En América Latina y el Caribe viven aproximadamente 75 millones de niñas, quienes son vulnerables ante severas violaciones a sus Derechos Humanos (DH), pues las leyes en sus países pocas veces las nombran o las consideran sujetas de derecho, y tampoco hay autoridades que les garanticen una vida plena.
Destaca la vulnerabilidad y precariedad que enfrentan las niñas que se ven obligadas (o desean) trabajar, ya que sufren discriminación, desigualdad de género, salarios precarios, y en muchos casos son cooptadas por redes de explotación laboral. En el marco del “Día Internacional de la Niña”, a conmemorarse este viernes 11 de octubre, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) y el Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (Molacnats), denunciaron la situación de “invisibilidad” que padece esta población.
La adolescente Alison Anampa, delegada peruana de Molacnats, urgió a que los gobiernos consideren a las niñas como una población primordial, ya que de ellas en gran medida depende el futuro y desarrollo de un país. Resaltó que las necesidades económicas se han agudizado para el grueso de la población, obligando a la infancia a contribuir con el ingreso familiar y/o a participar en la generación de recursos. Niñas y niños se han visto obligados a ingresar al mercado de trabajo, pero sin contar con las garantías laborales mínimas. Igualmente, las niñas son víctimas de discriminación de género al considerarse que ellas son aptas sólo para las labores domésticas, por las que reciben escasos salarios y muchas veces se les retiene el pago económico a cambio de que se les retribuya en especie.
Esa condición, agregó Anampa, también repercute en el nivel de educación de las niñas, pues al incorporarse a un trabajo generalmente dejan la escuela y entran en un “círculo” de reiteradas violaciones a sus DH. “Somos consideradas como inferiores en algunas familias, nos empleamos en el sector informal o de largas jornadas de trabajo, abandonamos la escuela, por lo tanto no contamos con información sobre sexualidad o métodos anticonceptivos, y presentamos embarazos tempranos exponiendo a nuestras hijas o hijos al mismo entrono en el que nosotras crecimos”, evidenció.
Por ello, destacó la joven peruana, es indispensable que desde las leyes se nombre a las niñas, “pues lo que no se dice es porque no existe y si no se les menciona en las normas nacionales es como si no estuvieran pensadas para ellas también”.
Agregó que el objetivo del Molacnats es exigir que se garantice el trabajo infantil en contextos dignos y no en condiciones de explotación, al señalar que la trata de personas y la explotación sexual son delitos y no “peores formas de trabajo” como las define la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Alan Jiménez, responsable del Área de Promoción de Participación Infantil de la Redim, expuso que el panorama que viven las niñas mexicanas es similar al resto de las de AL, toda vez que si bien la Constitución reconoce el trabajo infantil no define cuales son las garantías mínimas que se deben otorgar.
En México, las niñas representan alrededor de 33 % de la población femenina, es decir 19.3 millones de menores de edad. El 6.8 % de las niñas entre 5 y 17 años realiza alguna actividad económica, casi la mitad de ellas (47 %) sin remuneración, mientras que 46 % recibe de uno a dos salarios mínimos. Se estima que 90 mil adolescentes entre 12 y 17 años trabajan jornadas laborales de más de ocho horas diarias.
En diciembre de 2011 la Asamblea General de la ONU, en su Resolución 66/170, declaró el 11 de octubre como el “Día Internacional de la Niña” a fin de reconocer los derechos de esta población y los “desafíos excepcionales” que ellas enfrentan en todo el mundo. Sería bueno no quedarse en la simple ''cartelería'' como habitualmente lo hace la ONU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario