El Sindicato Único de la Aguja (SUA) del Uruguay, afiliado a la Central Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) y que agremia a las personas que se encuentran relacionadas laboralmente a la industria de la vestimenta en el país, está protestando por las importaciones de ropa fabricada en China, India, Bangladesh, etc., lo cual perjudica a trabajadores/as, empresas de fabricación nacional, exportación de productos uruguayos, entre otras cosas. Uno de los métodos de lucha, además de la protesta, es la entrega de un pequeño folleto explicativo de la situación, que por chico no significa que no nos aporte información de relevancia.
En la industria de la vestimenta uruguaya trabajan alrededor de 20.000 personas, de las cuales unas 10.000 lo hacen en ''negro'', es decir, sin aportar a la Caja de Jubilaciones del Banco de Previsión Social (BPS) y por ende, sin percibir los beneficios que otorga y sin generar una futura jubilación. Del total de la gente relacionada a la vestimenta, un 85% son mujeres, de lo cual se desprende, que al igual que en otros países latinoamericanos, son las más perjudicadas y vinculadas a los trabajos con menores beneficios.
En cuanto al Estado podemos decir que es el principal cómplice de este injusto mercado que favorece más a las importaciones que a la producción nacional, provocando una desigualdad abismal en cuanto a competencia refiere, lo cual perjudica tremendamente a las empresas que confeccionan prendas en el país y por añadidura, a trabajadores/as debido a que el trabajo en el rubro va en descenso a causa del cierre de varias empresas. Además, la ropa principalmente llegada de China, tiene un arancel de importación de apenas un 20%, mientras que en los países vecinos (Brasil y Argentina), alcanza el 35%. Esta es la ''facilidad'' que le otorga el estado uruguayo a las empresas (como Nike, Adidas, Reebok, Zara, entre otras tantas) que fabrican en aquel país y lo cual provoca que la producción nacional no alcance a competir con con los productos importados, como dijimos más arriba. No hablaremos aquí, ya que no corresponde en esta publicación y porque merece ser analizado con mayor detalle, de la atrocidades y violaciones laborales que cometen estas empresas tanto en China como en otros países.
A su vez, a menor producción y menores posibilidades de competir con los precios, así como los elevados costos de fabricación (en lo que tampoco favorece en nada el Estado), menores son las posibilidades de exportación, lo cual también provoca mayor desempleo, en vez de un aumento en la contratación de personas para trabajar en el ramo.
El consumo interno también hace lo suyo: a través de exitosas propagandas en los medios masivos de comunicación o internet, la sociedad uruguaya prefiere la compra de este tipo de prendas, no solo por ser más baratas, sino peor aún, por criterios como las virtuales e irreales moda y marca, lo cual también menoscaba la producción nacional. Parece que los famosos ''espejitos'' venidos de occidente aún surten efecto. Y si nos fijáramos en las etiquetas de ropa que llevamos puesta, cuántas dicen ''hecho en Uruguay''? La respuesta parece obvia, aunque con un poquito de conciencia podríamos cambiar desde nuestro lugar, algo de la situación por la que atraviesa la industria de la vestimenta en nuestro país.
Por otro lado, el pasado 13 de abril la SUA pidió una audiencia ante el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y al día de hoy no han tenido siquiera una respuesta, ni de dicho ente ni mucho menos del señor presidente Mujica. Entre las propuestas del sindicato aparecen:
- Mejora de las condiciones laborales de trabajadores y trabajadoras.
- Suba de aranceles de importación de un 20% hasta un 35% por lo menos.
- Comercio justo.
- Compras públicas 100% industria nacional.
- Canal Rojo en la Aduana para importaciones extra Mercosur.
La SUA proclama: ''Somos Orientales, no somos Chinos''. Por una industria nacional con trabajo digno.
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