El texto presentado fue elaborado por el propio Achkar, Ana Domínguez y Fernando Pesce, los tres docentes del Laboratorio de Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental del Territorio, y del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales (IECA) de la Facultad de Ciencias de la UdelaR. La publicación, de fines del año pasado, fue realizada por REDES – AT y el Programa Uruguay Sustentable.
Sobre el final de su alocución, Achkar, que además realizó una presentación visual de los principales ejes del documento, dijo que hay una fuerte vinculación entre el agua y el territorio y que los planes de manejo deben integrar los dos aspectos. “La degradación del agua dulce acompaña la degradación de los territorios que la producen. Para pensar en agua de buena calidad y en funcionamiento del ciclo hidrológico y de los sistemas hídricos, tenemos que pensar en territorios sanos”, explicó.
En la misma línea de pensamiento el especialista añadió que la degradación del agua no sólo se relaciona con la forma en la que se la consume, sino con las formas en que se impactan los ecosistemas terrestres. “Por más que nosotros seamos muy eficientes en el uso del agua, si transformamos los ecosistemas terrestres vamos a deteriorar la calidad de las aguas. Y la organización territorial de todo el conjunto de actividades, de todas las que nosotros tenemos relevadas y otras, incide y genera interacciones positivas y negativas sobre el funcionamiento de los territorios y luego sobre su capacidad para generar agua dulce”.
Según explicó Achkar, siempre siguiendo su análisis, las alteraciones del territorio y de la calidad del agua son consecuencia directa del conjunto de las acciones de una sociedad. “Tenemos que tomar decisiones sobre ese conjunto de acciones que se hacen sobre los territorios y estamos en una cuenca que tiene una gran complejidad (...). Los comités regionales, con la participación de la sociedad civil, tienen que intentar avanzar en el ordenamiento de toda la complejidad que tiene la cuenca y las presiones a futuro que tiene”, agregó. “Nosotros lo que intentamos con este trabajo fue aportar sobre los principales factores de presión que están incidiendo y allí identificamos la expansión de la agricultura (se destacan las arroceras en la zona), la expansión de la forestación y el potencial minero que presenta la cuenca”, sintetizó finalmente.
Documentos adjuntos
- publicacion-laguna-merin-web.pdf (PDF – 2.3 MB)
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