Energía sucia, maquillaje verde, bajos salarios, inseguridad laboral, tercerización, monopolio, colonización, evasión fiscal, destrucción social y ambiental, corrupción, violación de derechos humanos. La transnacional española Iberdrola fue declarada culpable de estos y más crímenes por el Tribunal Popular instaurado en el centro antiguo de Bilbao este miércoles 30 de octubre.
Más de veinte testimonios de los crímenes cometidos por la Iberdrola de los hemisferios norte y sur compartieron sus acusaciones. En Brasil por ejemplo, la transnacional se presenta como Neoenergia y es parte del consorcio dueño de la controvertida de Belo Monte en el estado Pará y la represa de Foz do Iguazu en el de Paraná, entre otras del sector eléctrico, en la generación y distribución. También fueron realzadas acusaciones en contra de su participación en proyectos de energía eólica en Oaxaca en México, en la Isla de Creta en Grecia y en plantas de energía nuclear e hidroeléctrica en España. Además, trabajadores de la empresa denunciaron las pésimas condiciones de trabajo, incluyendo tercerización, jornadas extenuantes y persecución sindical.
Bajo la luz de las velas, en homenaje a los compañeros y compañeras asesinadas en la lucha contra las transnacionales, los manifestantes marcharon hasta la sede de Iberdrola, un gigantesco edificio que sobresale en la ciudad de Bilbao, y que costó al erario público de esta ciudad, unos 20 millones de euros. Un grupo de jóvenes encabezó la marcha con persecución al estilo brasileño.
“Iberdrola tiene deudas históricas con Brasil, México, Guatemala, Colombia y también con los compañeros aquí del País Vasco. Iberdrola hace propaganda de que produce energía limpia, pero en realidad produce energía sucia de sangre de nuestros países”, afirmó Leonardo Bauer, de la coordinación nacional del Movimiento de los Afectados por Represas (MAB) de Brasil.
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