente, tanto empleados como contratistas de la firma señalan que los ductos fueron construidos en la década del setenta, para operar por alrededor de 15 años. Sin embargo, al darse cuenta de que en Alaska había más crudo del estimado previo a la extracción, la empresa decidió continuar sus operaciones en el territorio sin hacer el mantenimiento correspondiente de los oleoductos, por lo que ahora existen graves riesgos de que se produzcan filtraciones o incluso una gran explosión, señala ProPublica.

Al menos 148 de los oleoductos de BP están en condición deficiente según la petrolera, lo que significa que más del 80% de las paredes de los mismos están corroídas, por lo que podrían quebrarse. Si bien esta información fue desmentida por voceros de BP, que señalaron que la empresa no operaría si considerara que las condiciones no garantizan la seguridad, trabajadores de la petrolera confirmaron el riesgo y declararon a ProPublica que los sistemas de alarma de la empresa no son confiables, que las turbinas que bombean petróleo y gas son muy viejas y que algunos de los tanques que contienen desperdicios tóxicos están al borde del colapso. Los trabajadores respaldaron sus palabras con fotografías, en las que se ve el mal estado de los ductos. 

Ahora bien, pueden hablar los voceros de la empresa de que ésta no operará en malas condiciones? Creemos que NO: en el año 2006 se produjeron dos derrames de petróleo debido a que los oleoductos estaban corroídos. En ese momento las operaciones de BP fueron fuertemente criticadas por la opinión pública; lo mismo sucedió a comienzos de este año, cuando un accidente en una plataforma petrolera que operaba BP en el Golfo de México causó uno de los mayores desastres ambientales en la historia de Estados Unidos.