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lunes, 22 de noviembre de 2010

Asusta: El renacer de la Guerra Fría


En la cumbre de la OTAN en Lisboa los pasados viernes y sábado, una inmensa autoproclamada “alianza militar de Estados democráticos de Europa y Norteamérica”, de resonancia inocua, se arrellana en su propio sofá con adornos nucleares para especular sobre de qué se trata en realidad.

En ese panorama, el ''invitado de honor'' es el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, quien preside imperialmente a los otros 27 aliados de la OTAN, que reconocen todos sus votos y compromisos tributarios respecto a todo, desde la defensa de misiles de escala europea (dependiente del escudo de misiles global de EE.UU.) hasta el estacionamiento permanente de cientos de bombas nucleares de EE.UU. en Europa, hasta la turbocarga de la ciberguerra (dependiente del nuevo Cibercomando del Pentágono), una guerra relámpago de cabriolas de patrullas navales en las rutas marítimas estratégicas del globo y la propagación de bases militares que protegen nodos estratégicos.

En Lisboa, la OTAN está refrendando un nuevo “Concepto Estratégico” (una especie de carta de intenciones revisada en cada década. Esta es la primera desde 1999) y consecuentemente el anteproyecto para principios del Siglo XXI. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, lo ha estado presentando como “más efectivo” (como en defensa de misiles y ciberdefensa mejorada); “más involucrado” (como un enjambre de “socios” globales) y “más eficiente” (como en el despido de 4.000 personas de su estructura de comando).

Agréguese el discurso rimbombante de Rant y se termina por encontrar lo que se perdió en la traducción: La OTAN ahora ha sido efectivamente bautizada como el máximo Transformer Robocop global, que consigna a la inerme ONU a una caja de arena neoyorquina.

La OTAN olvidó hace mucho a Europa Occidental; demasiado pequeña, demasiado provincial. Ya está en Asia Central y del Sur así como en el noreste de África, interconectada con el AFRICOM del Pentágono (sólo cinco países: Eritrea, Libia, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Sudán y Zimbabue– no están relacionados con el Pentágono). Mucho más allá de los campos de la muerte afganos, la OTAN se está convirtiendo rápidamente en una inmensa “base avanzada de operaciónes” para ''mantener el orden'' en Oriente Próximo, África, Asia e incluso el Atlántico Sur, donde el Pentágono reactivó la Cuarta Flota; así como el golpe militar de 2009 que tuvo éxito en Honduras

En todo caso, pronto Europa celebrará a lo loco una cúpula de misiles a escala continental capaz de proteger a todos desde Ibiza a Innsbruck y de Múnich a Montecarlo contra esos ''malignos'' misiles iraníes inexistentes, así como contra los que existen: los estrafalarios pero efectivos Taepodong-2 de Pyongyang.

A lo anterior se sumarán las 200 a 350 armas nucleares de propiedad estadounidense que yacen en bases de la OTAN en Bélgica, Holanda, Alemania, Italia y Turquía (más las 300 bombas nucleares de propiedad francesa y las 225 británicas). Crucialmente, serían estos cinco países con “bombas residentes” los que lanzarían los ''bebés'' estadounidenses en cualquier eventualidad, algo que convierte en una burla el Tratado de No Proliferación Nuclear, suscrito, a propósito, por Irán. El resultado: la OTAN puede disponer de una cartera de hasta 900 armas nucleares en Europa

El mes pasado, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, declaró enérgicamente: “La OTAN debe seguir siendo una alianza nuclear mientras existan las armas nucleares”. Y Rasmussen la remató, agregando: “El sistema de defensa antimisiles es un complemento de la disuasión nuclear, no un sustituto”.

¿Hay alguien que se queje de toda esta paranoia nuclear? No exactamente. Rasmussen tiene razón cuando habla de “socios” de la OTAN; se trata virtualmente de todo el mundo (75 naciones, casi un 40% de la ONU), de los “estanes” centroasiáticos en la Cooperación por la Paz a los de Oriente Próximo en la Iniciativa de Cooperación de Estambul; de los “países de contacto” en el Este Asiático/Pacífico Sur a las Naciones que Contribuyen Tropas para la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad en Afganistán (que incluye a Mongolia y Tonga). Para no mencionar al ''importantísimo'' Consejo OTAN-Rusia (el presidente ruso Dmitry Medvedev es el primer dirigente ruso que realmente va a una cumbre de la OTAN). Sobra decir que todos esos “socios” también han ido a Lisboa.

Aunque su razón de ser fue ''defender'' a Europa Occidental contra la Unión Soviética, es inútil esperar que la OTAN aclare en la cumbre de Lisboa qué logra actualmente en Asia Central/Afganistán (vea “Nuevo concepto estratégico de la OTAN: bombas nucleares a perpetuidad”, Rebelión, 19 de noviembre de 2010). En todo caso, lo que importa es la infinidad de todo el asunto. No sólo el secretario de defensa de EE.UU. y el general David Petraeus, comandante militar de la coalición en Afganistán, cabildean por la ''Guerra Infinita''. El jefe de la defensa británica, general Sir David Richards, acaba de declarar al Daily Mail: “La OTAN ahora tiene que planificar para un papel de 30 a 40 años a fin de ayudar a las fuerzas armadas afganas a defender su país contra los ‘militantes’”

Sin embargo Afganistán, ese cenagal infinito, es sólo un aperitivo. La OTAN se vende sagazmente a la opinión pública mundial como si tuviera derecho a armar un alboroto en cualquier sitio que le dé la gana. Existen precedentes como en el ilegal, fallido, Estado de la narcomafia, Kosovo, que se apoda ampliamente y no por accidente, OTANstán.

Se puede presentar un argumento convincente de que dondequiera que Pentágono/OTAN “intervinieron” (de los Balcanes a Afganistán e Iraq) el ''lío'' ha adquirido proporciones apocalípticas. ¿A quién le importa? El Pentágono ha implantado Camp Bondsteel (su mayor base en Europa) en Kosovo; y también ha implantado un ''imperio'' de Bases en Afganistán e Iraq.

Los “molestos” del “Mundo Feliz” de Pentágono/OTAN son indudablemente Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Myanmar. Ninguno de ellos será fácilmente intimidado. La dirigencia rusa es demasiado astuta para que la coopten fácilmente, aunque la intrusión de Pentágono/OTAN a través de bases de defensa de misiles a lo largo de toda la longitud de las fronteras de Rusia es inexorable.

La OTAN afirma que saluda su “cooperación” con Rusia. Pero ahora hay un nuevo elemento en el juego para obligar, o no, a Rusia a jugar el juego de la defensa de misiles (después de todo la decisión de hacer todo lo posible ya se ha tomado).

La táctica de Pentágono/OTAN de establecer un sistema multidimensional de defensa de misiles “para proteger Europa” contra esos misiles iraníes inexistentes con armas nucleares, sería una broma si no hubiera atraído ya la atención de los sospechosos usuales en Europa Oriental: Polonia, República Checa, Bulgaria y Rumania. Turquía es un caso mucho más complicado.

Según informes de la prensa turca, Ankara sólo aceptará un sistema de defensa de misiles si el sistema es de la OTAN, no estadounidense; si el sistema se despliega en los 27 países de la OTAN y si la OTAN no coloca a Turquía en la posición poco envidiable de Estado de primera línea del frente como lo fue durante la Guerra Fría contra la Unión Soviética.

Pero la tercera parte de esta ecuación es exactamente lo que se propone el Pentágono, especialmente ahora cuando el eje Ankara-Teherán-Damasco es una realidad, para no hablar de la entente cordial en desarrollo entre Ankara y Moscú. En todo caso, el ministro de exteriores turco, Ahmet Davutoglu, lo ha dejado en claro: “No queremos una zona o psicología de Guerra Fría a nuestro alrededor”.

Pero se trata de una nueva versión de la Guerra Fría y Turquía corre el riesgo de ser sólo un peón en el juego. Aprovechando el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, el objetivo final de la cúpula global de misiles de EE.UU., completada con ciberguerra y Ataque Global Rápido, es cercar el corazón de Eurasia y aislar a Rusia, Irán y China. Más allá de la región específica, la sensación de Guerra Fría alcanza niveles mundiales, ya que la OTAN parece tener la libertad de actuar impunemente en todas partes del globo, en el momento que más le plazca y con el un gran armamento imposible de contrarrestar. Al contrario de lo que nos muestran los hechos, la guerra es ''paz'', dicen sus defensores. Bienvenidos a la cúpula del ''placer''. Bienvenidos a OTANstán.

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