Son ya varias las instancias de reuniones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a las cuales llegan para manifestar sus denuncias y demandas los pescadores filipinos del Fisherfolks Movement and the Seafish for Justice Network. Tal cual ocurriera en Hong Kong en 2005 y en Ginebra en 2006, esta vez los pescadores volvieron a la ciudad suiza para decirle a la VII Ministerial del mayor organismo de comercio del mundo que sus políticas los están ahorcando.
Ruperto Aleroza es uno de los integrantes del movimiento de pescadores filipinos y ha estado manifestándose incansablemente en Ginebra, con un bote que él y sus compañeros construyeron y que se ha paseado por la ciudad con sus consignas sobre un gran soporte de hierro que lo transporta con ruedas. En 2006 los pescadores habían construido varios botes con los que se manifestaron por el Lago Léman (o Lago de Ginebra), que divide esta ciudad suiza.
Aleroza ha manifestado que sus protestas en contra la OMC, son a causa de que dicho organismo viola los derechos de los pescadores asiáticos; que el libre comercio, la liberalización de sus productos marinos viola sus derechos, su forma de vida. Advirtió que se pone en riesgo su soberanía alimentaria, porque su forma de vivir proviene del mar.
"Al permitir que productos marinos de otros países entren a Filipinas y al sudeste asiático, nuestros productos locales no pueden ser comprados por nuestros consumidores porque los extranjeros son más baratos", dijo el integrante de la red. Denunció además que hay menos peces en los mares del sudeste asiático porque los recursos han sido devastados por varios tipos de pesca ilegal, llevada adelante por corporaciones transnacionales.
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