La revista estadounidense Forbes evaluó que la controvertida semillera Monsanto fue la empresa más exitosa del 2009. Destaca supuestos avances en materia de bioingeniería, la contribución a la alimentación de la creciente población mundial y su capacidad para no sufrir los impactos de la crisis financiera internacional.
Mientras tanto, el resto del planeta llega a la conclusión que la multinacional sigue sumando crímenes ambientales a su abultado prontuario. Varias agencias internacionales adelantaron contenidos de un artículo de balance del año que será publicado por Forbes el próximo 18 de enero. El material periodístico menciona los “problemas de imagen” que sufre la empresa norteamericana, y admite que los logros económicos no van de la mano de “adulación pública”.
Monsanto cumple con el perfil de “empresa ganadora” (¿?), según la Forbes, porque ha “generado muchos miles de millones de dólares en valor” con sus semillas genéticamente modificadas.
“Pero los logros económicos no son lo mismo que la adulación pública. Durante la mayor parte del tiempo que Monsanto ha estado trabajando para alimentar mejor a la Humanidad (¿?), ha sido objeto de duras críticas”, prosigue la nota de la revista, que afirma que muchos han presentado a la corporación como “el Satanás de la agricultura” por “atreverse a modificar los genes del maíz y la soja”.
Sí es cierto, como dice Forbes, que esa es la visión más extendida sobre Monsanto a nivel mundial. Vale recordar, a modo de ejemplo, que en diciembre, en el marco de la COP 15 sobre cambio climático de Copenhague, la federación ambientalista Amigos de la Tierra, junto a otras organizaciones, le entregó un premio (bautizado como “la Sirenita enfadada”) a Monsanto y a Shell porque “no quieren hacer nada para evitar el cambio climático”.
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