Como ya es sabido, las escuelas normales rurales en el país hermano, quieren eliminarse por parte del estado y hace ya muchos años que lo vienen haciendo. Por qué? Porque como ya lo hemos dicho, tienen una característica esencial: "la de la transformación social, a través de una marcada orientación crítica y hasta podría decirse, revolucionaria. Ejemplo de ello, es la cantidad de movimientos sociales y líderes que han surgido de ellas, entre los que podemos contar a Lucio Cabañas y Genaro Vázquez. Pero más importante aún y quizá sea esto lo que más le molesta al gobierno, es la posibilidad de educarse que se le abren a much@s con estas escuelas. Como ya sabemos, un pueblo educado y crítico no les sirve a quienes ostentan poder en ninguna parte del mundo, por ende, cuanta menos masa crítica, mejor para los gobernantes y grandes empresarios para hacer y deshacer a su gusto. Y el caso de Ayotzinapa no es la excepción. Más aún, la población de Guerrero tiene solo dos opciones de salir de su situación desfavorecida: o estudian y se forman como profesionales o se unen a los cárteles de droga. Ya comenzamos a vislumbrar cuál es la opción que quiere el gobierno para ell@s" (Delegado Martín; Maes; "Ayotzinapa fue el estado")...
Comencemos por conocer un poco más a la Normal de Ayotzinapa, para luego describir un par de sucesos más que han ocurrido en estos días al respecto de este tema, además de 4 videos (en uno) tomados por l@s propi@s estudiantes sobre los hechos acaecidos ese 26 de Setiembre del año pasado.
Para ir entendiendo la realidad...
La desaparición de 43 estudiantes de Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa el pasado 26 de setiembre hizo que el mundo entero fijara su mirada en esa pequeña localidad rural de México. Sin embargo, pocos conocen por qué esos jóvenes fueron víctimas de tan cruenta represión policial. Para entender por qué las Escuelas Normales Rurales de México son víctimas de represión, es necesario conocer su origen y la educación que allí se imparte. En la actualidad pocas han sobrevivido al sistema político capitalista de los gobiernos mexicanos, que pretenden acabar con estas instituciones porque sus estudiantes tienen ideas revolucionarias y son críticos del Estado. La realidad es que las Normales Rurales son las únicas que enseñan para servir a la sociedad y no a las empresas privadas.
Las escuelas normales rurales se erigen en la actualidad como el último bastión de la histórica Revolución Mexicana. Su misión es formar estudiantes críticos, con ideales progresistas y conciencia social que transformen la realidad en México y defiendan los derechos de los pobres. Sin embargo, estas loables características han convertido estas escuelas en objeto de represión e indiferencia del Estado. Surgieron para brindar educación gratuita a campesinos e indígenas que viven en las zonas rurales más remotas de México. Estos jóvenes son formados como docentes de primaria que luego imparten clases a cientos de niños y niñas de sus propias comunidades, los cuales se convierten en los futuros profesionales del país.
Un poco de historia
Las escuelas normales rurales fueron el resultado de una época de cambios sociales, conocida como la Revolución Mexicana (1910-1940). Tienen su origen en un sistema de educación masivo creado en los años 20, que surgió como alternativa para los hijos de campesinos de escasos recursos. El presidente de México, Lázaro Cárdenas (1934-1940), fue quien reivindicó a los campesinos e indígenas mediante el impulso de una reforma agraria y la creación de alrededor de 46 escuelas normales rurales en todo el país.
Bajo los ideales de justicia e igualdad social de Cárdenas, las normalistas rurales adoptaron la defensa de la educación pública como un derecho de todos, en especial de los más pobres. Quienes se forman dentro de estas escuelas emplean la educación como una herramienta fundamental para el entendimiento de la realidad social y la posibilidad de su transformación.
El profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), José María Calderón, explicó que la experiencia del Cardenismo (como es llamada la gestión de Lázaro Cárdenas) fue importante “porque el maestro rural no salía de su ambiente, sino que regresaba a su comunidad” a impartir sus conocimientos. Para Calderón las escuelas normales rurales se definen como cunas de conciencia social porque sus estudiantes se forman para ser críticos del sistema político mexicano, sobre todo a la indiferencia ante las necesidades de los más pobres. Esas voces de conciencia de los estudiantes se han convertido en un dolor de cabeza para un gobierno que privilegia el sector privado y busca desaparecer los pilares que aún se mantienen de la Revolución Mexicana, que defienden una educación pública de calidad y con recursos suficientes para funcionar.
Lucha contra la discriminación
Desde un inicio el Estado mexicano le puso fecha de caducidad a las escuelas normales rurales. Al culminar el gobierno del líder revolucionario, Lázaro Cárdenas, las escuelas se convirtieron en objeto del acoso gubernamental, ataques de grupos del narcotráfico y, además, no reciben recursos económicos por lo cual deben autogestionarse para funcionar. El profesor José María Calderón indicó que "las grandes reivindicaciones de la Revolución Mexicana concluyeron con el Cardenismo y las escuelas rurales son las que sufren los embates posteriores, pero sobreviven gracias a su combatividad y al apoyo de sus propios campesinos”.
Precisamente, después de Cárdenas surgió el gobierno derechista de Ávila Camacho (1940-1946), quien redujo el presupuesto y cerró al menos 30 de las 46 escuelas normales rurales que había en el país. En el 2008, durante la gestión de Felipe Calderón (2006-2012), fue cerrada la última escuela rural, llamada Mexe y ubicada en el Estado de Hidalgo. Algunos de estos planteles fueron transformados en escuelas secundarias adoptando los planes de estudio contemporáneos.
Calderón explicó que las escuelas normales se han convertido en una amenaza para el sistema capitalista que gobierna en México, debido a la formación crítica de sus estudiantes, quienes se oponen a la privatización de la educación. Por este motivo, frecuentemente son ciminalizados "para que no hagan sus observaciones" contra el Estado. La criminalización de los jóvenes por parte del Estado consiste en vincularlos con grupos criminales y del narcotráfico. Al respecto, Calderón enfatizó que, por el contrario, los estudiantes y sus comunidades campesinas son las principales víctimas de los conflictos entre ambos grupos, que los han desplazado de sus tierras ante la mirada indiferente de las autoridades.
Otra razón que propicia los ataques contra las escuelas normales rurales es que éstas "se ocupan del desarrollo tecnológico y político", mientras que "las privadas se centran en la formación de estudiantes para administraciones de empresas privadas". Es decir, los egresados de las rurales se ponen al servicio de la sociedad y los profesionales de las escuelas privadas sirven al sistema capitalista. "Las rurales son las que están innovando, ofreciendo alternativas nacionales a este país, pero los empresarios decidieron que se podía prescindir de los estudiantes de esas instituciones porque solo traen ideas subversivas", señaló Calderón.
La falta de financiamiento, la violencia, la represión y las desapariciones forzadas son parte de las estrategias llevadas a cabo para acabar con las escuelas normales rurales.
Ayotzinapa, semillero de protestas sociales
En 1926 se fundó la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, la cual aún funciona en la actualidad y se ha convertido en un verdadero símbolo de resistencia revolucionaria y transformación social. De ella han surgido, como dijimos anteriormente, diversos movimientos sociales y personalidades como Lucio Cabañas y Genaro Vásquez Rojas. Pese a las constantes represiones y ataques que recibe por su abierto carácter combativo y la conciencia política de sus estudiantes, desde su creación Ayotzinapa ha generado 88 generaciones de maestros rurales, los cuales han formado aproximadamente a más de 40 millones de personas, entre ellas abogados, contadores, ingenieros, y arquitectos, etc. "Es gente que no tiene intereses, surgen de sus comunidades y regresan a sus comunidades, son una expresión de solidaridad y fraternidad, expresiones que el neoliberalismo ha olvidado", de esta manera describió José María Calderón a los estudiantes de Ayotzinapa.
Más allá del éxito profesional, la escuela de Ayotzinapa busca formar docentes para contribuir a la transformación de la sociedad en la que viven. Por ello, los estudiantes alternan la formación pedagógica con la política para convertirse en agentes de cambio dentro de su sociedad. Para Calderón, Ayotzinapa "es una escuela de trabajo, de preparación, de personas solidarias entre ellos y con los demás campesinos". Allí la comunidad estudiantil funciona como una hermandad, pues viven y se alimentan en las instalaciones. En cuanto a los recursos económicos, los estudiantes han desarrollado un sistema de autogestión para obtener fondos que cubran los gastos de la escuela. Las actividades consisten en salir a las calles a recolectar dinero, sembrar, cosechar y criar animales.
Ayotzinapa es una población del municipio Tixtla, en el estado Guerrero al sur de México, la cual es sede de la Escuela Raúl Isidro Burgos. Ella, es una de las pocas que se rehúsa a cerrar sus puertas por el acoso del Gobierno. Con valentía, sus 520 alumnos siguen formándose para ser maestros y luchan para no ser desaparecidos como sus 43 compañeros normalistas, hecho que solo ha servido para fortalecer sus ideales y continuar luchando por sus derechos.
EZLN se compromete con Ayotzinapa
El pasado miércoles 31 de Diciembre, durante la ceremonia para festejar el 21 aniversario del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Subcomandante Insurgente Moisés abrazó a cada uno de los miembros de la comitiva de padres, madres y estudiantes de Ayotzinapa. Una columna de 43 encapuchados se colocó sobre el escenario y también abrazó a la comitiva de Ayotzinapa, mientras se leyeron los nombres de los normalistas desaparecidos.
Desde la mañana del miércoles comenzaron a llegar miles de zapatistas provenientes de las cuatro regiones del Caracol de Oventic, donde cada año se conmemora el aniversario del levantamiento armado. Ubicado a 60 minutos en vehículo de San Cristóbal de Las Casas, Oventic cuenta con escuelas, clínicas, tiendas, auditorio, comederos, dormitorios y espacios pintados con murales que los encapuchados han construido desde hace más de diez años, cuando fueron creados los Caracoles como sedes de las Juntas de Buen Gobierno (JBG).
Tras bailar con el grupo musical Los Originales de San Andrés, comenzó el acto político; los primeros en tener la palabra fueron los padres y madres de Ayotzinapa. Inició Bertha Nava Martínez, madre de Julio César Martínez Nava, uno de los normalistas asesinados a tiros por la policía de Iguala. El segundo en tomar la palabra fue Mario César González Contreras, padre de César Manuel González Hernández. Agradeció el respaldo de los zapatistas, porque le brinda más fuerza para seguir luchando por encontrar a los desaparecidos. “Sabemos que están vivos y ellos los tienen. Es un dolor muy grande, y una desesperación que a veces estamos como locos. Estamos buscando a nuestros estos hijos. Mi hijo no tiene precio, mi hijo no tiene precio. Nuestros hijos tienen que aparecer. Sabemos ahora la porquería de gobierno que tenemos con lo que pasó en Ayotzinapa”, denunció González Contreras.
Un vocero del Congreso Nacional Indígena (CNI) dio también la bienvenida a los padres, madres y estudiantes de Ayotzinapa, a quienes les recalcó que su lucha también es la de los pueblos indígenas adheridos a esta organización.
El Subcomandante Moisés fue el responsable de dar el mensaje a nombre del EZLN: “Nos hermanan su dolor y su rabia”. “Los zapatistas pensamos que ya no hay que confiar en los malos gobiernos, que ellos sólo son empleados del capital, mayordomos de la gran hacienda capitalista. El mero mandón es el capitalismo mundial, por eso no hay que creerle”. “Lo que queremos como pueblo hay que construirlo entre nosotros así como los de Ayotzinapa” mencionó.
“Les decimos que no se cansen ni dejen de lucha, pues su lucha es el ejemplo y alimento a quienes queremos verdad y justicia". “Nos han querido engañar diciéndonos que los de arriba son los más chingones. Al carajo con eso, ya basta, les dijimos en 1994 y entonces tuvimos que gobernarnos autónomamente”, dijo Moises. “A veces tiene el mismo color el que mata y el que es matado, esto ya no puede ser que siga siempre así. Por eso es mejor que nos busquemos y nos encontremos”, propuso el líder zapatista.
“De su mano entendimos que sus familiares no están en Guerrero sino en todo el mundo. Esta guerra mundial capitalista se encuentra en todos los rincones donde hay gente que se rebela y se resiste. Que se va organizando según su historia y modo. No compiten por saber quién es vanguardia y quien manda. Tenemos mil formas de respuesta”.
Pidió a los miles de encapuchados presentes acompañar a Ayotzinapa porque es el deber de los que están abajo y hacia la izquierda: “Acompañar, porque no se trata de dirigirlos, sino de luchar junto con ellos. Los zapatistas los apoyamos porque su lucha es verdadera. Han sido ustedes quienes han puesto Ayotzinapa en el vocabulario mundial y eso que han mostrado nos ha dado ánimo a los de abajo y a la izquierda. Nos enseñaron que también es nuestro dolor y nuestra rabia”, les indicó.
El acto concluyó pasada la media noche del 31, extendiéndose las actividades del EZLN con el CNI desde el jueves 1o de enero y hasta el domingo 4.
Últimas novedades
Los investigadores Jorge Antonio Montemayor Aldrete, del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Pablo Ugalde Vélez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Atzcapotzalco, se encuentran analizando la hipótesis, casi realidad, de que los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa hayan sido incinerados en crematorios del Ejército. Los militares se encuentran acusados de participar en la desaparición de los normalistas el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero; sin embargo, la posibilidad de que hayan incinerados los restos de los normalistas en crematorios del Ejército abre nuevas dudas sobre el caso.
De acuerdo con La Jornada, los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa podrían haber sido llevados a los crematorios del Ejército y a privados, donde fueron incinerados; esta nueva declaración sería opuesta a la ofrecida, y manejada oficialmente, por la Procuraduría General de la República (PGR), la cual indica que los jóvenes fueron asesinados por miembros de Guerreros Unidos y luego llevados a un basurero en Cocula, Guerrero, en donde fueron quemados sus restos. Además, con esta nueva hipótesis, se estaría corroborando que el crimen fue realizado por el estado, lo cual ya habíamos adelantado en publicaciones anteriores.
"La hipótesis es bastante probable porque los estudiantes pueden haber sido incinerados en crematorios modernos del Ejército o de empresas privadas, con instalaciones suficientemente grandes y con morgue (depósito de cadáveres)", indicó el doctor Jorge Antonio Montemayor Aldrete a La Jornada. "El que nada debe, nada teme. Si el Ejército se comporta dentro del marco constitucional, ¿cuál es el problema para que nos permita revisar la bitácora de uso de sus crematorios y los recibos correspondientes de consumo de gas del año reciente para observar de forma transparente si hubo un incremento en el gasto?", indica Montemayor Aldrete. Los investigadores se encuentran buscando información sobre la actividad de los crematorios militares a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Los investigadores también se encuentran buscando información a través de la vía fiscal y empresarial. "Aunque el Ejército no proporcione los datos, se le pide a las compañías que entregan gas regularmente a los campos militares para ver si registró un aumento fuerte entre el 26 y 28 de septiembre o fechas cercanas. Por el lado fiscal, la empresa que vende gas tiene obligación de decir a quién, cuándo y qué cantidad vendió y obligación por cinco años de retener esa información para Hacienda".
El doctor Montemayor se encuentra desde hace semanas asesorando a los padres de los normalistas en un trabajo de peritaje, con el objetivo de lograr que sus estudios tengan peso jurídico dentro del procedimiento que los familiares de las 43 víctimas siguen en la PGR. Los padres de los normalistas sostienen que la PGR no publicó la versión verdadera en el caso de la desaparición de sus hijos y que incluso ha sembrado falsas evidencias, como en el caso del resto óseo encontrado en Cocula y que posteriormente se identificó como perteneciente a uno de los normalistas desaparecidos, Alexander Mora. Según los familiares, sus hijos se encuentran secuestrados y con vida, lo cual esperamos que así sea.
Iguala: La historia no oficial
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