Mas de 60 personas de más de 35 organizaciones de 16 países de América y Europa se reunieron la pasada semana en Bilbao, en el País Vasco, buscando fortalecer la solidaridad internacional entre los trabajadores frente a la voracidad del capital. El Seminario “Alimentos, agua y energía no son mercancías”, organizado por el Movimiento de afectados por presas (MAB) de Brasil y por Mundubat, del País Vasco, se extendió desde el Martes 29 al Jueves 31 de Octubre.
El foco de la actividad fue identificar las estrategias del capital para enfrentar este momento de crisis económica. “En este momento de crisis, el capital toma medidas mucho más agresivas contra los trabajadores y la naturaleza y las transnacionales aparecen como una de esas formas más agresivas, que no respetan ningún país, ni trabajadores, ni recursos naturales, apenas el lucro”, afirmó Leonardo Bauer, de la coordinación nacional del MAB.
Durante el análisis de coyuntura, otra integrante de la coordinación del MAB, Soniamara Maranho, destacó las estrategias del capital para salir de la crisis: apropiación de las bases naturales mas ventajosas, aumento de la explotación de los trabajadores, creación de nuevas tecnologías y la apropiación de las estructuras de los Estados. Y citó el papel central que la energía ejerce en el sistema capitalista.
La actividad homenajeó a los trabajadores que fueron víctimas de esa lógica de funcionamiento. Al inicio de la mañana del día Martes, los participantes recordaron dos casos recientes de trabajadores muertos en el sector energético. Una de las víctimas fue Carlão, trabajador de la CEMIG, muerto la semana anterior al encuentro de Bilbao por una descarga eléctrica, consecuencia de la precarización del trabajo. A esto hay que añadir las muertes de seis mineros el día 28 de Octubre en una mina de León y otros tres internados en estado grave.
En el análisis de situación que abrió la actividad, los participantes de la mesa ayudaron a comprender los mecanismos de explotación del capital en el mundo globalizado, que incluyen la explotación de los trabajadores y la naturaleza.
Otro elemento surgido de este análisis, es que la producción de energía, como se dijo más arriba, se muestra como un elemento central para comprender los movimientos del capital internacional. En esta línea, Kostis Damianakis, de la Red Cretense contra la Energía Sostenible Industrial, destacó que la discusión sobre estar a favor o en contra de este tipo de generación de energía es un falso dilema y una trampa de las grandes empresas. “Lo fundamental es discutir para que y para quien”, afirmó.
Mónica Vargas, del Observatorio de la Deuda de la Globalización, trazó un panorama sobre cómo los grandes proyectos de infraestructura e integración internacional están al servicio de la extracción de materia prima.
La lucha de los trabajadores contra las transnacionales
Juan Hernández Zubizarreta, del Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad Pública del País Vasco (Hegoa-UPV), contribuyó en el debate explicando los cuatro ejes que deben ser abordados en la lucha contra las transnacionales: además de las propias empresas, el Estado de donde provienen, el Estado receptor y las organizaciones financieras internacionales.
“La única salida para los trabajadores es articular la formación política con las organizaciones populares y unificar las luchas”, dijo Soniamara. Según Zubizarreta, “para enfrentar este reto, necesitamos construir redes contra hegemónicas de solidaridad internacional, esto significa tener agendas comunes contra un enemigo común porque las transnacionales tampoco tienen fronteras”.
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