“Para mí, como integrante del Grupo Choñik, el rescate de lo indígena en Uruguay es el propósito de mi vida”, explica Cyro Rodríguez, uno de los fundadores del Grupo Choñik en Uruguay. Surgió en 2004 como un espacio de encuentro, investigación y difusión que reivindica las raíces Indígenas, a partir de la cultura, las expresiones plásticas y musicales.
Su bisabuelo, el ''Indio Espinoza'', fue quien dejó el legado charrúa en la familia que hoy Cyro continúa con orgullo. Creció escuchando las historias de su madre. En esa etapa de su vida, captaba perfectamente todo lo que ella le decía y lo entendía como si fuera un adulto. Sin embargo, en su adolescencia se alejó por un tiempo del mundo indígena. Según explica, los estudios lo fueron separando de sus antepasados.
Pero Cyro estaba destinado a continuar el camino que el ''Indio Espinoza'' había comenzado a recorrer. Ya entrando en la juventud tuvo sueños relacionados con actividades indígenas. En el año 1995 participó de una ceremonia con Nativos del Norte en Villa Argentina donde le comentó sus visiones a los chamanes que asistieron a la ceremonia, quienes le dijeron que en su interior encontraría todas las respuestas. Años después, en una exposición cultural indígena conoció a Paula, su actual compañera. Junto a ella continúa con esta causa que, como él mismo dice, es la razón de su existencia.
EL GRUPO CHOÑIK
Cyro y su familia continúan los rituales Charrúas. En sus inicios, el Grupo estaba dedicado a las expresiones artísticas. Con el tiempo, ha ido evolucionando e integrando las inquietudes sociales y teniendo como premisa fundamental la búsqueda de la reivindicación de los derechos de los descendientes de Indígenas.
“Sin abandonar la propuesta cultural y artística, venimos trabajando en la red de organizaciones de la Sociedad Civil que promueven los Derechos Humanos, luchando por la inclusión social y el bienestar de quienes nos auto reconocemos como actuales Charrúas”, asegura Cyro, quien reclama fervorosamente por el reconocimiento del aporte de los indígenas en la Gesta Libertadora en nuestro país, así como la matanza indígena de Salsipuedes y los aportes culturales Indígenas a nuestra sociedad, como el mate y el asado, que hoy en día son elementos característicos de la cultura uruguaya.
Otros de los objetivos perseguidos por el Grupo es la ratificación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que trata la legislación Internacional acerca de los Pueblos Indígenas y sus Derechos, por parte del estado uruguayo, así como la inclusión de la Temática Indígena en los Programas Educativos de nuestro país.
ACTIVIDADES DEL GRUPO
El Grupo Choñik participa en diversas actividades que van desde lo artístico y educativo hasta lo social. Se destacan los Talleres de Música y Cultura Indígena del Uruguay en centros educativos y culturales, donde el Grupo transmite algunos de sus conocimientos a las demás personas. Así sucede en el Colegio Gandhi, donde Cyro y Paula enseñan a los niños el lenguaje charrúa, así como la utilización de los instrumentos musicales característicos.
Por su parte, Creaciones Étnicas Chaloná es el primer emprendimiento productivo de mujeres indígenas del Uruguay. Se trata de un espacio creativo del Grupo Choñik, donde las mujeres descendientes de indígenas del Uruguay se unen con el propósito de recuperar los valores ancestrales propios de las abuelas originarias Charrúas y otras etnias.
Además, realizan encuentros conmemorativos en las fechas importantes para el Movimiento Indígena en nuestro país y en toda América, así como ceremonias cada Luna llena y se relacionan con las organizaciones de la sociedad civil, promotoras de los DDHH.
DISCRIMINACIÓN, UN MAL INVISIBLE
“En Uruguay, a pesar de las negaciones, existe una discriminación, desde lo histórico, muy grande”. A través de la persecución y la prohibición de la lengua, se trató de borrar a la Cultura Indígena. “Sin embargo, resulta imposible desaparecer una cultura de un plumazo, y es allí cuando llega la discriminación”. Para Cyro, se trata de una discriminación que se encuentra en el inconsciente colectivo de la sociedad que lleva a rechazar todo lo que no provenga de lo europeo.
“En mi casa era un orgullo ser descendiente del Indio Espinoza. Lamentablemente esto no sucedía en todos lados”. Fue así como el Charrúa se integró a una sociedad que no lo aceptaba y por protección se guardó para sí su lengua y su cultura. Como estrategia para poder sobrevivir, no aceptaba públicamente su condición. Algo que, según Cyro, continúa sucediendo hasta el día de hoy.
En lo personal, Cyro tuvo dificultades para conseguir trabajo, a pesar de contar con los estudios necesarios, debido a su pelo largo y a su vestimenta que no se adapta al común de la sociedad.
UNA ESPIRITUALIDAD QUE TRASCIENDE FRONTERAS
"Hay integrantes en Montevideo, Paysandú, Artigas, Rivera, y también en Suecia donde van a fundar Grupo Choñik el próximo 21 de junio, Año Nuevo indígena", argumenta Cyro mientras mira la computadora con una sonrisa en su rostro.
LOS VALORES DEL CHARRÚA
“Nuestra lucha es una lucha de todos los días, y todo lo que hacemos está destinado a crear una sociedad mejor. Donde todos estemos unidos, sin competitividad, sin individualismo”. “La sociedad uruguaya debe tener esta conciencia de los ancestros indígenas. Donde la música, el deporte, la educación sean herramientas que nos ayuden a encontrarnos, a divertirnos y a estar cada vez más unidos”.
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